Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/391/13
México, D.F., 4 de noviembre de 2013
- Desde el inicio de la actual administración el Conacyt ha sido sensible a las necesidades de la Academia Mexicana de Ciencias: José Franco
- El apoyo a la Sociedad Mexicana de Física nos permite no solo continuar con los programas y proyectos, sino además ampliarlos para llegar a áreas como la enseñanza y la divulgación: Jaime Urrutia
- El doctor José Franco durante su visita a San Luis Potosí realizada la semana pasada.
Foto: AMC.
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El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Franco, reconoció que gracias al apoyo que recibe del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la organización ha podido llevar a cabo los programas que opera para la difusión y promoción de la ciencia en la sociedad, aunque existen otros proyectos que son financiados con recursos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y otros más que se realizan con algunas otras aportaciones, “pero el grueso del financiamiento de la AMC viene básicamente del Conacyt”, dijo.
“En años anteriores –agregó- ocurrieron fluctuaciones en el apoyo que otorga el Conacyt con el consecuente desequilibrio en nuestros programas. En este año me da mucho gusto decir que el Consejo ha sido sensible a las necesidades de la AMC y nos ha dado un apoyo significativo. Lo mismo puedo decir de la SEP federal, que ha sido fundamental para realizar proyectos que son bastante caros, pero que inciden en la preparación científica de los jóvenes”.
Precisó que la realización de estos programas no implica una negociación o discusión entre las dos partes, sino que en este caso lo que hace la AMC, y hacen todas las sociedades científicas que buscan recursos, es presentarle al Conacyt un presupuesto basado en los proyectos que cada agrupación tiene y que son propios, y el Consejo decide cómo financiarlos.
“Pero por otra parte -dijo-, tenemos algunas actividades que realizamos de manera conjunta, por ejemplo, el convenio tripartita entre Conacyt, la AMC y el Consejo Consultivo de Ciencias (CCC), a través del cual hemos realizado proyectos como el titulado Hacia dónde va la ciencia en México”.
José Franco comentó que en el pasado se han realizado diferentes proyectos con muy buenos resultados y expresó su confianza de que en el futuro se seguirá en la misma dirección, pues esta reflexión que se ha hecho de la ciencia sobre sí misma en numerosas mesas exposición y debate a lo largo de este año, no solo era necesaria sino que propone llevarla a cabo en distintos momentos, como es también necesario organizar proyectos de comunicación de la ciencia de una manera conjunta entre Conacyt, la AMC y el CCC”.
Programas más estructurados
Por su parte, el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Sociedad Mexicana de Física (SMF), señaló que el apoyo que han recibido del Conacyt la agrupación que encabeza y las otras sociedades científicas en el país ha sido muy importante, porque ha permitido continuar y ampliar los programas y llegar de manera más intensa a áreas como la enseñanza y la divulgación, además de las actividades sustanciales de la sociedad como son los congresos nacionales, la publicación de una revista y de un boletín y algunas tareas de colaboración que se realizan dentro y fuera del país.
“Esto lo podemos ver en un contexto más amplio –agregó Urrutia. En los últimos años hemos tenido cambios muy importantes y hemos pasado de una sociedad global de mercado a una sociedad impulsada por el conocimiento, por el desarrollo y la creación de nuevos conocimientos y la innovación tecnológica. Esto ha ido ampliando la brecha que ya teníamos entre los países pobres y los ricos, hacia una brecha entre quienes generan conocimiento y tienen capacidad de usarlo para innovar y los que no la tienen.
“En este marco, los nuevos programas de apoyo que plantea Conacyt van a permitir que avancemos para tener una agenda nacional mucho más estructurada y amplia”, apuntó Urrutia Fucugauchi.
Señaló que lograr el avance científico es una tarea compartida y no exclusiva del gobierno, del sector privado o solo de la parte académica, sino una tarea que deben todos de coordinar y tratar de optimizar los nuevos recursos.
“Las sociedades tienen la ventaja de agrupar a sectores específicos en las diferentes áreas del conocimiento, entonces si de alguna manera logramos involucrar al conjunto de sociedades científicas dentro de iniciativas mucho más amplias, creo que el resultado puede ser mucho mejor.
“Vemos con mucho optimismo y agradecemos que se otorgue este apoyo a las actividades de la SMF, y ahora a nosotros como sociedad nos toca contribuir de una manera efectiva a que esto funcione bien”, destacó.
Jaime Urrutia habló de la posibilidad de llevar a otros niveles el tipo de trabajo que pueden hacer las sociedades científicas dentro de este contexto amplio que plantea. “Sí, una parte es coordinar actividades directamente con el Consejo y también con otros organismos como el CCC o la AMC, las sociedades tienen entonces la posibilidad –de hecho la SMF lo hace– de coordinar esfuerzos con otras sociedades afines”.
Expuso que las sociedades al estar más cercanas a las comunidades de investigadores y a los estudiantes pueden formar una interfase interesante entre las propuestas a nivel del gobierno federal, vía el Conacyt, y llegar a los sectores más amplios formados por estudiantes y académicos.