La Crónica de Hoy
16 de agosto de 2006
Raúl Cruz de Jesús
¡Sin saber que tenía la beca me vine al DF, sin dinero, sin un sitio dónde llegar. Estuve dos semanas sobreviviendo, hasta que me hablaron de Mazatlán para avisarme que me había quedado en el Verano de la Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Todo esto sólo lo hice porque tenía una necesidad de aprender, de seguir creciendo! recuerda Omar Fierro, estudiante de la Universidad Autónoma de Sinaloa, uno de los 770 alumnos que participaron este año en el programa.
¡Ahora ya no puedo dejar de leer, de querer seguir aprendiendo!, menciona este estudiante de economía que hoy afirma, mediante su trabajo de investigación desarrollado en este lapso, que ¡los beneficios que México podía alcanzar del TLC con EU y Canadá llegaron al tope. Ya no daremos más porque nuestra economía va a decrecer!.
Historias como estas se repiten en cada uno de los jóvenes que llegaron de todos los estados del país, y en los no tan jóvenes. Victoria González, de la Universidad Autónoma de Chihuahua, con 56 años de edad, es la primer alumna de la carrera de Literatura que logró entrar al verano.
¡Mis compañeros, todos ellos jóvenes, no se animaron, y entonces mi hija que había participado en un Verano hace cuatro años, me animó. Y aquí estoy!, indica.
Las becas consisten en 5 mil pesos para los estudiantes que realizan su estancia fuera de la ciudad donde cursan sus estudios, así como el costo del pasaje redondo vía terrestre, mientras que para quienes cursan el Verano en el mismo lugar donde estudian, la beca es de 2 mil 500 pesos.
En esta edición participaron 83 instituciones de todo el país, entre ellas la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, el Instituto Politécnico Nacional, El Colegio de México, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, el Colegio de Bachilleres, las universidades tecnológicas y estatales, entre otras.
Revés. Pero no todas tienen un final feliz. Cecilia, alumna del Bachilleres, llegó a la UNAM, ¡para terminar en Six flags!. En su caso la investigadora le iba a compartir los avances que tiene sobre el estudio ¡que establece que los delfines tiene voz y con ella se comunican!.
Y no resulto así. ¡Termine asesorada por los tesistas que cursan una materia con la investigadora. Hubo ocasiones que me citaba a las 9 y llegaba a las 12, sin contar que sólo fui unos días porque primero ella se fue de vacaciones, después fue el periodo de receso en la UNAM, y los delfines estaban en Six flags, ese fue mi verano. Sin embargo, lo que aprendí de los alumnos fue muy significativo y por ese conocimiento volvería a repetirlo!, indica.
Postura. Durante la clausura del Decimosexto Verano de la Investigación Científica, Juan Pedro Laclette, presidente de la AMC, subrayó que se debe reforzar la educación superior y el posgrado, y justamente ese es el objetivo de este programa: fomentar el interés de los jóvenes por la ciencia, a la que calificó como ¡la mejor profesión del planeta!.
Sin embargo, la postura de Gustavo Chapela, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, ante los reclamos que sostenían que el monto de la beca ¡era escaso! para cumplir dichos objetivos, se redujo a ¡no me puedo comprometer a componer nada. Faltan 3 meses, pero dejaremos argumentos para que la próxima administración vean que es importante impulsar programas como este!.