Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/085/18
Ciudad de México, 10 de abril de 2018
- Hay una convicción de que existe oportunidad para darle al país una visión diferente a un sector que le urge esta visión de largo plazo: Enrique Cabrero.
- Enrique Cabrero Mendoza, director general del Conacyt, en rueda de prensa para comentar los detalles de la iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, en el salón Juárez del organismo.
Foto: Elizabeth Ruiz Jaimes/AMC.
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El director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero, manifestó su confianza de que se apruebe en el actual periodo legislativo la iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, porque es una propuesta “trascendental para el sector y para aquellos que se alimentan de él”, destacó hoy en rueda de prensa.
La iniciativa, señaló Cabrero, “recoge las reflexiones del ámbito de la ciencia y la tecnología del país y el diálogo que se ha dado al interior del Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación”.
La iniciativa de reforma a la Ley de CyT la envió el titular de Ejecutivo al Senado el pasado viernes y las comisiones de ciencia y tecnología comenzarán el trabajo legislativo alrededor de la misma, la cual fue anunciada por el presidente de la República el pasado 12 de enero, en el marco de la entrega de los Premios de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias y de la inauguración del Centro Nacional de Tecnologías Aeronáuticas.
En su encuentro con los representantes de los medios, el director del Conacyt subrayó que con esta iniciativa le “estamos apostando a la vía que ha sido la más exitosa en el mundo, en que la política de CyT no está sometida a los vaivenes políticos, sino que se convierte en un compromiso de país y en una política de Estado”.
La iniciativa de reforma a la Ley de CyT está basada en un diseño institucional a largo plazo que incluye ocho rubros: 1) Establecer una Visión de Largo Plazo que permita diseñar estrategias de largo aliento (20-30 años); 2) Fortalecer el diseño institucional del sistema nacional de ciencia y tecnología; 3) Fortalecer a Conacyt; 4) Fortalecer al Foro Consultivo Científico y Tecnológico; 5) Crear el Consejo de Asesores Científicos y Tecnológicos de la Presidencia; 6) Mejorar el diseño de los instrumentos de financiamiento a la CTI; 7) Ampliar la estrategia de Ciencia Abierta y 8) Fortalecer a los Centros Públicos de Investigación.
Cabrero señaló que la iniciativa tiene como punto fundamental diseñar una política a largo plazo para el sector. Asimismo, darle al Conacyt los elementos que no se le dieron en la Ley de CyT del 2002 ni en las reformas que ha tenido. “El Conacyt sigue estando sometido al Consejo General, que es la instancia que manifiesta los intereses de todo el Sistema de Ciencia y Tecnología del país. El Conacyt podrá ser así una institución más ágil y eficiente con ese enfoque, pero no se excede en atribuciones más allá de las que ya tiene”, no es un “súper Conacyt”.
Cabrero Mendoza explicó, por otro lado, que proponer una reforma de estas características al inicio o a la mitad del sexenio realmente hace referencia a momentos difíciles, porque “la visión del país no está en el futuro, está en el presente. Cuando este país piensa el futuro es cuando se aproxima un cambio de gobierno. El mejor contexto para pensar ese país a futuro es justamente en el último año de esta administración y por ello se presenta en este momento”.
Añadió que muchas de las actividades que se llevaron a cabo en el tema de CyT en este sexenio y, particularmente desde Conacyt, permitieron afinar, hacer más asertivas y claras las propuestas que tiene la iniciativa de la reforma.
“Ahora dependerá del Congreso, pero creo que hay simpatía por esta propuesta, sí, los tiempos están apretados, pero hay una convicción de que existe oportunidad para darle al país una visión diferente a un sector que le urge esta visión de largo plazo”, destacó el titular de la entidad rectora de la policía científica del país.
Sobre la presencia de varias entidades de consultoría y asesoría a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en la iniciativa de reforma, Enrique Cabrero apuntó que la política de CyT, por definición, es diferente porque las comunidades participan mucho más. “Por su naturaleza, esta política es de muchos actores, intervienen muchas comunidades científicas que quieren estar en el diseño de las políticas, iniciativas y proyectos, no están tranquilas con solo ser beneficiadas de los apoyos que van a recibir, sino que quieren ser comunidades activas”.
Pero, además, recalcó, el sector de CyT ha tenido una transformación porque cada vez los ámbitos económico y empresarial están involucrados en el tema del conocimiento.
“Esta es una política que cuando se creó en 1970, el Conacyt era una oficina que daba becas, y luego empezó otorgando algunos apoyos a los investigadores y ha ido evolucionando cada vez, es más incluyente en el número de actores, y esto es necesario porque si no se tiene el acuerdo de lo que se llama la cuádruple hélice (académico, gubernamental, empresarial y sectores sociales) entonces está visión de largo plazo no funcionará”, indicó y agregó que “necesitamos que estos actores se comprometan, por eso este proceso de abarcar a más sectores para generar compromisos”.
Enrique Cabrero reconoció que la iniciativa de reforma es muy importante, muy trascendente para el sector de ciencia y tecnología y para los que se alimentan de él. “Puede ser que no sea una reforma tan visible para las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos, pero los países que han apostado por economías basadas en el conocimiento han cambiado la vida de sus ciudadanos, y eso hay que tenerlo presente en este proceso”.
Fabiola Trelles Ramírez.