Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/169/15
México, D.F., 17 de julio de 2015
- Las ciudades cambian por las ideas que se tienen y por los proyectos que se van construyendo, pero a veces cambian antes las ideas que las ciudades, sostiene el historiador Gerardo Martínez
- Gerardo Martínez Delgado, del Instituto de Investigaciones «José María Luis Mora», fue reconocido con uno de los premios de la Academia Mexicana de Ciencias a las Mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2014.
Foto: Arturo Orta/DGDC.
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Existen diferentes explicaciones para entender el funcionamiento de las ciudades, desde estudios demográficos hasta económicos, sin embargo, el doctor Gerardo Martínez Delgado, del Instituto de Investigaciones “José María Luis Mora”, propone el estudio de la estructura del abasto como una forma de comprender su transformación.
“A lo largo del siglo XX, las ciudades sufrieron a nivel mundial los cambios más radicales y complejos en toda su historia, los cuales aún no hemos acabado de asimilar. Normalmente hay dos explicaciones a las que se les atribuye dicho cambio: la industrialización y el crecimiento de la población que llega del campo a la ciudad. A mí me interesaba explorar otras perspectivas, creo que las hay, y el abasto es una de ellas”.
La investigación que Martínez Delgado desarrolló la enfocó a la ciudad de Aguascalientes, capital del estado de Aguascalientes, en el último tramo del siglo XIX cuando el ferrocarril se consolidó como una vía de trasporte en el país e influyó en el funcionamiento de muchas ciudades que atravesó. Las transformaciones que se dan desde este momento y desde la perspectiva del abasto, van entre el origen de los productos, los actores que intervienen en su comercialización hasta que con su actividad termina organizando gran parte de la vida económica de la región.
“Las dinámicas generadas por la búsqueda de alimentos permiten examinar las relaciones entre los distintos niveles del espacio, como el urbano, los rurales regionales, otras ciudades y otras áreas de producción lejanas, y en general, los eslabones de la cadena económica: la producción, la distribución y el consumo”, dijo.
Esta historia llega a 1970, época en la que se identifica un corte en relación con el aumento de la productividad en el campo y a otros cambios de rumbo en las dinámicas del abasto. En el largo período que abarca, el investigador identificó al menos otros tres intervalos clave en la transformación de la ciudad de Aguascalientes.
Entre ellos se enlista la serie de hambrunas que se produjeron entre 1914 y 1915 y que llevaron a la muerte a mucha de su población.
Otra fecha coyuntural detectada por el historiador fue la década de 1940, cuando a partir del reparto agrario se crearon ejidos en cada región de Aguascalientes lo que terminó con la hacienda, la cual había sido la gran productora de alimentos hasta entonces, provocando que mucha gente que había pertenecido a la élite, propietaria de las haciendas, tuviera que renovar su quehacer. “Así, gente que llegó a la ciudad desde otros puntos, con actividades propias como la ganadería, hizo de la ciudad un centro distribuidor de ganado que se consolidó como uno de los principales abastecedores para la Ciudad de México”.
Uno de los aspectos que planteó Gerardo Martínez Delgado en su trabajo es que las ciudades cambian por las ideas que se tienen y por los proyectos que se van construyendo, pero en ocasiones cambian antes las ideas que las ciudades. “En el siglo XX se consolida un proyecto de ciudad en el que deben eliminarse todos los elementos que recuerden al campo, durante 1948 se encaminan varias acciones para cambiar la imagen de la ciudad impactando el sistema de abastecimiento por lo que las transformaciones se hacen más evidentes”. Es por ello que los huertos y establos de las casas desaparecen; la leche y fruta que antes se producían en la ciudad ahora tienen que venir de fuera.
“En esos años se impulsó la construcción de carreteras, los antiguos caminos por los que transitaban animales con las cargas que llegaban a los mesones –centros de distribución- desaparecieron; los camiones desplazaron a los animales de carga y se eliminaron algunos otros edificios que eran importantes para el funcionamiento de la ciudad y la distribución de los alimentos. Los mesones fueron sustituidos cada vez más por bodegas, lo que significó un quiebre en el que los sistemas de abastecimiento anteriores ya no eran importantes, y la aparición del automóvil trajo cambios en todos los niveles”.
En ese mismo año, la estadística en el uso de estufas de gas y la compra de electrodomésticos como refrigeradores se elevó y con esto se dio un paso más en la transformación. “La refrigeración comercial y doméstica produjo una forma de revolución en el abastecimiento. Al cambiar los hábitos de las personas se originan también cambios en el sistema”.
Algunos especialistas creen que en los últimos 20 años los modelos de supermercados han cambiado completamente el sistema del abasto, pero Martínez Delgado señaló que si bien en los setenta se empiezan a consolidar otras dinámicas de abasto, los sistemas de autoservicio no han desplazado del todo a otros medios como las centrales de abasto, más bien es un sistema de convivencia que opera bajo el mismo esquema: vender mucho a bajo costo, controlando, en la mayoría de los casos, todos los eslabones del proceso desde su producción hasta su distribución, lo que sí ha cambiado es la divisa con la que se realiza la operación.
La investigación de Gerardo Martínez recolectó 86 años de historia a través de estadísticas a nivel municipal, estatal y nacional, lo que dio pistas para reconstruir la historia sobre los principales alimentos cultivados en la región y el rendimiento registrado de los cultivos. Tambiénhizo uso de cartografía y de fotografías convencionales para observar la manera de cómo fue creciendo la ciudad, revisó periódicos de algunos años particulares y realizó entrevistas con gente protagonista del cambio.
Este trabajo es resultado de la tesis de doctorado del investigador social, que muestra que la historia no es un estudio de lo particular sino de procesos susceptibles de compararse, como el fenómeno urbano, que permite comprender a partir de un pequeño indicador la complejidad de redes entrelazadas que conforman un hecho histórico.
“Es un caso que va tejiendo redes para entender de manera más amplia el funcionamiento de una ciudad, pero que estoy seguro de que se pueden encontrar recurrencias en todo el país y en otras partes, incluso para pensar qué sucede en otras ciudades”.
La tesis “Abasto urbano, élite regional y proyectos de ciudad en México: Aguascalientes 1884-1970”, recibió el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias a Mejores tesis de doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades 2014, en el área de humanidades.
Mariana Dolores.