Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/137/17
Ciudad de México, 28 de junio de 2017
- Los ciclones tropicales son fenómenos que en su mayoría se generan en verano cuando las temperaturas superficiales del mar son elevadas.
- En México, la temporada de huracanes inició el 15 de mayo en el Océano Pacífico y el 1 de junio en el Golfo de México y el Mar Caribe; en ambas cuencas concluirá el 30 de noviembre.
- Patricia, el huracán más poderoso registrado en toda la historia en el hemisferio occidental, visto desde la Estación Espacial Internacional el 22 de octubre de 2015, frente a las costas de Nayarit y Colima, en México.
Foto: NASA.
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Investigadores del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) ofrecieron este miércoles una conferencia de prensa para explicar algunos aspectos relacionados con la temporada de huracanes para este año, anunciada por el Servicio Meteorológico Nacional, en la que habrá 16 ciclones tropicales con nombre para la cuenca del océano Pacífico Nororiental y 11 para la del océano Atlántico, lo que suma un total de 27 en la Región IV de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Arturo Quintanar Isaías, investigador del CCA, apuntó que para la cuenca del Pacífico Nororiental, de la cifra de ciclones con nombre, seis serían tormentas tropicales, cuatro huracanes fuertes (categorías 1 o 2 en la escala Saffir- Simpson), y seis intensos (categorías 3 a 5). Para la cuenca del Atlántico se prevé la formación de 11 ciclones tropicales con nombre, de ellos siete serían tormentas tropicales; dos huracanes fuertes y dos intensos.
Sobre esta serie de fenómenos, Jorge Zavala Hidalgo, jefe del Servicio Meteorográfico Nacional a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que tener buenos pronósticos es uno de los problemas fundamentales de la ciencia en el tema de huracanes, que se ha hecho énfasis en el pronóstico de trayectorias y de intensidad de estos fenómenos, pero se han dejado de lado otras variables.
El investigador apuntó que, según estadísticas del National Hurricane Center (NOAA), el pronóstico de trayectoria de huracanes ha ido mejorando desde 1970 (el margen de error dentro de las primeras 24 horas era de 140 millas náuticas) hasta 2016 (el margen de error se redujo a 40 millas náuticas en el mismo periodo), sin embargo, reconoció que en los pronósticos de intensidad ha sido poca la mejora.
“El NOAA estableció un programa ambicioso que propone disminuir estos errores en 20% en cinco años y el 50% en diez años con un presupuesto de 80 millones de dólares por año, cantidad que compite en su orden de magnitud con todos los gastos de ciencia en México”, detalló el especialista, que señaló que aunque lento, se va mejorando el pronóstico de trayectoria, y con menos éxito en el pronóstico de trayectoria para el Pacifico, esto debido a que los mayores esfuerzos de Estados Unidos están dirigidos a la cuenca del Atlántico, porque son los ciclones que le afectan.
En términos generales, Zavala Hidalgo consideró que las instituciones enfocadas al estudio de los ciclones tropicales trabajan en tener mejores observaciones con sistemas que incluyen satélites, aviones, radares; así como generar conocimiento de los procesos físicos que determinan la evolución de los huracanes y modelos numéricos de mejor calidad en cuanto a parametrización y mayor resolución.
Investigación mexicana
Jorge Zavala comentó que el tipo de investigación que se hace en México sobre estos fenómenos meteorológicos es diferente, es complementaria, y se centra en problemas de importancia para el país. “En el CCA hay varios grupos que estudian distintos aspectos. En uno de estos grupos donde colaboro ha desarrollado distintos sistemas de pronóstico meteorológico: de calidad el aire, de oleaje, de marea de tormenta, de dispersión de ceniza volcánica y de circulación oceánica”, dijo el investigador, quien a propósito de esta gama de investigación recordó que recién se inauguró un clúster de supercómputo en el CCA que multiplica por 20 la capacidad que se tenía hasta hace unos meses para elaborar pronósticos.
El jefe del Servicio Meteorográfico Nacional de la UNAM recalcó la importancia de estar informados sobre los daños que puede ocasionar un huracán, los cuales están asociados con precipitaciones muy intensas. Resaltó que en muchos casos las tormentas tropicales o huracanes categoría uno tienen asociadas las precipitaciones más fuertes como Manuel, que en 2013 causó una precipitación catastrófica para el estado de Guerrero.
El especialista explicó que esto se debe, entre otras cosas, a la orografía mexicana y a los desplazamientos de estos sistemas, que cuando se mantienen estacionarios o casi no se mueven provocan más y mayores daños.
Por otro lado, Zavala Hidalgo recomendó estar atentos también al fenómeno conocido como marea de tormenta, “que en México lo tenemos un poco olvidado, pero hay registros del siglo XVI que reportan eventos de grandes proporciones que ocurrieron en Veracruz y el más reciente, en la década de los cincuenta, fue en Tampico, Tamaulipas, que provocó una evacuación masiva”.
La marea de tormenta consiste en la elevación del nivel medio del mar en varias decenas de centímetros o metros, lo que provoca una gran inundación similar a la de un Tsunami.
Huracanes, tormentas
En la conferencia de prensa, realizada en el Instituto de Geofísica de la UNAM, Arturo Quintanar Isaías, abundó que para el presente año el fenómeno El Niño será débil y que es probable que en el Atlántico el número de huracanes decrezca. Sobre este punto, el especialista aseguró que tras “la realización de observaciones y simulaciones y con el record histórico con el que se cuenta, no se puede atribuir ninguna tendencia en un aumento de frecuencia e intensidad de huracanes basada en la intervención del hombre”.
En tanto, la investigadora Rosario Romero Centeno ofreció una introducción sobre la climatología de estos fenómenos; mostró imágenes con las trayectorias de los ciclones tropicales que han ocurrido entre 1851 y 2006. “Con base en estos datos se puede decir que México es uno de los pocos países en el mundo que se ve afectado por los ciclones tropicales que ocurren en dos cuencas distintas: en el océano Pacífico, Golfo de México y Mar Caribe”.
Elizabeth Ruiz Jaimes.