Gases, líquidos y sólidos son las fases habituales de la materia, en la que los efectos cuánticos se ocultan a menudo por los movimientos atómicos al azar. Pero en el frío extremo, cerca del cero absoluto (-273º Celsius) la materia asume nuevas fases extrañas y se comporta de forma inesperada. La física cuántica se vuelve visible. |
Imagen: Real Academia de Ciencias Sueca.