Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/029/17
Ciudad de México, 6 de febrero de 2017
- En la actualidad son 117 oficinas certificadas las que forman parte de la Red OTT, y entre los retos que se han planteado están fortalecer el ecosistema de innovación y crear una cultura en materia de propiedad intelectual entre los integrantes.
- En este 2017 la Red OTT tendrá su congreso en noviembre próximo en Puebla, organizado en coordinación con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
- Las Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT) son responsables de establecer comunicación entre el sector académico y las empresas; mientras el gobierno promueve estas alianzas público-privadas, señala el doctor Luis Felipe Beltrán, presidente de la Oficina de Propiedad Intelectual y Comercialización de Tecnología del Cibnor.
Foto: Maritza Romero Aguilera.
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Para que la trasferencia tecnológica se dé de forma efectiva es necesario establecer una normatividad clara, adecuada, trasparente y ágil con el fin de evitar posibles conflictos de interés que se pueden presentar, por ejemplo, cuando los investigadores buscan dar el paso de la idea a la innovación tecnológica o a la conformación de una empresa de desarrollo tecnológico, indicó el doctor Luis Felipe Beltrán Morales, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).
“Cuando hablamos de transferencia de tecnología, nos referimos a la comercialización por la sesión de un derecho a terceros, a través de una propiedad intelectual definida. Es decir, cuando se posee un derecho o la propiedad de algún bien tangible o intangible protegido y que se transfiere a través de una licencia de explotación o de una sesión plena de explotación, por ejemplo a una empresa”.
En este sentido, las Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT) son las encargadas de establecer comunicación entre el sector académico —en donde se genera el desarrollo tecnológico—y las empresas, que pueden ser consideradas los usuarios de estos desarrollos tecnológicos, mientras que el gobierno funge como el promotor de estas alianzas público-privadas.
Uno de los objetivos de las oficinas de transferencia de tecnología en nuestro país es fortalecer el sistema de innovación, transferir y comercializar tecnologías, visibilizar la oferta tecnológica de las instituciones de investigación superior y generar una cultura en materia de propiedad intelectual.
Lo anterior porque, además de apoyar en la protección intelectual de los bienes intangibles de los centros de investigación, estas oficinas identifican qué tecnologías pueden ser protegidas, así como las estrategias a implementar para su protección; también tienen un papel relevante en la elaboración de convenios y de contratos de licenciamiento.
Entre otros aspectos, las OTT ofrecen información que permite tomar decisiones de acuerdo al mercado —análisis de inteligencia competitiva—, porque es común encontrar que un desarrollo que pareciera nuevo ya está registrado, por ello se hace un análisis en diferentes bases de datos tanto públicas como privadas —esto en el caso de las patentes—, explicó el especialista en economía de recursos naturales, desarrollo sustentable y economía de la innovación y transferencia tecnológica.
Red OTT
En junio de 2012, con el interés de contar con un modelo alternativo de desarrollo económico para avanzar en el conocimiento científico y tecnológico, se conformó la Red de Oficinas de Transferencia de Tecnología en México (Red OTT). “Quisimos incluir a las instituciones de educación superior tanto públicas como privadas, a las empresas y al gobierno”, apuntó Luis Felipe Beltrán Morales.
La Red cuenta con seis vicepresidentes que representan a las instituciones públicas de educación superior, a los centros públicos de investigación, a las universidades privadas, los institutos tecnológicos, al enlace del sector gubernamental y del sector empresarial. En la actualidad son 117 oficinas certificadas las que forman parte de la Red OTT, y entre los retos que se han planteado están fortalecer el ecosistema de innovación, intercambiar experiencias de las mejores prácticas, crear una cultura en materia de propiedad intelectual entre los integrantes de la Red y profesionalizar las capacidades de los integrantes de las OTT.
“Ponemos énfasis en la profesionalización, en los cinco años que llevamos como Red hemos capacitado a cerca de 1000 participantes y hemos ofrecido 45 talleres de capacitación de alto nivel en los que colaboran la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI)”, señaló Beltrán Morales, presidente de la Red OTT, la cual ha sido apoyada y financiada desde sus inicios hasta la fecha por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Economía (SE).
“En este 2017 con el apoyo del Conacyt y de la SE, y por aprobación del Consejo Directivo de la Red OTT, puedo anunciar que nuestro próximo congreso será en noviembre en la ciudad de Puebla, organizado en coordinación con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.”
Uno de los objetivos como Red es contribuir en la política pública para que se puedan tomar mejores decisiones, por ello la Red OTT es un miembro permanente en el Comité Intersectorial para la Innovación, que es el órgano facultado por la Ley de Ciencia y Tecnología cuyo objetivo es el diseño y operación de la política pública de innovación, en el cual se vinculan y colaboran los sectores: gobierno, academia e industria.
“Creo que hemos sido un buen detonador en México para realizar los procesos de transferencia tecnológica con métodos y de manera más profesional”. En noviembre de 2016 se llevó a cabo el V Congreso de la Red OTT cuyo eje temático estuvo enfocado en el emprendimiento de nuevas tecnologías y fondos de inversión en capital privado. “Queremos empezar con el emprendimiento tecnológico, motivar a los nuevos estudiantes y egresados de posgrado que están desarrollando ciencia de alta calidad para establecer empresas de base tecnológica —llamadas spin outs—que pueden ser altamente rentables”.
Desde la Red también se coordina la Academia de Transferencia y Comercialización de Tecnología para las Américas, que es una academia única en el continente y a la fecha cuenta con 119 egresados certificados por la Universidad de California, “hemos impactado en 17 países de Latinoamérica y el Caribe en coordinación con el Conacyt, el Cibnor y la OEA; este año la Academia se realizará en mayo”, dijo Beltrán Morales en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias.
Otra área de interés para la Red son los indicadores de impacto de las OTT, para lo cual se realiza una encuesta anual, y entre los aspectos que se miden están cuántas licencias se comercializaron, cuántas patentes, el promedio de cuántos investigadores al año han sido atendidos por las OTT, así como la distribución de estas en México.
Además, la Red OTT tiene relación con otras redes de América Latina y el Caribe. Durante el 2014 en el III Congreso de la Red OTT México en Querétaro se conformó, inicialmente con un acuerdo signado por diversas organizaciones, la Red de Redes Latinoamericana de Transferencia Tecnológica, a este documento se le conoce como “Carta de Querétaro”.
Posteriormente, en la ciudad de Guatemala en marzo del 2015, en el marco de la IV Reunión Ministerial de Ciencia y Tecnología de la OEA, se adhirieron otros integrantes y crearon los documentos fundacionales de la Red que por el momento conforman Argentina, México, Colombia, Brasil, Panamá, Guatemala y Ecuador.
La primera oficina en México
La Oficina de Propiedad Intelectual y Comercialización de Tecnología (OTT/CEPAT) del Cibnor fue la primera en su tipo certificada por el Conacyt y la SE, se trata de una oficina especializada en acuicultura, agricultura de zonas áridas, ecología pesquera y planeación ambiental y conservación.
Esta OTT, presidida por Luis Felipe Beltrán Morales, tiene como uno de sus casos de éxito el proyecto “Yeso agrícola como bioinsumo para el desarrollo y mejoramiento de sistemas agrícolas sustentables”, cuyo principal objetivo fue desarrollar mejoradores de suelos de forma sólida y liquida de origen natural de bajo costo para prevenir y revertir la degradación química de terrenos agrícolas de zonas áridas y semiáridas, así como de zonas tropicales y subtropicales.
Noemí Rodríguez González.