LA PREVENCIÓN, ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE PREDECIR UN SISMO

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/329/13
México, D.F., 19 de septiembre de 2013

  • La estadística consiste en métodos basados en las matemáticas que permiten establecer la probabilidad de que ocurra algún evento a partir de un conjunto de datos. En el caso de los sismos no se ha encontrado un patrón de la frecuencia con que ocurren
Si bien la información estadística no permite predecir cuándo va a ocurrir un temblor, sí se pueden desarrollar planes de contingencia que tomen en cuenta las condiciones particulares de los lugares en donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo, explicó Armando García de León.
Si bien la información estadística no permite predecir cuándo va a ocurrir un temblor, sí se pueden desarrollar planes de contingencia que tomen en cuenta las condiciones particulares de los lugares en donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo, explicó Armando García de León.
Foto: Arturo Orta/AMC.
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Con la finalidad de analizar la frecuencia de la actividad sísmica que puede afectar a la ciudad de México, el maestro Armando García de León, del Departamento de Geografía Económica del Instituto de Geografía de la UNAM, realizó un estudio de los sismos ocurridos desde 1900 hasta la fecha, en una franja de 500 kilómetros cuadrados que comprende las costas y el territorio de Michoacán, Guerrero y parte de Oaxaca.

Lo anterior debido a que en dicha franja ocurren sismos que pueden poner en peligro a la ciudad de México y a sus 22 millones de habitantes. Otro elemento que se tomó en cuenta para el estudio es la magnitud.

“Al cruzar esas dos variables los datos que obtuvimos indican que han transcurrido cerca de 12 años sin que en esta zona ocurra un sismo de más de 7.5 grados en la escala de Richter”, dijo el investigador.

El Servicio Sismológico Nacional (SSN) tiene una base de datos desde 1900 de la actividad sísmica en el país, entonces Armando García retomó la información que corresponde a la zona sísmica de interés, la sistematizó y eliminó los sismos de magnitud menor a los 6.5 grados, para tener una estimación de los que podrían representar una amenaza para la ciudad de México.

La estadística consiste en una serie de métodos basados en las matemáticas que nos permiten establecer la probabilidad de que ocurra algún evento a partir de un conjunto de datos. Puede haber una probabilidad alta, baja o media, para eso generalmente se plantean escenarios en la misma proporción.

También posibilita hacer pronósticos, relacionados por ejemplo con el Producto Interno Bruto (PIB) o con el número de habitantes del país, esto cuando se trata de parámetros con un comportamiento consistente y estable en el tiempo, que no cambian o que lo hacen gradualmente.

El estudio realizado muestra que al someter los datos obtenidos a los análisis estadísticos no se encuentran elementos que permiten hacer predicciones. “En el caso de los sismos no se ha encontrado un patrón de la frecuencia con que ocurren, de pronto se concentran en un año y en ocasiones no aparecen en gran cantidad. Desde la estadística se necesita un patrón consistente, que crezca de manera moderada en el tiempo y en el caso de los sismos no existe”, explicó el maestro García de León.

Si se observa cuál ha sido la actividad sísmica desde el año 2006 a la fecha, de acuerdo con los datos del investigador, de 71 sismos en la franja de 500 kilómetros cuadrados que comprende las costas y el territorio de Michoacán, Guerrero y parte de Oaxaca, ocho han superado los 6.0 grados Richter y solo uno ha superado los 7.0 grados.

Al ver la concurrencia de sismos registrados en agosto de este año, el investigador decidió estudiar la cantidad de sismos de 2006 a la fecha en la zona de interés para la ciudad de México, y ver cuáles han sido de 5.0 a 5.9 grados o de 6.0 grados y más. Observó que en 2006 se registraron 8 temblores de 5.0 grados o más; en 2007 se presentaron 9; en 2008 y 2009 solo 5; mientras que en 2010 ocurrieron 10. Finalmente, en los últimos tres años los sismos de magnitud 5.0 o más fueron 7, 18 y 12, respectivamente.

Si bien la información estadística no permite predecir el momento en el que va a ocurrir un temblor con magnitud mayor a 7.5 grados Richter, que puede provocar afectaciones estructurales en la ciudad de México, sí se pueden desarrollar planes de contingencia que no sean tan generales, y que tomen en cuenta las condiciones particulares de los lugares en donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo, insistió el maestro Armando García.

Noemí Rodríguez González


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