Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/289/15
México, D.F., 2 de diciembre de 2015
- Aunque el 95% de los alimentos está directa o indirectamente producido en los suelos vivos, lo cual es crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición, la FAO estima que el 33% del suelo mundial está de moderada a altamente degradado por erosión, salinización, compactación, acidificación, contaminación química o agotamiento de los nutrientes.
- México, el único país en el mundo, hasta ahora, con una Alianza Nacional por el Suelo.
- Doctora Laura Bertha Reyes Sánchez, presidenta del Pilar 2: Educación, concientización, extensión e inversión para la Alianza Regional por el Suelo para Centro América, México y el Caribe de la FAO.
Foto: AMC/Elizabeth Ruiz Jaimes.
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Los suelos y los recursos naturales son fuente de riqueza agotable en el periodo de vida de los humanos, sin embargo, la humanidad no ha tomado la suficiente conciencia de ello y prueba de esto es que cada año se pierde, contamina y degrada una gran cantidad de estos recursos sin considerar que al hacerlo se deja ir la oportunidad de conservar la vida en el planeta, por eso es importante que este sea un tema prioritario para la educación, sostuvo la investigadora Laura Bertha Reyes Sánchez, presidenta del Pilar 2: Educación, concientización, extensión e inversión para la Alianza Regional por el Suelo para Centro América, México y el Caribe de la FAO.
La ONU y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, sus siglas en inglés) han contabilizado que la cantidad de suelo que se pierde anualmente expresada en toneladas es igual a perder un territorio igual al de Costa Rica, el 2015 fue declarado Año Internacional de los Suelos y el 5 de diciembre de cada año el Día Mundial del Suelo.
Ante esta situación, la respuesta mundial de la ONU a través de la FAO fue conformar una Alianza Mundial por el Suelo, la cual se organiza a través de una agenda de acción mundial y la integran asociados que trabajan bajo el mando del Grupo Técnico Intergubernamental, conformado de manera internacional por edafólogos:
“Y lo que están haciendo es organizar la preservación del recurso edáfico desde la química, física, agronomía; es decir, trabajando como grupo interdisciplinar que fue elegido por la FAO por currículum y divididos a lo largo del mundo de la siguiente forma: 5 de Asia, 5 de África, y nosotros somos una zona privilegiada, porque debimos haber sido 5 de América, pero somos cinco sólo de Latinoamérica y una persona para Estados Unidos y Canadá”.
Mencionó que trabajando con el panel intergubernamental se vio la necesidad de invitar como asesores a otras dos personas, dos latinos, por lo que Latinoamérica es la única región del mundo con siete representantes en la Alianza Mundial. A su vez, esta Alianza Mundial se organiza hacia el resto del planeta a través de ocho Alianzas Regionales, “porque organizar al mundo no es cosa fácil, y porque las necesidades y potencialidades de una región no son las mismas de la otra”.
Explicó que la razón de que haya más integrantes se debe a que la zona de Latinoamérica tiene un alto potencial, “tenemos la futura comida de todos y por eso tanto interés”. México forma parte de la Alianza Regional por el Suelo para Centroamérica, México y el Caribe.
México-Alianza Nacional por el Suelo
El pasado 17 de agosto, el doctor José Narro Roble, entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lanzó junto con otros representantes de organismos internacionales, titulares de dependencias federales y otras instituciones administrativas y académicas, entre ellas la Academia Mexicana de Ciencias, la Alianza Nacional por el Suelo en beneficio de la sociedad y el ambiente, un hecho de especial relevancia, consideró la investigadora, “porque además de pertenecer a la región Centroamérica, México y el Caribe, que es la única zona con un plan de trabajo ya aprobado por la ONU y que tiene recursos asignados para su realización, al momento nuestro país es el único en el mundo con una Alianza Nacional”.
Esta Alianza en nuestro país tiene el objetivo promover y fortalecer la vinculación entre la academia y los diferentes órganos de gobierno relacionados con el uso, manejo y gobernanza del recurso suelo.
Pero aclaró: “Una cosa es que el rector de la UNAM haya convocado a los secretarios de Estado, que la FAO haya estado presente para validarlo y que los académicos estuvieran ahí para decir sí, y otra cosa es lograrlo. Se requiere que la ciudadanía entienda que si no hay suelo no hay agua, y sin agua y suelo no hay plantas, si no hay plantas no hay oxígeno ni alimento, y con eso basta para que cualquier ciudadano entienda que preservar el recurso suelo resulta indispensable para la vida”.
Para generar una cultura de preservación a largo plazo se requiere de una educación diferente, generar congruencia entre lo que se piensa, se habla y se hace, especialmente en ciencia, formando recursos humanos en este mismo sentido y con la meta de lograr la sostenibilidad con desarrollo para todos, agregó.
Los suelos ricos en organismos
Aunque el 95% de los alimentos está directa o indirectamente producido en los suelos vivos, lo cual es crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición, la FAO estima que el 33% del suelo mundial está de moderada a altamente degradado por erosión, salinización, compactación, acidificación, contaminación química o agotamiento de los nutrientes.
De acuerdo con datos del organismo internacional, un gramo de suelo sano contiene millones de organismos, incluyendo animales vertebrados, lombrices, nematodos, entre 20 y 30 especies de ácaros, entre 50 y 100 especies de insectos, cientos de especies de hongos y miles de especies de bacterias y actinomicetos (un grupo de bacterias que mineralizan la materia orgánica). La composición media del suelo es: 5% materia orgánica, 25% aire, 25% agua y 45% material mineral, y gracias a esta composición, los suelos albergan una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta.
Además, el suelo ocupa el tercer lugar como almacén de carbono, y a su vez, permite la existencia de la vegetación que es el segundo almacén de carbono, por lo cual, preservar el suelo es una manera prospectiva de mitigar de forma real el aumento de la concentración atmosférica de CO² y mitigar el cambio climático, pues juega un papel clave en el ciclo del carbono a través de la captura del mismo y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Reyes Sánchez destacó que ya existe una Agenda Regional para Centroamérica, México y el Caribe que está aprobada para los siguientes cinco años, cuenta con presupuesto, tiene definido los objetivos y las metas a lograr.
Sobre la participación de nuestro país, sostuvo que la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo surgió en 1964 y que la Sociedad Latinoamericana de la Ciencia del Suelo es anterior, pues este año celebra 52 años y agrupa a 19 países de América Latina.
Elizabeth Ruiz Jaimes.