Reforma
17 de mayo de 2007
Patricia López
Llama el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias a invertir en el sector
Ciudad de México.- El discurso acerca de la importancia de invertir en ciencia y tecnología para el desarrollo del País se ha convertido en parte de lo «políticamente correcto», pero no se ha traducido en pesos y centavos para este sector, denunció el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Juan Pedro Laclette San Román.
Al inaugurar, en la Casa Tlalpan de la AMC, el 48 Año Académico de ese organismo, Laclette consideró que la discusión conceptual sobre la necesidad de invertir en ciencia y tecnología está superada, pues hoy «nadie se atrevería a decir que no se requiere una política de Estado» para el sector.
«Ahora requerimos definir las cifras globales del presupuesto y sus porcentajes de incremento anual. Definir cuánto se debe dedicar a investigación básica, cuánto a desarrollo y cuánto a innovación. Requerimos definir qué presupuesto se dedica a investigación en agua, energía, biotecnología, cambio climático y otros temas sustanciales», destacó.
En el evento —en el cual se integraron a la AMC 68 nuevos miembros regulares, para sumar un total de mil 967 integrantes—, el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks, reconoció que en el sector «hay muchas deudas por cubrir».
El funcionario destacó que en el Plan Nacional de Desarrollo, que el Presidente Felipe Calderón debe entregar antes del 1 de junio, habrá un documento con los lineamientos de política científica y tecnológica para este sexenio.
«Debemos construir una política de Estado transversal, donde participen los sectores público y privado, los centros de investigación y las empresas», destacó.
En conferencia de prensa posterior al evento, la vicepresidenta de la AMC, Rosaura Ruiz, enfatizó que 2007 representa el año con más bajo presupuesto en las últimas dos décadas.
«Las cifras varían entre 0.35 y 0.37 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del presupuesto federal, lo que significa el nivel más bajo en más de dos décadas, muy lejos del compromiso de invertir el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología», destacó la bióloga ante Romero Hicks.
Laclette reconoció que 2006 fue un «año perdido» para la ciencia mexicana.
«Se caracterizó por un ambiente político particularmente complejo, ocupado por una competencia electoral y un conflicto postelectoral que desplazaron de la opinión pública casi todos los demás temas. Por ello no sorprende que, una vez más, el sector científico no recibió una atención prioritaria, como lo manifiesta el reducido presupuesto que se dedica al ramo 38 en 2007. Desde 1999, en que se alcanzó un máximo, la inversión federal en ciencia y tecnología ha venido decayendo como porcentaje del PIB», recordó.
Romero Hicks comentó que el presupuesto del País debe alcanzar para muchos rubros fundamentales, como alimentación, vivienda, salud y educación, entre otros.
«Pero lo que los gobiernos no entienden es que pueden apoyarse en la ciencia y la tecnología para aportar soluciones en esos campos», reviró Ruiz.
En el inicio del 48 Año Académico de la AMC también se entregaron los Premios Weizmann y Weizmann Khan a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Exactas, Naturales, Sociales y de Ingeniería y Tecnología.