Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/363/13
México, D.F., 15 de octubre de 2013
- A partir de 1880 y hasta el 2012 la temperatura de la Tierra se ha elevado en 0.85 grados centígrados
- Si bien diferentes procesos naturales modifican la temperatura del planeta, el efecto humano ha sido el dominante en el último siglo
- El Sol se está acercando a un periodo de baja actividad que va a limitar el aumento de temperatura durante algunas unas décadas, explicó la doctora Blanca Mendoza.
Foto: NASA.
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Antes del siglo XX el Sol jugaba un papel preponderante en la modificación del clima de la Tierra, pero es a partir de ese siglo cuando el efecto antropogénico cobra fuerza sobre todos los contribuyentes o forzadores del clima –procesos o sustancias de origen natural o producidas por el hombre que alteran el balance energético del planeta–, dijo la doctora Blanca Mendoza Ortega, del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante el tercer Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático, que se realiza del 14 al 18 de octubre, la investigadora integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) presentará las conclusiones del Grupo 1 del quinto reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por su siglas en inglés), en lo que se refiere a la relación del Sol con el clima.
“Lo que vamos a presentar es que desde 1970 las variaciones solares no están forzando al clima con la misma magnitud que las actividades antropogénicas”, señaló Blanca Mendoza, única mexicana que participó en el Grupo 1 del quinto informe del IPCC.
Agregó que los datos generados para el reporte indican que “a partir de 1880 y hasta el 2012 la temperatura de la Tierra se ha elevado en 0.85 grados centígrados. Si bien, diferentes procesos naturales modifican la temperatura del planeta, el efecto humano ha sido el dominante en el último siglo”.
El reporte del IPCC
El quinto reporte de evaluación del IPCC consiste en tres volúmenes, el primero corresponde a la parte de ciencia básica, el segundo al impacto, adaptación y vulnerabilidad ante el cambio climático; y el tercero a la mitigación.
El volumen de ciencia básica, a cargo del Grupo 1, está conformado por 14 capítulos, en los cuales participaron 209 autores de 39 países que abordaron aspectos como el nivel del mar, la criósfera, los procesos radiativos, la modelación de escenarios climáticos a futuro, así como los datos del clima hacia el pasado o paleoclima, las nubes y otros elementos del sistema climático. Una vez listo este primer volumen, los autores tuvieron que resolver 54 mil 677 preguntas y comentarios.
El primer volumen contiene las bases científicas de todo el reporte, por lo cual el segundo volumen toma estos números para construir escenarios de adaptación, y el volumen tres toma los escenarios de adaptación a fin de establecer políticas de mitigación, “porque es un hecho que el cambio climático no es reversible”, aseguró la investigadora.
Los ciclos del Sol
Todos los procesos atmosféricos toman como fuente de energía a la radiación solar, por lo que el Sol es el elemento que mueve al sistema climático, pero también influyen otros factores naturales como las explosiones volcánicas, las cuales afectan la temperatura de la Tierra, porque al lanzar partículas que reflejan la luz del Sol no permiten que parte de la radiación solar llegue a la superficie terrestre, estos son eventos episódicos cuyo efecto dura cerca de tres años y posteriormente el sistema vuelve a recobrar su comportamiento normal.
El Sol, al igual que las estrellas del universo conocido, tiene manifestaciones variables de mayor o menor actividad, el ciclo de actividad solar más conocido es el de 11 años, que se inicia con un mínimo en el número de manchas solares, este número empieza a aumentar hasta que, tras cuatro años, llega a un máximo y al transcurrir siete años más disminuye para llegar nuevamente a un mínimo de manchas, el tiempo entre un mínimo y el otro mínimo de manchas solares es en promedio de 11 años.
Pero el Sol tiene otros ciclos, durante los cuales hay una actividad secular –con duración de varias decenas de años– de mayor o menor intensidad, y entre ellos del que se ha recabado mayor información es del llamado “Mínimo de Maunder” que ocurrió entre 1645 y 1715. Durante esos años el Sol presentó muy baja actividad, y todas sus manifestaciones, incluida la radiación que llega a la Tierra, disminuyeron. En cambio, a principios del siglo XX comenzó una etapa de alta actividad que no se había visto antes y que terminó cerca del año 2000, esto podría indicar que el Sol se está acercando a otro periodo secular, ahora de baja actividad.
De acuerdo con la especialista, el periodo secular de baja actividad del Sol que se avecina, va a limitar el aumento de temperatura durante unas décadas, pero la emisión antropogénica de dióxido de carbono seguirá siendo el principal forzador por encima de los otros contribuyentes o forzadores del clima.
Noemí Rodríguez González