SEGUROS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/162/14
México, D.F., 08 de mayo de 2014

  • Es necesario ponerle precio al riesgo que México corre en términos de cambio climático e incentivar la reducción de pérdidas a través de los seguros: Tapen Sinha
  • La adquisición de estas herramientas financieras ayudaría a enfrentar los riesgos del fenómeno y facilitar la adaptación, sostiene el especialista en seguridad social
El doctor Tapen Sinha, investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
El doctor Tapen Sinha, investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Países como México, altamente vulnerables ante el cambio climático, deben considerar comprar un seguro de riesgo para reducir el costo económico de este fenómeno que no tiene vuelta atrás. Considerar instrumentos financieros como los seguros, puede mitigar los riesgos que plantea el cambio climático y facilitar la adaptación, aseguró Tapen Sinha.

El investigador del Departamento Académico de Actuaría y Seguros del lnstituto Tecnológico Autónomo de México y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, sostuvo que con el cambio climático hay dos cosas que a los aseguradores les preocupa: la frecuencia de los fenómenos naturales y su severidad.

“Si cambian la frecuencia y la severidad de manera predecible no hay problema, porque se puede modelar, pero con el cambio climático no solo se registra un aumento en esos dos factores, sino también la variabilidad crece y eso es lo que queremos saber, qué tanto está cambiando el clima y no lo sabemos muy bien, conocemos la tendencia (que será de mayor intensidad), pero las otras variables dificultan la modelación”.

Ante estos problemas, grandes reaseguradoras como ClimateWise, The Geneve Association y Munich Climate Insurance, que forman parte de la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI, siglas en inglés), colaboran para resaltar los enormes beneficios que podrían lograrse empleando acciones gubernamentales para que el conocimiento especializado y pericia de la industria aseguradora maximice su papel de gestión de riesgos en países en desarrollo, especialmente en los más vulnerables a los impactos del cambio climático.

Lo que se ha visto ahora es que el cambio climático representa un desafío global sin precedentes y su impacto sobre la actividad económica humana es un reto a resolver, sobre todo en los países en desarrollo. Esto ha provocado una controversia política internacional por la necesidad urgente de ofrecer respuestas globales eficaces, ya que en la atención al cambio climático se tiene que abordar el análisis desde las perspectivas económicas, financieras y legales.

Bajo este panorama, Sinha consideró necesario ponerle precio al riesgo que México corre en términos de cambio climático y diseñar actividades de reducción y mitigación, además de incentivar la reducción de pérdidas a través de los seguros. De acuerdo con la Declaración de la industria aseguradora mundial, para las “aseguradoras tal vez será necesario desarrollar nuevos productos de seguros que cubran riesgos por sucesos climáticos y meteorológicos tales como la salud humana, cosechas y enfermedades de animales”.

El reto con estas grandes reaseguradoras, que desde 1990 realizan modelos considerando al cambio climático como una de sus principales preocupaciones, tiene que ver con el costo de los seguros. A decir del economista especializado en pensiones y seguros, el que estas grandes compañías con más de un siglo de existencia no tengan mucha competencia, hace que vendan más caros los seguros (regularmente anuales, o hasta de dos años máximo), por los niveles de riesgo.

Como ejemplo de esta problemática, mencionó que luego de las crisis que vivió Cancún con los huracanes Wilma en 2005 y Ernesto en 2012, fenómenos naturales que tuvieron efectos negativos en la zona hotelera, las reaseguradoras subieron sus precios hasta cinco veces más.

Por esta razón, para saber qué tan costoso o económico resulta un seguro, es necesario que el que va a comprar esta protección sea capaz de tener una estimación del riesgo y el precio de éste.

“Porque si bien es cierto que no hay mucha competencia entre las grandes aseguradores a nivel mundial, este tipo de empresas son tan confiables (en sus proyecciones) que los países piden la opinión de ellos para saber qué va a pasar”, dijo el también integrante de la National Academy of Social Insurance de Estados Unidos, el primer profesor en América Latina que recibe este honor por sus aportaciones a la investigación y la enseñanza de la seguridad social, y su apoyo en la elaboración de políticas públicas y en la administración de los programas de seguridad social en el ese país.

Otro caso para entender este tema es el cálculo que las tormentas Ingrid y Manuel, ocurridas en el 2013 en la zona del Pacífico mexicano, las cuales representaron por su intensidad, principalmente por la afectación al patrimonio nacional – daños a casas e infraestructura-, pérdidas estimadas en unos 75 mil millones de pesos.

A junio de 2013, según datos del Primer Informe de Gobierno, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) reportó un gasto por 7 mil 179 millones de pesos, destinados en un 72% a reparaciones de carreteras; 22% a infraestructura hidráulica urbana; 2.6% a vivienda y el restante a reparaciones turísticas, forestales, navales, portuarias y otros.

Ante este y otros problemas relacionados con el cambio climático Tapen Sinha y Bradly Condon, ambos miembros de la AMC, publicaron el 15 de abril de 2013: “The Role of Climate Change in Global Economic Governance”.

En la introducción del texto los autores sostienen que “los países en desarrollo insisten en que las naciones desarrolladas paguen por el costo climático. Sin embargo, los subsidios a los combustibles fósiles en los países con menor desarrollo son cuatro veces el monto del financiamiento climático que buscan para las acciones de mitigación y adaptación… Estas (y otras) incongruencias de política deben ser abordados con negociaciones multilaterales si se quiere avanzar hacia soluciones efectivas ante el cambio climático”.

En el libro se analiza también cómo la Organización Mundial del Comercio, la ley de inversión internacional y el régimen internacional de derechos de propiedad intelectual abordan los problemas económicos planteados por el cambio climático; y cómo la regulación del cambio climático interactúa con el derecho económico internacional, y consideran la forma en que los instrumentos financieros y de seguros pueden mitigar los riesgos que plantean el cambio climático y la adaptación ante el mismo.

Elizabeth Ruiz Jaimes


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