Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/219/11
México, D.F., 7 de noviembre de 2011
- Mayor colaboración con secretarías consumidoras de tecnología, propone Arturo Menchaca
- Incluir al Sistema Nacional de Investigadores en una subsecretaría
- El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Dr. Arturo Menchaca Rocha.
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El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Dr. Arturo Menchaca Rocha, llamó al Ejecutivo Federal a dar un papel preponderante a la ciencia y la tecnología para alcanzar un verdadero cambio en el país.
Una transformación en ciencia y tecnología en México, dijo, no se puede lograr sin darles una ubicación predominante en el organigrama Federal, incluyendo una secretaría de Estado para este ramo, como lo han hecho Argentina, Brasil, Uruguay, España y Venezuela, entre otros.
La nueva secretaría, añadió, debe elevar a nivel subsecretaría el fomento a la formación de recursos humanos de alto nivel, así como retomar las problemáticas asociadas al fomento de investigación científica, incluyendo al Sistema Nacional de Investigación (SNI), en otra subsecretaría.
Adicionalmente se debe reconocer, también a nivel subsecretaría, las diferencias que existen entre la investigación tecnológica, por un lado, y la innovación y la competitividad, por el otro.
Algunas de esas subsecretarías, dijo, deberían tener una estrecha colaboración con las secretarías de Educación Media y Superior de la SEP, mientras otras lo harían con las secretarías de Estado consumidoras de tecnología como la de Defensa Nacional, Marina, Economía, Comunicaciones y Transportes, Energía, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Salud y Seguridad Pública.
En el documento “El Único Camino Hacia el Desarrollo de México Pasa por el Conocimiento: Recomendaciones para un Mejor Futuro”, Menchaca Rocha asegura que es un hecho que en la última década la atención del gobierno de la República hacia la ciencia y la tecnología ha disminuido.
Resaltó que desde la promulgación de la Ley de Ciencia y Tecnología en el año 2000 que constituye al Consejo General de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico como el órgano que define la política del Estado en la materia y que establece que este debe reunirse dos veces por año, sólo se han tenido pocos encuentros; tres en el sexenio 2000-2006 y uno más en los cinco años que lleva la administración actual.
Otro ejemplo de la poca atención, dijo, es el hecho de que durante la primera mitad del periodo presidencial de Vicente Fox sus informes anuales trataban a la ciencia y la tecnología como un tema dentro de la categoría de desarrollo humano y social, pero la segunda mitad de ese gobierno ambas cayeron al nivel de subtema dentro de la misma categoría.
En el texto Menchaca Rocha afirma que en el presente sexenio la ciencia y la tecnología siguen apareciendo a nivel de subtema, pero ahora asociados a la categoría de economía competitiva y la generación de empleo.
En la práctica, agrega, la reorganización de la Secretaría de Educación Pública de 2005 eliminó la Subsecretaría de Educación e Investigación Tecnológica así como la de Educación Superior e Investigación Científica, sin crear nada equivalente en la Secretaría de Economía, que desde entonces se encarga de la tecnología y la innovación a través de la Subsecretaría de Competitividad y Normatividad, desapareciendo la palabra ciencia y tecnología del organigrama.
Deduce que los gobiernos recientes pasaron de una ciencia y tecnología directamente vinculada con la educación, a un organigrama que solo considera el potencial económico de la tecnología, sin ciencia.
Esto, agrega, se deriva del intento de unificar a la ciencia y a la tecnología en alguno de esos dos sectores, cuando en la práctica, la primera esta más relacionada con la educación, mientras la segunda lo debería estar más con la economía.
De esta manera Menchaca Rocha sostiene que el propósito reciente de generar innovación (y empleo) a partir de la tecnología, deja aparentemente a la ciencia básica como un espectador no-bienvenido, lo que genera más tensión que colaboración, entre científicos y tecnólogos.
Por tanto, puntualizó, lo que se requiere es reconocer la importancia estratégica de la ciencia y la tecnología definiéndola como un sector en sí misma, es decir, dándole un nivel de administración pública que le permita un contacto igualitario entre su organismo gestor y los sectores de educación y de economía.