BUSCAN LA «NATIONAL ACADEMY OF SCIENCES» Y LA ACADEMIA MEXICANA DE CIENCIAS AMPLIAR SUS COLABORACIONES

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/262/16
Ciudad de México, 7 de noviembre de 2016

  • Invita la NAS a la AMC a participar de un fondo de 500 millones de dólares para llevar a cabo investigación científica en el Golfo de México.
  • Los proyectos de investigación deberán realizarse en tres áreas principalmente: seguridad del hidrocarburo en alta mar, salud pública y mantenimiento del medio ambiente.
  • Reconocen ambas instituciones una interdependencia científica entre ambos países, y una fructífera relación entre academias colaborando en diversos estudios conjuntos.
La presidenta de la NAS, Marcia McNutt, y el presidente de la AMC, Jaime Urrutia Fucugauchi, durante su participación en la mesa redonda sobre colaboración científica Estados Unidos-México, efectuada en la sede de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
La presidenta de la NAS, Marcia McNutt, y el presidente de la AMC, Jaime Urrutia Fucugauchi, durante su participación en la mesa redonda sobre colaboración científica Estados Unidos-México, efectuada en la sede de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Foto: Cortesía NAS.
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La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (National Academy of Sciences, NAS) y la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) realizaron una mesa redonda sobre la colaboración científica entre ambas naciones con el fin de revisar el trabajo conjunto que llevan a cabo sus comunidades, así como explorar nuevas oportunidades para una mayor interacción en el futuro.

Uno de los temas que se pusieron sobre la mesa fue la posibilidad de que científicos mexicanos tengan acceso a un fondo de investigación que la compañía British Petroleum estableció tras el derrame del hidrocarburo ocurrido en el Golfo de México en 2010 en el pozo “Macondo”, donde existen reservas de gas y petróleo.

Marcia McNutt, presidenta de la NAS, invitó a Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la AMC, a participar en ese fondo para llevar a cabo investigaciones científicas. “Necesitamos trabajar mucho más cerca en el Golfo de México, es nuestro océano compartido”, indicó.

Además de este tema, Urrutia Fucugauchi destacó que hay otros tópicos comunes, entre los que se encuentran el “cambio climático, enfermedades infecciosas ocasionadas por mosquitos, vida marina, procesos costeros, efectos del muro fronterizo entre ambas naciones, el Golfo de México y el Golfo de California… Tenemos muchas áreas interesantes para promover una mayor colaboración y el potencial para tener una interacción más fuerte”, comentó.

En la reunión, celebrada los primeros días de octubre pasado en Washington, D.C., Bruce Darling, delegado de la NAS, comentó que el fondo de 500 millones de dólares para ejercerse en un periodo de 30 años se asignó a la NAS para que esta asociación coordine proyectos de investigación en tres áreas: seguridad del hidrocarburo en alta mar, salud pública y mantenimiento del medio ambiente.

El doctor Luis Adolfo Orozco, investigador de la Universidad de Maryland y miembro correspondiente de la AMC, dijo que “fue un encuentro muy productivo porque la NAS está muy interesada en continuar y abrir más caminos científicos con México. Ante la propuesta de investigar conjuntamente el Golfo de México estamos hablando de temas de vida marina, geología, cambio climático y problemas de la industria petrolera”.

La mesa redonda se celebró con la intención de mostrar la interdependencia científica que existe entre ambos países. Las relaciones entre ambas academias han tenido momentos de mayor interacción, como ocurrió en 1995 cuando la NAS y la AMC llevaron a cabo un estudio sobre la sustentabilidad del uso del agua en la Ciudad de México; también colaboraron en la revisión de los programas de graduación de las carreras de ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y actualmente realizan un estudio conjunto sobre resiliencia medioambiental en la frontera.

Científicos mexicanos y estadounidenses participan igualmente en proyectos como el observatorio de rayos gamma High Altitude Water Cherenkov en Sierra Negra, Puebla; el Sloan Digital Sky Survey, un telescopio de 2.5 metros ubicado en Nuevo México; con la National Aeronautics and Space Administration (NASA) trabajan en proyectos como la llegada del robot Curiosity a Marte, y el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, entre otros programas en los que la colaboración va en crecimiento.

Alberto Fierro, director del Instituto Cultural de México en Washington, agregó que “como socios norteamericanos sabemos que para continuar siendo el bloque de comercio más competitivo necesitamos seguir invirtiendo en capital humano, y esa es la razón por la que hace tres años los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama lanzaron un foro bilateral sobre educación de alta calidad, innovación e investigación para colaborar juntos en instituciones nacionales, universidades, sector privado y colaboración en esos tres campos”.

Se trata del Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (FOBESII), que se creó para propiciar intercambios educativos, asociaciones de investigación científica e innovación transfronteriza.

Muro fronterizo
En la mesa redonda, con más de una hora de duración y a la que asistieron estudiantes e investigadores de ambos países, se revisaron las posibles afectaciones a la vida silvestre si se construyera el muro fronterizo que propone el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.

Al respecto, Marcia McNutt indicó que cuando fue jefa del Servicio Geológico de su país el Servicio de Pesca y Vida Silvestre le consultó si el muro impediría a los animales migrar, a lo que el grupo de científicos que se encontraba bajo su cargo respondió que su construcción no era una buena idea.

Se estima que mil especies —entre ellas el jaguar, el lobo gris, el manatí antillano, el águila calva, el borrego cimarrón, etcétera— se verían afectadas. Muchas de esas especies se encuentran clasificadas como amenazadas o en peligro de extinción a nivel mundial, aunado al calentamiento global, probablemente muchas especies se verían orilladas a reubicarse en hábitats más estables, como han sugerido diversos estudios en los que se ha mostrado que mamíferos, aves y anfibios se moverían hacia Norteamérica.

Entre los asistentes estuvieron William Phillips, del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología
y Premio Nobel de Física en 1997 por «el desarrollo de métodos para enfriar y atrapar átomos con luz láser», y Olga Cabello, diplomática del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Luz Olivia Badillo.


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