Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/171/19
Ciudad de México, 13 de septiembre de 2019
- Se estima que en México hay 33 millones de cabezas de ganado bovino, las cuales generan 2,039 gigagramos de metano cada año.
- Investigadores proponen incorporar a la dieta bovina la planta nativa mirasol (Cosmos bipinnatus Cav) que reduce hasta 20% la producción de este gas.
La ganadería bovina a nivel mundial genera 20% del total de los gases de efecto invernadero (GEI), en especial metano (CH4), un gas que tiene un efecto 28 veces mayor al dióxido de carbono y tiene una vida media de 9 a 15 años en la atmósfera. Dada su contribución al cambio climático, contar con inventarios nacionales con estimaciones precisas sobre este gas es relevante para implementar estrategias de mitigación acordes a la realidad ganadera de México.
Octavio Castelán Ortega, coordinador del documento Estado del Ciclo del Carbono en México: Agenda Azul y Verde, capítulo “Ganadería”, junto con Juan Carlos Ku Vera, dijo que en este documento “el resultado más importante tiene que ver con el volumen total de emisiones de metano para la ganadería bovina de México, actividad que contribuye con 2 039 gigagramos (un gigagramo es equivalente a un millón de kilogramos) cada año, de una población estimada de 33 millones de cabezas de ganado”, destacó.
Explicó que a diferencia de otros inventarios presentados por México en el pasado, el de este año se realizó con la metodología Tier 2, propuesta por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, que se caracteriza por estimar los factores de emisión de metano por región climática del país (para México fueron cinco regiones climáticas: muy seco, seco, templado, cálido subhúmedo y cálido-húmedo); por tipo de ganado: productor de leche, productor de carne, ganado de doble propósito, de diversas edades y pesos; y por sus distintas dietas alimentarias.
“Utilizamos factores de emisión propios de México, un aspecto nuevo para el país que nos coloca por arriba de la gran mayoría de los países de América Latina que todavía realizan sus estimaciones con Tier 1, una estimación general que multiplica el número de cabezas de ganado bovino por un factor de emisión por defecto sin considerar las particularidades antes mencionadas”, agregó el investigador de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Añadió que la incertidumbre del inventario ronda 20%, hacia arriba y hacia abajo, porcentaje comparable con los reportes que han entregado países como Estados Unidos, Francia y Canadá, por lo que esta aportación puede ser considerada confiable.
Uno de los aspectos necesarios para poder efectuar el inventario, que inició en el año 2017, era medir in vivo la producción de CH4 de ganado a partir de la fermentación ruminal y en el país sólo hay dos laboratorios que cuentan con las cámaras de respiración de circuito abierto para generar esta información científica básica: la FMVZ-UAEM, en el Estado de México, y la FMVZ de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en donde se encuentra el doctor Ku Vera.
En las cámaras de respiración se reproducen las condiciones en las que viven los animales en el campo, por ejemplo, la dieta varía de acuerdo con la región climática, así que lo que hicieron los integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias en sus laboratorios fue conseguir las dietas de acuerdo con la región y alimentarlos con ellas para la toma de datos. Con su equipo de investigación generaron una serie de ecuaciones y predicciones matemáticas para estimar las contribuciones de CH4.
La dieta, clave para reducir emisiones de metano
Hoy en día se sabe que una vaca adulta puede producir al día hasta 700 litros de metano y los autores de este inventario sugieren que la reducción de las emisiones de CH₄ podría redituar en un incremento de la productividad ganadera dado que el metano emitido por el ganado representa una pérdida de 2% al 12% de la ingesta de energía bruta de los alimentos consumidos.
Su alimentación varía, puede incluir ensilado de maíz, heno de alfalfa, maíz molido, pasta de soya, salvado de trigo, bicarbonato de sodio y vitaminas y minerales. Castelán Ortega y Ku Vera añadieron a la dieta de las reses diversas plantas con amplia presencia en México.
“Nos funcionó la introducción de una planta nativa del altiplano mexicano cuyo nombre común es mirasol (Cosmos bipinnatus Cav), mezclada en cantidades bajas en la dieta de los animales. Comprobamos que se puede reducir la emisión entre 16 y 20% de metano”, explicó Octavio Castelán Ortega. Uno de los retos para mitigar la emisión de este GEI es incorporar este ingrediente u otros que han probado su efectividad para reducir la emisión de metano a escala masiva para 33 millones de cabezas de ganado bovino en el país.
Hay que sensibilizar en el tema a los tomadores de decisiones para que las campañas de información provengan del gobierno hacia los empresarios ganaderos, señaló, e invitar a los productores a colaborar porque en la medida en que conozcamos más este proceso de pérdida de energía en el animal, podremos proponer alimentaciones más eficientes por región climática.
“Una de las premisas de cualquier estrategia de mitigación es que no se reduzca la producción (leche y carne) y que no afecte la salud del animal; en este caso, la planta incluso incrementa la ganancia de peso del animal, lo cual es positivo y sería una motivación para los ganaderos para usarlo”, dijo.
Actualmente, alrededor de 109.8 millones de hectáreas del territorio nacional (56% de la superficie) están dedicadas a la producción ganadera, de las cuales el 43% está degradada por sobrepastoreo, conforme aumente la demanda de carne roja y leche es previsible que siga cambiando el uso de suelo en distintas partes del país lo que generará una presión mayor en el calentamiento global, el ambiente y la alimentación; de acuerdo con el investigador de la UAEM el gran reto es generar e implementar estrategias de mitigación locales que reduzcan la emisión de metano.
El inventario se dio a conocer en el X Simposio Internacional del Carbono en México, celebrado del 12 al 14 de junio en Tepic, Nayarit, y lo publica el Programa Mexicano del Carbono, una Red Temática del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Además, contó con el apoyo del Molina Center for Energy and the Environment. Se puede consultar en el siguiente enlace: http://pmcarbono.org/pmc/publicaciones/EdelCCenM_Agenda_Azul_y_Verde_1er_Reporte.pdf.
Luz Olivia Badillo