Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/230/17
Ciudad de México, 20 de octubre de 2017
- La verdadera importancia de la ciencia radica en comunicarla al público, señala el Premio Nobel de Química.
- A los científicos les corresponde ofrecer evidencia; a los políticos diseñar políticas públicas basadas en evidencias, en información científica, apunta el fisicoquímico.
- Mario Molina, uno de los principales investigadores a nivel mundial de la química atmosférica, ganador del Premio Nobel de Química en 1995, ofreció la conferencia «Cambio climático: Ciencia y Política», en el Primer Congreso Mexicano de Política basada en Ciencia. Mejora de la interfaz ciencia-política, en las instalaciones de la SRE.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Desde la perspectiva de Mario Molina, Premio Nobel de Química 1995, el papel de la ciencia en su conexión con las políticas públicas es la de informar a los tomadores de decisión sobre los posibles escenarios que pudieran presentarse según las decisiones que se tomen, pero no la de señalar qué políticas públicas se deben tener.
Así se expresó el reconocido químico frente a un grupo de especialista sobre temas de políticas públicas, investigadores, académicos y representantes del sector diplomático, durante la conferencia magistral que ofreció la tarde del jueves en el día de apertura del Primer Congreso Mexicano sobre Política basada en la Ciencia. Mejora de la interfaz ciencia-política, en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“La ciencia misma no nos dice exactamente cómo se hacen las cosas en la sociedad, qué tipo de políticas debemos tener, ese no es el papel de la ciencia”, señaló categórico Molina y agregó que “la ciencia debe informar qué sucede si hacemos esto o hacemos aquello.
“Lo que es un hecho es que tenemos que hacer ciencia con valores, es crucial para nosotros, es crucial para la comunidad científica (…) Que no se hable (solo) de las ciencias, sino de un valor que desarrollemos como científicos, queremos hacer cosas para mejorar a la misma sociedad”. También reconoció que ante el “enorme papel” que tiene la ciencia, los científicos deben estar conscientes que deben trabajar mucho con los gobiernos, con los políticos.
En nuestra cultura, se aprecia poco a la ciencia
Mario Molina comentó que revisando la inversión que hacen diversos países en relación con su producto interno bruto (PIB) y el alto desarrollo económico que presentan hay ejemplos palpables como los de Estados Unidos y China, pero en el caso mexicano se observa “desafortunadamente que, aparte de tener un porcentaje mucho más pequeño de inversión, estamos muy abajo en la lista, esto significa que en nuestra cultura no nos hemos dado cuenta que se trata de una inversión sumamente importante para los países en los que se hace ciencia y tecnología”.
El científico recordó, una vez más, que los países que tienen mayor inversión en ciencia y tecnología tienen los PIB más elevados y una mejor calidad de vida de su población.
Se mantiene la esperanza
El Premio Nobel mexicano destacó ante los presentes en el salón José María Morelos y Pavón, que en nuestro país se tienen avances en la inversión que se hace en ciencia y tecnología: “Tenemos la promesa de duplicar el .45% en inversión, pero últimamente hemos tenido problemas económicos, es por eso que sigue siendo una promesa, al menos por ley no se puede reducir más, pero la esperanza es que se aumente en estos años y lleguemos al menos al 1%, esperamos que esto suceda en el futuro cercano”.
En el contexto del tema del Primer Congreso Mexicano sobre Política basada en la Ciencia. Mejora de la interfaz ciencia-política, Molina compartió parte su experiencia como uno de los integrantes del grupo de científicos asesores que formaron parte del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología (PCAST, sus siglas en inglés) que acompañó a los presidentes Barack Obama y William Clinton.
“Éramos 21 miembros de la industria y la academia, y la idea era proporcionar asesoría muy general en lo que fuese pertinente para el caso estadounidense, pero de manera muy importante mi trabajo fue ser la voz para los componentes internacionales, la función fue ser una fuente (de información) de alto calibre, de asesoría; la asesoría solo funciona si uno puede dar la asesoría, pero también que alguien lo escuche a uno. Esto fue relativamente fácil cuando estaba el presidente Obama en el poder y se comprobó con la concreción del Acuerdo de París, pese a tener a un congreso en su mayoría republicano, escéptico del cambio climático”, expresó.
Molina comentó que la oportunidad que tuvo de trabajar con el presidente Felipe Calderón (2006-2012) fue a un nivel más personal, sobre esto recordó: “Me invitó a dar un discurso inaugural en la COP16 y fue de gran impacto, (porque) cambió la atmósfera del momento, y dio lugar a la materialización del Acuerdo de París. Hice observaciones generales sobre el cambio climático. Afortunadamente en ese momento México tomó una postura de liderazgo entre los países en desarrollo para poner al cambio climático en el mapa de las relaciones internacionales”.
Educación y comunicación
Mario Molina resaltó, asimismo, el desempeño que tienen de las Academias Nacionales en Estados Unidos, “las cuales han tenido un papel muy importante en la educación, ya que han propuesto con base en la ciencia del aprendizaje, la ciencia educativa, hacer ciencia más que memorizarla, “un método muy poderoso” que mantiene muy activos a los niños.
El investigador de la Universidad de California en San Diego evaluó que la educación es uno de los temas clave para la ciencia y la tecnología, así como el de la comunicación, de esta última expuso que “nuestro papel es no sólo dedicarnos a la ciencia, sino comunicarla al público en general, esta es la importancia verdadera de la ciencia y su conexión con la política, con los temas económicos. Tenemos que aprender a hacer esto bien, ya que tendemos a aislarnos, a usar un lenguaje que solo los científicos de nuestro entorno entienden, así que tenemos que aprender a usar un lenguaje común para comunicarnos”.
El doctor Molina, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, dedicó parte de su conferencia a abordar el cambio climático como ejemplo de su relación con la ciencia y la política, y sobre algunos mitos alrededor del cambio climático y la forma en cómo éstos se pueden abordar para desmitificarlos.
El Primer Congreso Mexicano sobre Política basada en la Ciencia. Mejora de la interfaz ciencia-política los días 19 y 20 de octubre, fue co-organizado por el Consejo Consultivo de Ciencias, la Oficina de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Presidencia y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.
Fabiola Trelles Ramírez.