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Boletín AMC/126/09
México, D. F., 15 de septiembre de 2009.
- De acuerdo con la investigadora miembro de la AMC, esto será posible gracias a la cooperación de casi 200 países que signaron el Protocolo de Montreal
- La molécula de ozono absorbe la radiación ultravioleta del sol, factor principal en casos de cáncer de piel en humanos
- Gracias al Protocolo de Montreal ha sido posible avanzar en el restablecimiento de la capa de ozono, señaló Graciela Binimelis en entrevista.
Foto: AMC
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El empleo de modelo matemáticos prevé que para el año 2050 la concentración de ozono en la estratósfera, sobre la Antártida, recupere los niveles normales, señaló Graciela Binimelis de Raga, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Entrevistada en el marco del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se conmemora el 16 de septiembre, señaló que lo anterior será posible gracias al éxito que ha tenido el Protocolo de Montreal, a través del cual 190 países acordaron reducir o eliminar por completo las emisiones de sustancias que agotan el ozono.
La investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México destacó el ejemplo de cooperación entre los casi 200 países que cooperando lograron la reducción de emisiones que, claramente, estaban ligadas a la destrucción del ozono estratosférico.
Consideró que el éxito del Protocolo de Montreal refleja que es posible que la comunidad de países se ponga de acuerdo y logre cumplir objetivos concretos que redundan en beneficio de todos los habitantes del planeta. Asimismo, destacó la importancia de que exista el mismo impulso para lograr acuerdos sobre otros problemas de contaminantes que afectan a todos, como las emisiones de gases de efecto invernadero.
Agregó que tanto el ozono como la mayoría de los gases creados por el hombre que lo destruyen, tienen efecto invernadero. Por lo tanto, la eliminación gradual de dichos gases, por un lado, permitirá que se recupere el ozono con el beneficio de protegernos de los dañinos rayos ultravioleta y, por otro, redundará en disminuir el calentamiento global.
La experta en física de aerosoles y de nubes insistió en que los ciudadanos comunes, a través de sus representantes en los gobiernos, son los que lograron que se firmara el acuerdo y que se implementaran las medidas que dieron por resultado que las industrias hayan decidido reemplazar los compuestos dañinos por otros que no lo son, por ejemplo, en los sistemas de refrigeración.
Al hablar sobre la importancia de cuidar la capa de ozono, que reside en la estratósfera a una altura de entre 10 y 30 km., advirtió que es vital para la vida del planeta. La molécula de ozono, dijo, absorbe la radiación ultravioleta del sol, que es dañina para la vida ya que puede causar daños al ADN de muchas especies, además de ser el factor principal en casos de cáncer de piel en humanos.
La científica indicó que sí es correcto hablar de un “agujero” en la capa de ozono, debido a que las concentraciones en las regiones polares sobre la Antártida en algunos años se han reducido casi a cero durante la primavera en el Hemisferio Sur.
Graciela Binimelis explicó que la destrucción del ozono en las regiones polares se debe a una combinación de factores, tanto meteorológicos como a las emisiones humanas de ciertos compuestos químicos.
De acuerdo con la investigadora, uno de los factores naturales del proceso de destrucción del ozono son las llamadas nubes estratosféricas polares, que están compuestas de ácido nítrico en fase sólida sobre partículas preexistentes que contienen azufre.
Precisó que sobre los pequeños cristales que componen estas nubes, se producen reacciones químicas de manera más eficiente que en fase gas, y que es ahí donde empieza el proceso de destrucción del ozono.
También, añadió, son importantes las emisiones a la atmósfera de gases que han sido fabricados por el hombre para procesos industriales. Estas sustancias son emitidas a la atmósfera y luego transportados por las corrientes atmosféricas hasta la estratósfera y las regiones polares.
Dio a conocer que entre estos contaminantes existen gases que contienen átomos de cloro, fluor y bromo, que son de muy larga duración porque no hay muchos compuestos que intervengan en su destrucción. Si bien estos gases no reaccionan con el ozono en la atmósfera, en presencia de radiación ultravioleta sufren transformaciones químicas, se vuelven más reactivos e intervienen en la destrucción del ozono.
Finalmente, la investigadora resaltó que es precisamente la interacción de estos compuestos con la superficie de los pequeños cristales que forman las nubes estratosféricas polares lo que “cataliza” la destrucción del ozono.
Desde 1995, el 16 de septiembre de cada año se celebra el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono. Esta fecha fue elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 49/114, para conmemorar la firma del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la conmemoración brinda la oportunidad de centrar la atención y la acción en la protección de la capa de ozono en los planos mundial, regional y nacional.