Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/119/15
México, D.F., 20 de mayo de 2015
- De acuerdo con el ministro Cossío Díaz, en el país no existe suficiente protección para recursos de este tipo porque no está bien regulado en nuestras leyes, aunque en los tratados internacionales se diga que los recursos o bienes biológicos que sean originarios de este país pertenecen a México
- El doctor José Ramón Cossío Díaz, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reconoce que hace falta crear un marco de protección para muchos de los recursos naturales con los que cuenta el país, por ejemplo, el chile y sus más de 50 variedades.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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Lo que un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueda decir con respecto al chile, uno de los vegetales que más se consumen en nuestro país, podría resultar curioso y provocador, pero José Ramón Cossío Díaz se preguntó cómo una persona dedicada al estudio del derecho podría hablar de este recurso, y tras una serie de razonamientos llegó a la conclusión que desde su área de conocimiento hace falta crear un marco de protección local para este y otros recursos naturales.
En entrevista, el jurista recordó que en fechas pasadas los neurofisiólogos Pablo Rudomín y Ranulfo Romo coordinaron el simposio “Capsicum. El chile: ciencia y cultura” en El Colegio Nacional y que luego de escuchar las conferencias, a la primera oportunidad que tuvo tomó un chile y al estarlo observando se cuestionó: “¿qué es este objeto para el derecho?”.
Lo más general que hay haciendo a un lado la Constitución –dijo-, es el Código Civil, y a partir de éste el chile puede considerarse un bien mueble que se puede transportar cuando está separado de la mata, pero si está adherido a ella es un bien inmueble; además, es un objeto del comercio, por tanto, con él las personas pueden establecer relaciones jurídicas.
“Si lo llevamos al ámbito penal, el chile puede ser objeto de robo, de despojo, de abuso de confianza, pero al quitarlo como objeto puro puede ser un recurso vegetal y, como tal, lo protegen y regulan distintas disposiciones; las semillas tienen otro tratamiento jurídico, su ADN o la capsaicina que de él se extrae, de forma que para mí fue muy interesante plantearme que ése y muchos otros recursos naturales podrían ser objetos a su vez de regulación jurídica y las formas que el Derecho se enfrenta a él”.
Ante este panorama, se puede decir que el chile es un objeto jurídico dependiendo de su estado: un bien mueble, un bien inmueble, dependiendo si está en una propiedad o en un campo de cultivo. El chile puede ser objeto de propiedad, usufructo, arrendamiento o indemnización; si se roba –como objeto desprendido- se configura un delito de robo, si está pendiendo del árbol y se hurta, se configura un delito de robo de frutos o de daño a propiedad ajena.
Cossío Díaz, miembro de la Academia Mexicana de Ciencia y de El Colegio Nacional, señaló que la regulación y la protección del chile se hacen desde el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales, la Ley Federal de Producción y Certificación de Semillas, la Ley Federal de Sanidad Vegetal, el Convenio de la Diversidad Biológica y el Código Civil de Comercio. Aclaró que las patentes son otro tema, la capsaicina –el componente activo de los chiles- por ejemplo, no se puede patentar por sí misma, pero sí los procesos mediante los cuales se obtiene esta sustancia, así como sus aplicaciones técnicas.
En este sentido, destacó la denominación de origen, la cual entra en el ámbito jurídico, y recordó que desde el 4 de junio del 2010 el chile habanero de la península de Yucatán cuenta con esta denominación.
“Lo que pensé sería un tema aburrido, resultó sumamente divertido y entretenido, porque me obligó a revisar el Código Civil, el Penal, el de Comercio y una gran cantidad de legislación agrícola, legislación que tiene que ver con los vegetales, derecho internacional, patentes y marcas, denominación de origen, etcétera. Una pregunta me llevó a reflexionar en una gran cantidad de problemas que no me había planteado…creo que esta misma aproximación puede ser utilizada respecto de otra gran cantidad de objetos, no solo con el chile, para lograr una mejor legislación en las áreas que al país le importan”, dijo.
Protección del chile
De acuerdo con el investigador experto en derecho constitucional, en el país no existe suficiente protección para recursos de este tipo, y no es una buena protección porque los tratados internacionales dicen que los recursos o bienes biológicos que sean originarios de este país pertenecen a México, a la nación, pero eso no está bien regulado en nuestras leyes”.
Ante esta situación, José Ramón Cossío Díaz reconoció la importancia del registro que realiza la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y otras instituciones, para saber con qué recursos cuenta el país y luego dar paso a la más completa protección de esos bienes.
“Inicialmente hay que hacer un primer gran levantamiento de recursos para saber cuáles son nuestros, cuáles no, después ir a todos los procesos de registro y en caso de que en otros lugares se explote, se traslade o se comercialice, entonces tengamos elementos de defensa como los tenemos con el tequila o con el chile habanero…Sí hay formas de regulación pero es un proceso que está en marcha, no está concluido”, indicó,
El chile en cifras
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en México se producen más de 50 variedades de chile, entre ellos, chilaca, habanero (que cuenta con denominación de origen para la península de Yucatán), jalapeño, poblano, pimiento morrón y serrano.
A nivel internacional el país ocupa el segundo lugar en la producción de chile verde –serrano- antecedido por China. En 2013 el país exportó más de 370 mil toneladas de este producto, lo que refrenda el liderazgo de este alimento producido por generaciones en México. Otros países productores son Indonesia, Turquía, España, Estados Unidos y Nigeria.
Elizabeth Ruiz Jaimes.