FALLECE PRESIDENTE EMÉRITO DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS DE EU

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/261/16
Ciudad de México, 6 de noviembre de 2016

  • Cada vez es más claro que nuestros mayores desafíos cruzan las fronteras nacionales. La ciencia se ha convertido en un esfuerzo mundial y nuestro reto es asegurar que nuestro trabajo refleje la realidad, respondió el doctor Ralph Cicerone a una entrevista para el Boletín de la AMC.
El científico atmosférico Ralph J. Cicerone, presidente emérito de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, institución que dirigió de 2005 a 2016, murió la mañana del sábado 5 de noviembre a los 73 años, en Nueva Jersey.
El científico atmosférico Ralph J. Cicerone, presidente emérito de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, institución que dirigió de 2005 a 2016, murió la mañana del sábado 5 de noviembre a los 73 años, en Nueva Jersey.
Foto: tomada de www.mcclatchy-wires.com
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El presidente emérito de la Academia Nacional de Ciencia de Estados Unidos (NAS, sus siglas en inglés), el doctor Ralph J. Cicerone, una de las referencias mundiales en el área de la química atmosférica y cambio climático, y reconocido como una voz firme que mantenía un diálogo civilizado y respetuoso con políticos para tratar temas científicos polémicos y actuales, murió la víspera a los 73 años de edad.

Fue el presidente número 21 de la NAS, del 1 de julio de 2005 al 30 de junio de 2016, gestión en la que se distinguió por ser un defensor de la asesoría científica independiente para informar a los tomadores de decisiones, al igual que en su discurso público.

Entre los logros más sobresalientes del trabajo de Cicerone al frente de la NAS está la restauración y renovación del histórico edificio de la Academia Nacional de Ciencias en la Explanada Nacional, en Washington D.C.; la creación de un Programa de Investigación en el Golfo de México con un presupuesto de 500 millones de dólares tras el desastre en la plataforma petrolera Deepwater Horizon; dos visitas a la NAS del presidente Barack Obama, y una lista de varios estudios que ayudaron a definir las causas, el alcance y los efectos del cambio climático global.

En un comunicado difundido por la NAS, su actual presidenta, Marcia McNutt, expresó que “la comunidad científica está de luto por la pérdida repentina e intempestiva de este gran líder que ha sido inesperadamente eliminado de la vanguardia de los temas científicos que más importan para el bienestar futuro de la sociedad».

Recordó que en 2001 Ralph Cicerone, quien durante su trayectoria recibió numerosos títulos honorarios y premios en reconocimiento a su trabajo científico, dirigió un importante estudio de la Academia Nacional de Ciencias sobre el cambio climático solicitado por el presidente George W. Bush. Después de diez años, bajo su liderazgo, se publicó un amplio conjunto de informes titulado America’s Climate Choices, que pedían medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, al mismo tiempo que se identificaban estrategias para ayudar a su país y al mundo a adaptarse a un clima cambiante.

Bajo la dirección de Cicerone, la NAS y la Royal Society de Londres se unieron en 2014 para producir Climate Change: Evidence and Causes, una publicación escrita para políticos, educadores y público en general.

Una de las tareas primordiales de Cicerone, señaló su sucesora en la presidencia de la NAS, fue involucrar al público a la ciencia, por lo que encabezó la creación del Science & Entertainment Exchange de NAS, programa que conecta a profesionales de la industria del entretenimiento en Hollywood con destacados científicos e ingenieros para ayudar en la representación de la ciencia en el cine y la televisión.

Asimismo, trabajó en el desarrollo del libro “Ciencia, Evolución y Creacionismo”, que presentó la evidencia científica que apoya la evolución de manera legible para muchas audiencias. En 2015, convocó a una cumbre internacional para explorar las muchas cuestiones planteadas por la llegada de una nueva clase de herramientas genéticas (como CRISPR /Cas 9) para su uso potencial en la transformación de seres humanos, plantas y animales.

Colaboró con el Boletín AMC
En abril de este año, el doctor Cicerone, aún presidente de la NAS, respondió a una entrevista que le hizo la Academia Mexicana de Ciencias para incluirla en el Boletín electrónico mensual dedicado a las Academias de Ciencias de las Américas que se puede consultar en el siguiente enlace: http://www.amc.edu.mx/comunicacion/boletin/amc054/.

Al preguntarle sobre los desafíos de la NAS en el corto y largo plazo respondió que “cada vez es más claro que nuestros mayores desafíos cruzan las fronteras nacionales. La ciencia se ha convertido en un esfuerzo mundial y nuestro reto es asegurar que nuestro trabajo refleje la realidad”. Agregó que bajo la forma como trabajan las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos “creemos que estamos bien posicionados para proporcionar justamente eso”.

Reflexionó que en el actual contexto, los retos globales requieren respuestas globales y enfoques multidisciplinarios como las nuevas tecnologías de edición de genes para el avance de la ciencia y el tratamiento de enfermedades, pero que también devendrían “retos complejos como la posibilidad de transmitir esos cambios a futuras generaciones, modificando de este modo la línea germinal humana”, además del cambio climático y brotes de enfermedades infecciosas como el Ébola o el Zika.

Como parte de las reacciones tras el repentino fallecimiento del doctor Cicerone, en el artículo “Gone too son”, publicado el sábado en el New York Times, el escritor sobre temas de medio ambiente Andrew C. Revkin destacó la trayectoria del científico atmosférico: “A principios de los años setenta, Cicerone, entrenado inicialmente como ingeniero eléctrico, desempeñó un papel importante en la construcción de la evidencia de que ciertos compuestos clorados podrían amenazar la capa de ozono protectora del planeta”.

Esta línea del resumen de un artículo de Ralph J. Cicerone publicado en Science en 1974, escribió el reportero en su texto, dice mucho: «Los cálculos indican que los clorofluorometanos producidos por el hombre pueden afectar en gran medida las concentraciones de ozono estratosférico en las próximas décadas». Su trabajo fue acreditado en la cita que le hicieron los ganadores del Premio Nobel de Química en 1995, Paul J. Crutzen, Mario J. Molina y F. Sherwood Rowland.

Con información de la NAS, AMC y NYT.


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