Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/088/18
Ciudad de México, 11 de abril de 2018
- Investigadores muestran sus argumentos a favor y en contra de los organismos genéticamente modificados, y aunque mantienen sus posiciones, convergen en no frenar la investigación científica alrededor de los transgénicos.
- En la primera mesa del ciclo Los alimentos transgénicos a debate participaron Julio Muñoz Rubio, Elena Álvarez Buylla, Rosaura Ruiz, Javier Flores y Francisco Bolívar Zapata, en el auditorio Alberto Barajas Celis de la Facultad de Ciencias UNAM.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
Galería de imágenes
El tema sobre el uso de nuevas tecnologías, como la de los transgénicos, para la solución de grandes problemas de la humanidad, promueven el debate académico y social y, por ello, la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM fue sede hoy de un foro donde se escucharon dos posturas, encontradas, sobre uso de este tipo de desarrollos científicos.
“Lo que vimos hoy es que hay posiciones que son irreconciliables. Esto ha ocurrido en la historia de la ciencia, es totalmente normal, los científicos así son, buscan evidencias para argumentar sus ideas, y así va a seguir siendo. Quien da la objetividad de la ciencia no es el científico individual, en la comunidad científica”, sostuvo la académica y moderadora de la mesa Los alimentos transgénicos a debate, Rosaura Ruiz, en el evento realizado en el auditorio Alberto Barajas Celis.
En esta mesa, que es parte de un ciclo de mesas redondas que habrá de concluir el próximo viernes, la investigadora de la UNAM y ex directora de la FC destacó que el foro se organizó por las recientes publicaciones de dos grupos, uno que está de acuerdo con el desarrollo de los transgénicos porque, entre los beneficios que encuentra con el uso de esta tecnología, es que no provoca daños por su consumo, principalmente. El otro grupo, opuesto, señala que esta tecnología no resuelve los problemas que, por el contrario, resulta dañina y peligrosa en términos de bioseguridad.
La también ex presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) señaló que el tema alrededor de los transgénicos en general tendrá que seguir debatiéndose y la investigación científica deberá continuar para saber qué tanta razón hay en un lado y en el otro.
Exposiciones y debate
Para discutir el tema se reunieron los académicos de la UNAM Julio Muñoz Rubio, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades; Elena Álvarez Buylla, del Instituto de Ecología; Javier Flores, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia; y Francisco Bolívar Zapata, del Instituto de Biotecnología. La mecánica de la actividad consistió en una exposición individual y en una sesión de preguntas y respuestas para abrir el debate.
El primero en tomar la palabra fue Bolívar Zapata, quien explicó el contenido del libro Transgénicos. Grandes beneficios, ausencia de daños y mitos, publicado por el Comité de Biotecnología de la AMC, y entre los argumentos que defendió fue el de “la inexistente evidencia científica relevante de daño documentado a la salud, al medio ambiente y a la diversidad por el consumo y el uso de cultivares transgénicos y sus productos”.
En cambio, dijo, los insecticidas químicos que sí dañan la salud y contaminan el ambiente, se siguen usando en muchos lugares del país para eliminar las plagas de insectos, cuando ya se cuenta con plantas transgénicas para dejar de usar esos contaminantes químicos.
Dijo que los científicos a favor de los transgénicos no pretenden sustituir cultivos de maíz, sino sumar experiencias y hacer uso de tecnologías de manera responsable para contender con las grandes demandas, injusticias y problemas que enfrenta el país.
Julio Muñoz en tanto, basó su intervención en una serie de señalamientos de lo que calificó “la verdad absoluta” que se presenta en el libro antes referido. Según el investigador, “la falta de evidencia científica no significa inocuidad de los transgénicos” y expuso que los títulos académicos, premios y demás reconocimientos “no deben usarse para cerrar la discusión” sobre el tema.
Después, Álvarez Buylla presentó sus argumentos y sostuvo que resulta imposible la coexistencia entre maíz transgénico y no transgénico sin contaminación. Por ello, consideró “imprescindible mantener la prohibición de siembra de maíz transgénico en México”.
Por su parte, Javier Flores señalo que es “indispensable favorecer y acrecentar la investigación científica y tecnológica sobre los organismos genéticamente modificados para resolver preguntas controversiales, como: ¿Hay daños a la salud por el consumo de transgénicos? ¿Hay daños al medio ambiente por la dispersión de transgenes? ¿Han aumentado realmente los rendimientos agrícolas con los cultivos transgénicos? ¿Ha disminuido el empleo de agrotóxicos? ¿Es inocuo el empleo del glifosato?
Flores añadió que la evidencia científica tiene que ser el criterio que puede permitir actuar como sociedad frente a estas problemáticas y que los transgénicos son una posibilidad para enfrentar los retos que hoy en día se tienen y que se irán agravando.
Con la sesión de preguntas y respuestas se llegó al debate y en éste se mantuvieron las posiciones antagónicas. Rosaura Ruiz expuso a manera de conclusión que es el grupo que está en desacuerdo con los cultivos transgénicos el que tiene que demostrar el supuesto daño que hacen los organismos genéticamente modificados, y esto “no lo digo yo, así ha sido, así se ha hecho, en la historia de la ciencia”.
Y “como hemos podido escuchar –añadió la bióloga y evolucionista–, no es un tema que se pueda votar o decidir sencillamente”. Recordó que “en la ciencia siempre ha habido posiciones encontradas en diferentes temas y muchas veces se han resuelto uniendo las dos posiciones”.
Elizabeth Ruiz Jaimes.