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Boletín AMC/124/09
México, D. F., 10 de septiembre de 2009.
- La presidenta de la AMC inauguró la exposición conmemorativa del bicentenario de Charles Darwin en el Instituto de Biología de la UNAM
- A 150 años de su creación, las Leyes de Reforma marcaron la separación entre Iglesia y Estado, mientras que El Origen de las Especies marcó la división entre ciencia y religión, acotó
- Rosaura Ruiz y Tila María Pérez inauguraron en el Instituto de Biología de la UNAM la exposición itinerante para conmemorar el Año de Darwin.
Foto: AMC
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“Si todos los seres humanos conocieran y comprendieran la teoría evolutiva, esto automáticamente implicaría un respeto por la naturaleza”, coincidieron Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), y Tila María Pérez Ortiz, directora del Instituto de Biología de la UNAM, al inaugurar la exposición conmemorativa del bicentenario de Charles Darwin en esa dependencia universitaria.
Hoy, todo el mundo debería tener una comprensión por lo menos sintética y básica de la teoría de la evolución porque ello impactaría en la comprensión de la importancia que tiene el ambiente para que todos contribuyamos a rescatarlo, conservarlo y estudiarlo, señalaron.
La presidenta de la AMC subrayó la coincidencia histórica de que este año también se cumplen 150 años de la promulgación de las Leyes de Reforma, lo que es relevante porque así como éstas marcan la separación entre la Iglesia y el Estado, la publicación de El Origen de las Especies estableció definitivamente la separación entre ciencia y religión.
“Este año, hemos trabajado para que se conozca la teoría más importante de la biología, aquella que le da coherencia al pensamiento biológico y que impacta la ciencia, la filosofía, el arte y todos los demás ámbitos de la vida humana”, destacó.
Dado que el Instituto de Biología basa todos sus estudios en el hecho de la evolución, dijo, esperamos que sean críticos de la exposición y que nos ayuden a mejorarla para difundir y divulgar mejor la teoría de Darwin.
Por su parte, la directora del Instituto de Biología, Tila María Pérez Ortiz, señaló que la biología evolutiva y la Teoría de la Evolución forman parte de cada una de las investigaciones llevadas a cabo en el Instituto, por lo que la exposición no podría contar con un mejor recinto.
La también especialista en taxonomía de ácaros, explicó que el árbol filogenético con el que cuenta la exposición ilustra la teoría evolutiva y permite comprender la diversidad de la vida como originada a partir de un ancestro común. Además, añadió, muestra cómo todos los seres vivos que formamos parte de este árbol estamos estrechamente vinculados por relaciones genealógicas de parentesco.
Tras la inauguración, las biólogas Alejandra Vázquez y Alejandra Ortiz, quienes diseñaron el árbol filogenético, explicaron que las especies fueron elegidas con el criterio de que representaran los linajes basales de la vida de una manera estética, clara, y que además fueran especies conocidas por el público en general.
En algunos linajes de la vida, como el de las plantas, las biólogas apuntaron que encontraron especies que reflejan la biodiversidad mexicana, además hicieron otro árbol filogenético de los vertebrados, por ser un grupo más cercano al público en general.
Además del árbol filogenético, la exposición cuenta con una reconstrucción del estudio de Darwin y una reproducción de la obra el Origen de las Especies. La muestra es organizada por la Academia Mexicana de Ciencias y el Instituto de Biología y puede visitarse en el lobby del Instituto de Biología y en la plazoleta del Jardín Botánico de la UNAM, del 7 al 30 de septiembre.