Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/047/19
Ciudad de México, 5 de marzo de 2019
- El polvo urbano, que generalmente está contaminado con metales pesados, entra en contacto con la población ya sea por ingestión, inhalación o a través de la piel.
- Investigadores de la UNAM diseñaron un sistema de monitoreo de la contaminación por metales pesados en suelos y polvos urbanos que pronto será puesto en marcha.
- De acuerdo con un estudio publicado en enero de 2019, las alcaldías de Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero son las que mayor índice de metales pesados presentaron.
- En la imagen se pueden observar las zonas contaminadas con vanadio en polvos urbanos de la Ciudad de México y el área metropolitana. Los sectores de color rojo más intenso son en los que se identificó mayor concentración del metal pesado.
Imágenes: cortesía Dr. Francisco Bautista (https://bit.ly/2ISvk3j)
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Los suelos y los polvos urbanos de las ciudades son elementos del ambiente que tienen un impacto en la salud humana, ya que pueden contener metales pesados, algunos de los cuales pueden causar enfermedades, entre ellas cáncer; por lo que estudiarlos es del interés del doctor Francisco Bautista Zúñiga, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El investigador destacó en entrevista que los suelos tienen la capacidad de retener metales pesados, pero cuando la cantidad es elevada, el suelo ya no puede mantenerlos y se convierten en fuente de metales como plomo, cobre o zinc, que son tóxicos para la salud humana si se ingieren en altas concentraciones o si se respiran aun en bajas cantidades.
En cuanto al polvo urbano, este se compone de partículas provenientes del suelo, polen, semillas, ceniza, partículas liberadas al ambiente provenientes del desgaste de los edificios y casas. También las industrias, chimeneas de las casas y escapes de los automóviles emiten partículas a la atmósfera, y en el corto plazo y dependiendo de las condiciones climáticas, se depositan sobre los suelos de parques, avenidas, banquetas, paredes y techos de casas y edificios, así como en las hojas de los árboles.
Los metales pesados que contiene el polvo urbano provienen del desgaste de los automóviles (frenos, catalizadores, escapes, pintura, desgaste de motor) y de las casas, así como de la descomposición de los residuos sólidos, tan es el caso de las botellas de plástico. Muchas de estas partículas son respirables y estos contaminantes no son registrados por los sistemas de monitoreo de la atmósfera porque se producen a nivel de suelo o piso.
Para tratar de identificar si el polvo urbano de un sitio está contaminado y con qué metales pesados, el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias dijo que es necesario acudir al lugar de estudio y tomar muestras del suelo y del polvo urbano y, posteriormente, analizarlas en el laboratorio con técnicas de fluorescencia de rayos X o de absorción atómica y otros equipos, para determinar la cantidad de metales pesados.
“Hemos desarrollado pruebas rápidas de identificación de metales pesados, como el color del polvo urbano como indicador de contaminación por elementos potencialmente tóxicos. Identificamos que los polvos urbanos de colores más obscuros, como grises obscuros y negro, generalmente son los que contienen mayores concentraciones de metales pesados, en especial de plomo, vanadio, cobre y zinc”.
Otra técnica desarrollada por el equipo de trabajo en el que participa Francisco Bautista Zúñiga consiste en medir las propiedades magnéticas del polvo urbano para saber si una muestra está contaminada con metales pesados.
Como parte del trabajo que ha realizado el investigador en el Laboratorio Universitario de Geofísica Ambiental del CIGA, está el desarrollo de tres aplicaciones móviles para el muestreo de suelos, polvos y plantas con el fin de que el registro de los datos de las muestras que se toman del polvo, las plantas y el suelo se realice de manera homogénea. “Los datos (número y nombre del sitio, ubicación fecha, hora, propiedades de la muestra) se reciben en tiempo real en el servidor del proyecto y desde ahí se corrobora la calidad de la información”, describió. Además, se ha desarrollado un software para el análisis de los metales pesados en suelo y polvos urbanos.
Los resultados de la CDMX
El doctor en ciencias por la UNAM ha estudiado el tema del polvo urbano en doce ciudades del país y seis del extranjero, entre las primeras está la Ciudad de México en donde junto con su grupo de trabajo tomó y analizó más de 500 muestras.
Entre los resultados que se publicaron en el estudio “Identificación de las zonas contaminadas con metales pesados en el polvo urbano de la Ciudad de México”, publicado en enero de 2019, destaca que los elementos presentes en más sitios y superficies contaminadas son: cromo, zinc, cobre y plomo, y que en las muestras de suelo de la Ciudad de México estos últimos tres metales provienen del tráfico vehicular y la industria.
En lo que se refiere a las alcaldías con mayor índice de metales pesados, de acuerdo con las muestras que se recolectaron y analizaron, están Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.
Acerca de las medidas que la población en general puede tomar ante la presencia del polvo urbano contaminado con metales pesados, el cual entra en contacto con la población ya sea por ingestión, inhalación o por contacto vía piel, indicó el investigador, están barrer las calles, tener plantas en las ventanas, quitarse los zapatos en la entrada de la casa y hacer caso de las recomendaciones del gobierno acerca de las condiciones en las que se encuentra este contaminante en el ambiente.
Bautista Zúñiga adelantó que está por ponerse en marcha el “Sistema de monitoreo de la contaminación por metales pesados en la Ciudad de México”, en cuyo desarrollo participó, “esperamos que una vez que empiece a funcionar se logre un mejor control de los contaminantes que afectan la salud humana”.
Noemí Rodríguez González.