Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/104/09
México, D. F., 31 de julio de 2009.
- Nuestro país sólo ha sido un espectador, debido a la prohibición precautoria de 11 años para el cultivo de plantas mejoradas, afirmó la investigadora del CINVESTAV
- Los grupos ambientalistas se oponen al uso de biotecnología por ignorancia, consideró
- Urgió en la necesidad de mayor educación y comunicación para que la sociedad entienda que son productos buenos
- En el mundo se cultivan biotecnológicamente 65 millones de hectáreas de soya, 37 millones de hectáreas de maíz, 15 millones de hectáreas de algodón y 6 millones de canola.
Foto: AMC
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El crecimiento del país no radica en el turismo ni en las maquiladoras sino en la biotecnología, afirmó Beatriz Xoconostle Cazares, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, quién indicó que este desarrollo tecnológico es el motor que ha movido a otras sociedades que se encuentran en el Primer Mundo, por lo que México no puede ser la excepción.
La también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) explicó que en el panorama mundial de cultivos, 55 países están evaluando las semillas biotecnológicas, y el mayor cultivador de estos organismos es Estados Unidos, con 62 millones de hectáreas ya creciendo.
La especialista en agrociencias dio a conocer que a, nivel mundial, existen 65 millones de hectáreas de soya, 37 millones de hectáreas de maíz, 15 millones de hectáreas de algodón y 6 millones de canola, cifras que van en aumento.
Mientras tanto, manifestó, México sólo es un espectador, debido a que la prohibición precautoria de 11 años para el cultivo de estas plantas lo estancó y durante ese tiempo 25 diferentes países implementaron la biotecnología.
Las cantidades de cultivos biotecnológicos que tenemos son realmente pequeñas en comparación con nuestro potencial, únicamente cien mil hectáreas de soya, algodón y alfalfa; “sin embargo, tenemos potencial mucho mayor para crecer más cultivos utilizando nuestras áreas de suelos marginales”, dijo Beatriz Xoconostle.
En entrevista, la experta señaló que nuestro país tiende a la desertificación, por lo que existen mayores zonas semiáridas, y menor disponibilidad de agua, tal como ocurre en todo el mundo, por lo cual es necesario cultivar más productos mejorados por cualquier método.
Xoconostle Cazares lamentó que Luis Herrera Estrella, el primer mexicano en desarrollar transgénicos por medio del sistema de marcadores para plantas haya sido frenado por organizaciones no gubernamentales y por grupos ecologistas, “pero no frenaron al mundo –afirmó- y ahora, después de 11 años, en el balance de la producción estamos en desventaja”.
Por otra parte, indicó que a los cultivos biotecnológicos se les ha analizado mucho más exhaustivamente que ningún otro producto en la historia de la humanidad y que, a pesar de todo, la tendencia mundial es aumentar el cultivo de las plantas mejoradas.
Los productos transgénicos son una aportación muy importante, sobre todo para la gente que basa su alimentación en la milpa, maíz, frijol, chile y calabaza, va a ser un avance significativo, consideró.
Beatriz Xoconostle afirmó que los científicos mexicanos tienen mucho que aportar, “desafortunadamente las transnacionales ya nos ganaron, pero aún así podemos introducir nuevos cultivos, ya que contamos con los mejores laboratorios y el personal capacitado. Si nuestros legisladores permitieran, al menos, los cultivos experimentales de productos como maíz, algodón, canola y soya”.
Actualmente la científica trabaja en el desarrollo en nuevas variedades de frijol tolerantes a sequías mediante el uso de biotecnología. “La biotecnología no solamente son transgénicos, es asistencia de marcadores y diagnóstico de plagas de manera rápida y efectiva” indicó.
La estrategia de agregar vitamina A en los granos es extraordinaria y, de ponerla en marcha, informó la académica, causaría un impacto a nivel mundial, pero no lo ha sido porque los grupos ambientalistas se oponen al uso de esas herramientas, definitivamente por ignorancia, lamentó.
La bióloga subrayó la importancia de educar y comunicar, para que la sociedad entienda que son productos buenos, que no solamente el campesino vea el beneficio, como el ahorro de fertilizante o de pesticida, sino que el consumidor vaya al mercado consciente de que va a llevar a su mesa y le va a dar a sus hijos un producto de mayor calidad, sin insectos y sin químicos residuales.
Asimismo, planteó la necesidad de incluir en los textos gratuitos de educación primaria un capítulo sobre qué es la biotecnología, la ciencia y el método científico, que a final de cuentas, se traducen en el bienestar del ser humano, indicó.
Sobre los apoyos financieros para la investigación relacionada con el mejoramiento de plantas, Xoconostle Cazares comentó que éstos son inoportunos e insuficientes, cuando se reciben; sin embargo, agregó, la inmensa mayoría de los proyectos han sido rechazados simplemente porque tiene la palabra “transgénicos”, y en este juego de que no se quieren desarrollan transgénicos en México, le abren las puertas a las transnacionales, concluyó.