Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/103/14
México, D.F., 25 de marzo de 2014
- La acción diplomática debe basarse en la ética internacional que postula tres principios: solidaridad, lealtad y justicia: Sergio Alcocer
- Las acciones y actitudes del diplomático Bosques pueden considerarse un precedente de los derechos humanos
- José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, resaltó el papel de Gilberto Bosques en la protección y traslado de los españoles y judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial, quienes desde su llegada a México, y por varias generaciones, han contribuido al desarrollo de la ciencia en nuestro país. Además de Franco, presidieron el acto: Ricardo Nudelman, Francisco Bolívar Zapata, Julia Tagüeña, Patricia Galeana, Sergio Alcocer, Mari Carmen Serra Puche, Javier Garciadiego, Laura Bosques y Carmen Tagüeña.
Foto: AMC.
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Como un humanista de dimensiones extraordinarias, un personaje universal, valiente, inteligente, generoso y sensible, así como ferviente y apasionado defensor de la democracia y la dignidad, describió el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Franco, la figura del diplomático Gilberto Bosques Saldívar, durante el homenaje que se le rindió hoy en el marco del 75 Aniversario del Exilio Republicano Español en México.
Con la presencia de exiliados españoles y judíos y sus descendientes, personalidades del ámbito científico e intelectual, así como del gobierno federal, la Academia Mexicana de Ciencias y la Cátedra del Exilio Español de la UNAM, realizaron el reconocimiento público a un personaje clave en la vida de miles de personas perseguidas durante la Segunda Guerra Mundial.
“Hoy rendimos homenaje a don Gilberto Bosques, cuya vida fue ejemplar desde sus primeros años, desde su participación en la Revolución Mexicana, en el periodismo, como cónsul plenipotenciario de México en Francia, que fue quizá el momento más importante de la labor que realizó”, resaltó Franco.
Agregó que el homenaje era para honrar a todos aquellos –mexicanos, españoles, germano-parlantes y europeos en general- que hace 75 años tuvieron la desdicha de vivir una derrota, sufrir la crueldad fascista y abandonar su patria, pero al mismo tiempo, tuvieron la oportunidad de rehacer sus vidas en otra que los recibió y compartió con ellos los ideales de la libertad y dignidad humanas.
Destacó que a México llegaron en los años cuarenta millares de personas, entre ellas obreros, campesinos, mineros, pero también lo hicieron maestros, historiadores, filósofos, antropólogos, sociólogos, médicos, científicos, poetas, músicos, pintores, editores…
“Gracias a la visión y solidaridad del general Lázaro Cárdenas y su valiente equipo del Servicio Exterior que jugó un papel fundamental en el rescate de más de cuarenta mil personas, no solo españolas sino de muchas otras partes de Europa, que huían del fascismo nazi”, dijo Franco durante el evento que tuvo lugar en el patio central del Instituto Nacional de Estudios Históricos sobre las Revoluciones de México.
Aseguró que en esta migración todos salieron beneficiados, por un lado los exiliados porque tuvieron la posibilidad de rehacer sus actividades y nosotros, los mexicanos, porque nos nutrimos de su experiencia y su compromiso social.
De la lista de personas que se unieron al exilio español llegaron también judíos alemanes y otros perseguidos por el nazismo, personas que han tenido un impacto en la vida intelectual y en las ciencias, dijo Franco.
“Como presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, no puedo dejar de mencionar que de los 54 distinguidos miembros fundadores de la entonces Academia de la Investigación Científica creada en el año 1959, algunos de ellos fueron precisamente una pléyade de científicos y humanistas del exilio”.
El presídium para la celebración del evento lo conformaron Sergio Alcocer, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Francisco Bolívar Zapata, coordinador del Ciencia, Tecnología e Innovación de la Presidencia; Julia Tagüeña, directora adjunta de Desarrollo Científico de Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología; Javier Garciadiego, presidente de El Colegio de México y Mari Carmen Serra Puche, representante de la Cátedra del Exilio-UNAM. También estuvieron presentes Ricardo Nudelman del Fondo de Cultura Española y Laura Bosques, hija del diplomático homenajeado y Carmen Tagüeña, presidenta del Ateneo Español en México.
En su intervención, el subsecretario Sergio Alcocer destacó que en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Gilberto Bosques se desempeñó como cónsul general en Francia, y más tarde encabezó las representaciones de México en Portugal, Suecia, Finlandia y Cuba. “Su labor humanitaria en los diversos cargos públicos que ocupó ha sido y sigue siendo justamente reconocida”.
Añadió que en Francia, durante la ocupación alemana, el cónsul Bosques amparó y documentó a numerosos desplazados de diversas nacionalidades. “Como embajador en Portugal apoyó a los españoles opositores al régimen de Franco. Las acciones de Bosques colocaron a México en el lado correcto de la historia en apoyo a quienes resistieron el fascismo. Sus decisiones salvaron muchas vidas. Don Gilberto dejó entrar a México una ola de innovación y creatividad que han sido vitales para el desarrollo y la identidad del México contemporáneo”.
Patricia Galeana, directora general del INEHRM, destacó en su participación el esfuerzo del diplomático mexicano por rescatar a más de 40 mil víctimas de la Alemania nazi y de la España franquista: “Ya fuera entregando visas para que viajaran a México en calidad de asilados, asegurándose que quedaran fuera del alcance de las redes de la Gestapo y de la policía de Franco, refugiándolos en el consulado de México en Francia, incluso rescatando del proceso de extradición a quienes reclamaba la dictadura”.
Como parte de las actividades programadas en el homenaje, Javier Garciadiego ofreció la conferencia “México y el mundo en la época de Gilberto Bosques”, en la cual examinó la labor del General Lázaro Cárdenas y el contexto histórico que se vivía en ese momento y que lo llevó, junto con muchas otros personajes, entre ellos a Bosques, a recibir a los exiliados.
“Lázaro Cárdenas sí establece un cambio a lo mejor no de ruta pero sí de posición. La política exterior mexicana era defensiva y con Cárdenas era una política exterior activa y esto es lo más importante porque esto explica que se apoyara a los judíos y españoles […] Hoy queda de él un legado moral, un legado de honestidad, el exilio español”.
Tras esta plática se realizó la mesa redonda “Vida y obra de don Gilberto Bosques”, a cargo de
los investigadores Adalberto Santana, Graciela de Garay, José Francisco Mejía y Rubén Torres Martínez. Una de las ideas que destacaron los ponentes fue que muchas de las actitudes y acciones que realizó Bosques a lo largo de su trayectoria política pueden hoy considerarse un precedente en el tema de los derechos humanos.
Las actividades continuaron con la conferencia “Ciencia, Humanidades y Exilio Español en México”, a cargo de Mari Carmen Serra Puche. La representante de la Cátedra del Exilio de la UNAM, comentó que la pléyade de profesores e investigadores refugiados no fueron unos desconocidos para el país que les abrió las puertas.
“Muchos de ellos ya habían estado en México o muchos de los mexicanos ya habían estado en España en los proyectos de investigación durante la República Española en los avances tanto de la residencia a estudiantes como en muchas de las Universidades Españolas”, y por lo tanto había afinidades entre la Segunda República Española y el México posrevolucionario que se acentuaron con la llegada del Exilio.
En el homenaje se exhibió la exposición fotográfica titulada “Solidaridad en tiempos difíciles”, a cargo de Luis Miguel Vargas.
Fabiola Trelles, Miriam Gómez y Alejandra Monsiváis.