TECNOLOGÍAS DEL FUTURO PARA LAS ENFERMEDADES DEL PRESENTE

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/192/13
México, D.F., 22 de mayo de 2013

  • La física aplicada y la cronomedicina son algunas de las disciplinas más prometedoras para tratar las enfermedades que aquejan a los mexicanos
El doctor Javier Velázquez Moctezuma, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
El doctor Javier Velázquez Moctezuma, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: UAM.
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Cada día nos encontramos más cerca de contar con tecnologías que permitan un diagnóstico y tratamiento acertados para el cáncer, diabetes, problemas cardiovasculares e hipertensión, es decir, las principales enfermedades que aquejan a la población mexicana, coincidieron los integrantes de la mesa redonda “Nuevas tecnologías en la salud”, presidida por Javier Velázquez Moctezuma, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Como ejemplo de ello, un instrumento que ha sido muy útil para tratar diferentes padecimientos es el de estimulación magnética transcraneal, que consiste en aplicar pequeñas descargas eléctricas repetitivas en la corteza cerebral de 0.9 hertz. Con este procedimiento, se obtiene un mejor resultado para tratar a pacientes con depresión, epilepsia, demencia, insomnio, Parkinson, entre otros; los resultados del uso de esta tecnología son la reducción en la frecuencia de estas crisis.

Al respecto, el doctor Oscar Sánchez Escandón, del Departamento de Neurofisiología del Hospital ABC, habló sobre la complejidad que implica estudiar el cerebro porque cada una de sus partes se comportan de diferente manera, “podemos tener reacciones en el lóbulo frontal que influyen en el área occipital, por lo que es muy complejo describir un área y aislarla del resto del cerebro”, afirmó el especialista.

La cronomedicina, por otro lado, ha tomado una enorme relevancia en el estudio de ciertas enfermedades relacionadas con los ritmos circadianos, el doctor Raúl Aguilar Roblero, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y especialista en el tema, explicó que los ritmos circadianos son variaciones biológicas repetitivas en los seres vivos, en los humanos ocurren en un lapso de 24 horas. “Hay complejos celulares que se encargan de regular al organismo, por ejemplo, nuestra temperatura no es constante a lo largo del día, varía casi un grado Celsius entre el día y la noche”.

El doctor Aguilar, quien también es miembro de la AMC expuso que en algunos estudios realizados en la población de Estados Unidos se ha encontrado una relación entre los ritmos circadianos con la incidencia de ciertos padecimientos a determinada hora del día, por ejemplo, el infarto del miocardio ocurre generalmente al amanecer; las anginas de pecho en las noches, los derrames cerebrales en la tarde-noche; lo que lleva a pensar que la enfermedad no ocurre de forma continua sino que hay genes-reloj que operan con reguladores como los triglicéridos, la glucosa y la insulina.

Por su parte, el doctor Juan Azorín Nieto, del Departamento de Física de la Universidad Autónoma de Iztapalapa (UAM) destacó la importancia de aumentar la cantidad de físicos médicos en el país, una ciencia interdisciplinaria que se ayuda de los métodos y técnicas de la física para interpretar imágenes de los diferentes tipos de cáncer. En la actualidad hay 125 físicos médicos y la gran mayoría se encuentra en las áreas de radioterapia y rayos X. Habló sobre la importancia de aumentar la población de especialistas.

“La esperanza de vida ha aumentado a los 70 años; estos adultos mayores son personas con enfermedades crónico degenerativas y con cáncer. De ahí que la necesidad de contar con más físicos médicos sea imperante en todo el país. Se requieren 400 especialistas para radiodiagnóstico, 130 para radioterapia y 20 en medicina nuclear para tratar los 128 mil casos de cáncer registrados que se presentan anualmente”, expuso el doctor Azorín.

Autor de 20 patentes en México y Estados Unidos, el doctor Emilio Sacristán Rock, adscrito al Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UAM Iztapalapa explicó que la ingeniería biomédica es el resultado de la ingeniería aplicada a la medicina. Los resultados son el electrocardiógrafo, que registra la actividad eléctrica del corazón, la biomecánica y la ingeniería clínica y hospitalaria (para el mantenimiento de equipo hospitalario), entre otros.

El doctor Sacristán Rock habló sobre las expectativas en estas áreas: “Por un lado, con la ingeniería genética se desarrollarán tecnologías, como usar vectores para que un virus transporte material genético en células que expresen cierta enfermedad y poder revertir esa expresión; por otro lado, con la ingeniería de tejidos se crearán biomateriales en forma de andamios para hacer crecer tejidos, o técnicas para sembrar tejidos y órganos; hasta ahora se ha hecho crecer tejido de oído experimentalmente en ratones o un riñón completo de manera artificial, como se ve es un campo con enorme potencial”.

En esta discusión también participaron los doctores José Emilio Suárez, del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, Jazmín Roa, radióloga en el Departamento de Física Médica del Hospital Español y Joaquín Azpiroz Leehan, del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UAM Iztapalapa. La mesa redonda formó parte del programa Hacia dónde va la ciencia en México a cargo de la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.

Luz Olivia Badillo


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