Estudios genómicos para tratar con medicina personalizada la obesidad

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/057/19
Ciudad de México, 15 de marzo de 2019

  • Así se podrán estratificar a los pacientes con obesidad grado II y obesidad grado III mórbida de acuerdo con su perfil genético a fin de predecir cómo van a responder a una estrategia quirúrgica o farmacológica para perder peso.
Un porcentaje significativo de los pacientes con obesidad mórbida presenta mutaciones en el gen receptor de melanocortina 4 (MC4R), que se ha relacionado con la obesidad hereditaria, informó el doctor Samuel Canizales Quinteros, investigador de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud de la Facultad de Química de la UNAM y del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
Un porcentaje significativo de los pacientes con obesidad mórbida presenta mutaciones en el gen receptor de melanocortina 4 (MC4R), que se ha relacionado con la obesidad hereditaria, informó el doctor Samuel Canizales Quinteros, investigador de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud de la Facultad de Química de la UNAM y del Instituto Nacional de Medicina Genómica.
Foto: tomada de www.google.com.
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En México, el 3% de la población tiene un índice de masa corporal más alto (entre 35 y 40) que el de una persona con obesidad grado I, y con ello más complicaciones en su salud. Una de las estrategias que generalmente se emplea para atender a estos pacientes es la cirugía bariátrica con la que se busca reducir peso, sin embargo, la respuesta a esta intervención es variable.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud una persona tiene obesidad cuando su índice de masa corporal es mayor a 30, y cuando es mayor a 40 se denomina obesidad mórbida. Las personas con este grado de obesidad presentan frecuentemente hipertensión arterial, diabetes mellitus, cardiopatía coronaria, insuficiencia respiratoria y dislipidemia; además pueden padecer limitaciones físicas para realizar diversas actividades.

En lo que se refiere al tratamiento este es multidisciplinario e incluye a médicos, nutriólogos y psicólogos con el fin de crear nuevos hábitos alimenticios y de actividad física; en ciertos casos se considera una cirugía bariátrica para tratar este tipo de obesidad, cuyo principal objetivo es que el paciente baje de peso, explicó el doctor Samuel Canizales Quinteros, de la Unidad de Genómica de Poblaciones Aplicada a la Salud de la Facultad de Química de la UNAM y del Instituto Nacional de Medicina Genómica.

Algunas personas responden positivamente a la cirugía, mientras que otras lo hacen de manera intermedia e incluso no favorable; es decir, después de la cirugía no todos los pacientes bajan de peso.

Para tratar de entender esta variación en la respuesta a la intervención quirúrgica, que va acompañada de tratamiento psicológico y dietario, el doctor en ciencias biomédicas recurrió a la genómica con el objetivo de tratar de estratificar a los pacientes con obesidad grado II y obesidad grado III o mórbida y saber si tienen un perfil genético que permita predecir cómo van a responder a una estrategia quirúrgica o farmacológica.

El investigador, su equipo de trabajo y en colaboración con el Hospital General Doctor Rubén Leñero realizaron un estudio con pacientes que se sometieron a una cirugía bariátrica, ya sea baipás gástrico (en la que se deja un pequeño estómago que se conecta al intestino delgado) o la manga gástrica (se reduce de forma permanente el tamaño del estómago), con el fin de tomar sus datos a seis y doce meses después de la cirugía.

“Se considera que las cirugías fueron exitosas cuando los pacientes disminuyeron al menos 50% de su peso, y fue en el caso del baipás gástrico con el que se lograron mejores resultados en comparación con la manga gástrica”, reportó Canizales Quinteros.

El especialista, que se ha dedicado a estudiar la genómica de la obesidad y comorbilidades asociadas, llevó a cabo un análisis con 112 genes reportados para poblaciones europeas que están relacionadas con el riesgo genético para ganar peso, e identificaron que existía una correlación entre las variaciones genéticas de riesgo de obesidad con la menor pérdida de peso tras la intervención quirúrgica.

“Entre mayor era el número de dichas variaciones a seis meses el 32% de los pacientes no tuvo una cirugía exitosa (no lograron bajar de peso) y al año este porcentaje bajó a 16%. En cambio, para los que tenían menor número de variaciones genéticas la cirugía fue casi 100% exitosa a los doce meses”.

En cuanto a la manga gástrica, añadió el investigador, se encontró que los pacientes con más variaciones genéticas relacionadas con la obesidad pierden menos peso, a los seis meses 67% respondió de manera positiva a la cirugía, y a los 12 meses 50% de los pacientes a quienes se les realizó una manga gástrica no respondió, lo que lleva a pensar al científico y colaboradores si estos pacientes serían candidatos para que se les realice un baipás gástrico.

Además, un porcentaje significativo de los pacientes con obesidad mórbida presenta mutaciones en el gen receptor de melanocortina 4 (MC4R), que se ha relacionado con la obesidad hereditaria, “y en el grupo de pacientes con los que trabajamos encontramos que 5% de ellos la tienen, pero esto no influye en la respuesta a la cirugía; es decir, las mutaciones en MC4R no predicen la pérdida de peso después de la cirugía bariátrica”.

Samuel Canizales apuntó que también se observó que los pacientes después de la cirugía bariátrica y antes de perder peso tenían mejoras metabólicas. Y aunque aún se requieren más estudios, uno de los factores preliminares que puede estar relacionado es la microbiota intestinal como reguladora de distintas incretinas —hormonas que se producen en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos— que tienen un impacto en la sensibilidad a la insulina y en regular algunas hormonas de la saciedad.

El investigador que ha dirigido proyectos con el fin de identificar biomarcadores genómicos, metabolómicos y metagenómicos asociados con la obesidad y sus complicaciones metabólicas dijo que las implicaciones de que la cirugía bariátrica no tenga los resultados esperados —que no haya pérdida de peso— se traducen en mayores costos para los pacientes y para el sistema de salud, ya que generalmente se tiene que realizar otra cirugía.

Así que los marcadores genéticos podrían ayudar a establecer estrategias clínicas con impacto en el paciente, dijo el doctor Canizales durante su ponencia “Avances en el estudio genómico de la obesidad y su potencial aplicación en la medicina personalizada”, que formó parte del coloquio “Obesidad y metabolismo: genómica, dieta y microbiota intestinal”.

Además, el experto indicó que se puede concluir que con la información acerca de la asociación genética de la obesidad que se tiene hasta ahora, pronto será posible hacer medicina de precisión, pero destacó que tener hábitos saludables, como una buena alimentación y hacer ejercicio, siguen siendo la recomendación para que, a pesar de tener un perfil genético de predisposición a desarrollar obesidad una persona no tenga problemas metabólicos.

Noemí Rodríguez González.


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