Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/104/18
Ciudad de México, 26 de abril de 2018
- Para mejorar la praxis en la experimentación científica, el director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Jorge Linares, propone la asimilación en los laboratorios de las tres “r”: reducir, refinar y reemplazar.
- La postura antropocéntrica es una parte central de la discusión en bioética, señala el filósofo.
- Los macacos cangrejeros Zhong Zhong (izquierda) y Hua Hua (derecha), primates clonados con la misma técnica que se utilizó para la oveja Dolly, fueron noticia en los primeros meses del año y tema de debate desde varias perspectivas, que fueron desde la técnica que se utilizó para la obtención de estos animales hasta las consideraciones éticas del uso de los primates para experimentación.
Foto: Tomada de www.cell.com.
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La discusión sobre si es necesaria y justificada la experimentación biotecnológica y farmacéutica con animales para obtener nuevos fármacos, mejores tratamientos y seres modificados susceptibles de ser comercializados como material de uso y de patentamiento sigue siendo un tema tratado por la bioética, una disciplina filosófica que cuestiona las acciones que emprenden los humanos por sus fines y por sus medios.
La noticia de la clonación de dos macacos cangrejeros, dada a conocer el pasado 24 de enero de 2018, avivó el debate entre quienes se pronuncian a favor o en contra del uso de animales para experimentación, y es en ese sentido Jorge Linares Salgado, director de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló que “el uso de animales en la investigación ha sido necesario hasta ahora, el problema es cuántos animales usamos, cómo los usamos, cómo les causamos sufrimiento y cómo los matamos”.
Los primates Zhong Zhong y Hua Hua fueron clonados con la misma técnica que se utilizó para la oveja Dolly, mediante transferencia nuclear de células somáticas, es decir, se insertaron los núcleos celulares con la información genética en óvulos vacíos y tras ser fertilizados se introdujeron en la matriz de hembras, con la novedad de que en esta ocasión se utilizaron factores epigenéticos que facilitaron la reprogramación celular del embrión.
El método utilizado por científicos del Instituto de Neurociencias de la Academia Nacional de Ciencias China y que reportaron en la revista Cell ha sido cuestionado por ser poco eficiente, pues de 109 embriones transferidos solo se consiguieron seis embarazos, de los cuales únicamente nacieron dos clones sanos.
Linares Salgado, doctor en filosofía, consideró que siempre hay que debatir los métodos en la experimentación científica, ya que es la única forma en que la ciencia ha avanzado y se ha ido perfeccionando, y que se debe hacer una ciencia más eficiente para lograr, incluso algún día, dejar de utilizar animales. Es por ello que hizo énfasis en la propuesta de que los científicos se apropien de las tres “r”:
“La primera es reducir el número, ya que se utilizan millones, miles de millones de animales (desde peces cebra, ratones, macacos) y no está justificado este volumen enorme si comparamos en términos brutos los resultados. Esto se debe a una mala praxis que se traduce en errores. La segunda “r” es refinar los experimentos, si se usan menos animales, se perfilan los experimentos y métodos para no tener que utilizar 100 ratones sino 10, dependiendo los casos”, expuso.
Y la tercera “r” es reemplazar, la más difícil. En muchos experimentos se ha podido lograr el reemplazo de animales al perfeccionar el uso de células, embriones, modelos computacionales y a nivel molecular. “No siempre se puede, estoy de acuerdo, pero estas tres “r” son las reglas de la experimentación científica, se tienen que aprender y se tienen que adquirir”, señaló Jorge Linares, durante su participación en la mesa de discusión “Consideraciones éticas del uso de los primates para experimentación”, que formó parte Del seminario La clonación de Zhong Zhong y Hua Hua.
Para reemplazar el uso de animales, incluso, está la posibilidad de que se crearan organismos específicamente diseñados para experimentación mediante la biotecnología, serían modelos muy básicos y que tal vez no tuvieran sensibilidad para no sentir dolor, aunque en otras investigaciones pudiera sí ser necesario, pero ello entrañaría otros cuestionamientos éticos respecto al uso de esa vida fabricada.
La discusión central en bioética es, si desde una postura antropocéntrica, se pudiera decir que “como humanos tenemos derecho a usar a los animales solo porque no somos nosotros”, reflexionó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias y aseguró que sí existe un problema ético al usar otros animales “solo porque tenemos el poder de hacerlo y que no nos parezca muy relevante que al año mueran millones de animales con fines científicos”.
Luz Olivia Badillo.