Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/118/14
México, D.F., 06 de abril de 2014
- En el 2007, México obtuvo el primer lugar en el concurso internacional por el desarrollo de un nuevo método para absorber plomo de las aguas residuales industriales
- Entre más podamos difundir el interés y el conocimiento sobre el agua, el futuro y uso de este vital recurso será mejor, y los jóvenes son clave para enfrentar esta problemática: Cajsa Larsson
- Los jóvenes interesados en participar en la competencia nacional pueden registrarse antes del 30 de abril en la página de la Academia Mexicana de Ciencias: www.amc.mx.
Foto: SIWI.
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Cada año, en la capital sueca, estudiantes pre-universitarios de 30 países compiten por el Premio Juvenil del Agua de Estocolmo, un certamen que desde hace 17 años reconoce a jóvenes por sus ideas e innovación a través de trabajos que abordan el tema del agua y la sustentabilidad. En 2007 México ganó esta competencia.
El concurso, como es tradicional, se lleva a cabo durante la Semana Internacional del Agua, y es en ese importante marco donde los estudiantes presentan a un jurado experto sus proyectos tras haber ganado en sus respectivos países.
En entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias –organizadora junto con la embajada de Suecia en México de la competencia a nivel nacional-, Cajsa Larsson, oficial del programa Premio Juvenil del Agua de Estocolmo, explicó cómo fue creciendo este concurso hasta convertirse hoy en día en el más prestigiado premio que se entrega a los jóvenes en tópicos hídricos a nivel mundial.
“SIWI (siglas en inglés de Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, organizador del premio juvenil y de la Semana Internacional del Agua) tiene una larga historia de laurear adultos a través del Premio del Agua de Estocolmo y quiso premiar a gente joven para que demuestre que también puede dar solución en estos temas; claro que promover la ciencia y el agua entre los jóvenes desde temprana edad es importante”.
Mencionó que este premio, que cuenta con la participación de una treintena de naciones, tuvo su origen en una competencia sueca en 1995 y luego se convirtió en un certamen internacional en 1997 cuando Alemania, Holanda, Noruega y Estados Unidos se unieron al evento. Entre 1998-1999 Australia, Finlandia, Francia, Italia, Latvia, Sudáfrica y Tailandia se sumaron al programa.
Hasta ahora, los participantes, entre 15 y 20 años de edad, quienes no deben haber cursado educación universitaria como requisito, han presentado una gran variedad de temas en torno a la problemática del agua, destacó Larsson, lo cual hace difícil establecer un enfoque predominante, sin embargo, eventos actuales en el mundo, como el tsunami en 2004, tienen una influencia sobre los proyectos.
Indicó que otros temas de actualidad son sequía-inundaciones, agua subterránea, salinización, problemas farmacéuticos relacionados con el agua, y saneamiento e higiene.
“Siempre motivamos a los estudiantes, sin importar el tema de elección, lo relevante es que tengan en mente el medio ambiente y la sociedad. La competencia trata de laurear a jóvenes científicos por sus ideas, innovación y trabajo y en eso nos enfocamos. En una perspectiva a más largo plazo y esperamos que esto nos lleve a una mayor sustentabilidad y un mejor mundo para todos”.
Como muestra de esta creatividad, en los últimos tres años por ejemplo, los proyectos ganadores del Premio Estocolmo Juvenil del Agua han sido: el desarrollo de un teléfono móvil para probar la calidad del agua (2011, Estados Unidos); la utilización de la arcilla para eliminar y recuperar los contaminantes de las aguas residuales (2012, Singapur); y una investigación sobre cómo los organismos vivos pueden ayudar a limpiar los derrames de petróleo en temperaturas extremadamente bajas (2013, Chile). En el 2007, México obtuvo el primer lugar por el desarrollo de un nuevo método para absorber plomo de las aguas residuales industriales.
Larsson destacó que algunos de los trabajos que se presentan usan tecnología para encontrar respuestas a sus preguntas. Otros investigan distintos tipos de tecnología y métodos y ver cómo funcionan y la manera en que se pueden mejorar. “Es relevante no olvidar el beneficio a la gente, a la naturaleza y la sociedad y no solo enfocarse en la tecnología en sí, como herramienta principal”.
La evaluación de los trabajos no es un asunto menor, y para elegir al proyecto ganador se conforma un jurado internacional de expertos en el campo del agua. Los criterios se basan en la importancia global del proyecto, de su relevancia científica y su trascendencia global para el medio ambiente y la sociedad.
El jurado da especial valor a la capacidad creativa del conocimiento, metodología y objeto reflejado en el trabajo, así como a las habilidades prácticas, la calidad del reporte y la presentación del proyecto.
La oficial del programa en Estocolmo admitió que los trabajos que se presentan en la etapa internacional tienen la intención de aportar soluciones a los problemas del agua en el mundo; algunos de ellos tienen seguimiento después de la competencia, otros no.
Destacó que como organizadores del Premio Estocolmo Juvenil del Agua de Estocolmo buscan entre sus objetivos que el número de países participantes aumente: “Entre más podamos difundir el interés y el conocimiento sobre el agua y el tema de la sustentabilidad, el futuro y uso de este vital recurso será mejor, y los jóvenes son clave en esta problemática”.
Este año, la Semana Internacional del Agua de Estocolmo, se realizará del 31 de agosto al 5 de septiembre, en la cual se seleccionará el mejor proyecto de investigación científica sobre manejo sustentable del agua, realizado por jóvenes (individualmente o en grupo).
Con el objeto de seleccionar al representante de México ante este concurso, diversas instituciones coordinadas por la Embajada de Suecia y la Academia Mexicana de Ciencias organizan, a su vez, el Premio Nacional Juvenil del Agua. La convocatoria para el concurso nacional, así como el registro, que concluye el 30 de abril, pueden consultarse en: www.amc.mx
Fabiola Trelles Ramírez