Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/30/06
México, D.F., viernes 28 de abril de 2006
- Califica como pobres los alcances en este sexenio en la materia, ya que la inversión disminuyó considerablemente
- Renueva la Academia Mexicana de Ciencias su Consejo Directivo
- Laclette se comprometió a fomentar la vinculación nacional e internacional con otras academias.
Foto: Jorge H. Sales O./AMC
Imágenes en alta resolución
Nos encontramos en una etapa incierta para el desarrollo científico y tecnológico de México, mencionó Juan Pedro Laclette, al asumir esta tarde la presidencia de la Academia Mexicana de Ciencias.
¡Estamos al final de un sexenio que despertó grandes expectativas, con la aprobación de la Ley de Ciencia y Tecnología y del acuerdo legislativo para invertir el 1 por ciento del PIB en investigación, desarrollo e innovación, pero que en la realidad resultó pobre, puesto que la inversión no sólo no aumentó sino que disminuyó considerablemente!, dijo.
El también director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México lamentó que ninguno de los candidatos con probabilidad de ganar la próxima elección presidencial haya privilegiado hasta ahora el tema de la inversión en investigación y desarrollo como un motor para el crecimiento nacional.
Para ello, se comprometió hacer llegar a cada uno de los cinco candidatos a la Presidencia de la República el documento Por un Nuevo paradigma de Política Pública para el Conocimiento y la Innovación en México, cuya elaboración estuvo a cargo del presidente saliente, Octavio Paredes López, y que será distribuido previamente a cada uno de los miembros de la AMC.
¡Una política sostenida de inversión pública y privada en investigación y desarrollo mejora la educación, impulsa la mano de obra y estimula el surgimiento de nuevas tecnologías y productos, en otras palabras genera prosperidad!, afirmó Laclette, quien es doctor por el Instituto de Investigaciones Biomédicas y posdoctor por la Universidad de Harvard.
Durante la ceremonia de Inicio del XLVII Año Académico de la AMC (en la que ingresaron 59 nuevos miembros a esta institución( se comprometió a continuar con los esfuerzos de su antecesor respecto a la labor de convencimiento ante las autoridades gubernamentales, actuales y futuras, para lograr que la investigación y el desarrollo sean adoptados en una verdadera política de estado, y conseguir que estos rubros sean reconocidos y aprovechados como un bien social.
Asimismo, informó que reforzará el trabajo colegiado de las secciones regionales de la AMC, así como los programas permanentes que la integran, además de fomentar la vinculación nacional e internacional con otras academias.
De igual manera, detallará la posición de la institución que preside sobre temas de gran pertinencia como agua, energía, medio ambiente, pérdida de la biodiversidad, sociedad civil, educación y salud.
¡Reafirmo mi convicción de una ciencia mexicana comprometida con la búsqueda de la verdad, así como de la prosperidad y del bienestar de la sociedad que la sustenta. Una ciencia mexicana con un claro compromiso social!, expresó Juan Pedro Laclette, quien es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel III.
El presidente de la AMC ha enfocado su carrera científica al estudio de la cisticercosis humana y porcina, y en tiempos recientes, a la amibiasis, y actualmente coordina el consorcio que pretende dilucidar el genoma de la Taenia solium.
Cabe destacar que Juan Pedro Laclette cuenta con más de cien publicaciones, tanto científicas como de divulgación; ha dirigido 30 tesis, entre ellas 9 de doctorado; y ha dictado conferencias en instituciones nacionales y extranjeras, entre las que destacan las Universidades de Harvard y Georgia, el Center for Disease Control de Atlanta, y la Escuela de Salud Pública de Holanda.
Durante la ceremonia llevada a cabo en la Casa Tlalpan, tomaron también posesión los demás integrantes del Consejo Directivo: Rosaura Ruiz, quien se desempeñará como vicepresidenta; Mari Carmen Sierra Puche, como tesorera; José Franco, secretario electo, y Osvaldo Mutchinick, secretario designado.
En su participación, Gustavo Chapela Castañares, director general de Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología, reconoció que los retos para la construcción de una sociedad sustentada en el conocimiento constituyen un desafío para el conjunto del sistema educativo, desde el nivel preescolar; sin embargo, es necesario reconocer que con un posgrado nacional de alta calidad y un emplazamiento científico consolidado y competitivo se tendrá la oportunidad de participar en la nueva etapa del desarrollo mundial.
¡El fortalecimiento del posgrado nacional y el desarrollo científico tecnológico deben reconocerse como prioridades nacionales, tal y como a ocurrido en otros países!, dijo.
Recordó que la productividad de un investigador se mide con base en el número de artículos y patentes que genera, así como la cantidad de estudiantes de doctorado cuyas tesis dirige hasta obtener el grado.
En ese sentido, lamentó que el promedio de estudiantes graduados por los miembros del Sistema Nacional de Investigadores involucrados con los Programas Nacionales de Posgrado sea de 0.08 por cierto, lo que representa un graduado por cada 12 años por cada integrante. ¡En nuestras instituciones (universidades y centros de investigación), el indicador es entre 0.35 y 0.4 por cierto, lo que equivale a un estudiante graduado cada tres años».
Chapela Castañares indicó que para revertir esta tendencia se requiere reforzar los apoyos al posgrado nacional, enfocarlos en los programas orientados a la formación de investigadores, así como alinear los instrumentos de fomento de la investigación científica, aunado a la generación de nuevos mecanismos de fomento que colaboren efectivamente con las tareas que realizan los investigadores que forman estudiantes de posgrado.
El director del Conacyt añadió que atender estos problemas en gran medida supone resolver una situación estructural, lo que implica aplicar políticas de mayor alcance y profundidad, que aquellas que comúnmente se asocian con la investigación y el desarrollo tecnológico.
Durante la ceremonia, Ambrosio Velasco Gómez, integrante de la Comisión de premios de la AMC y director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, presentó a los ganadores de los Premios a las mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades.
En la edición 2005, en el área de Ciencias Sociales lo recibieron Francisco Ibarra Palafox por la tesis Minorias Culturales, Estado Nacional e Instituciones Políticas básicas. Un modelo teórico para el acomodo de las minorias culturales, y Abigail Rodríguez Nava por Desempleo Involuntario en Equilibrio General Competitivo.
En el área de Humanidades, Jorge Enrique Linares Salgado por Principios de una ética para el mundo tecnológico ,y Ramfis Ayús Reyes por El habla en situación: conversaciones y pasiones. Estudio sobre la vida social en un mercado.