Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/144/09
México, D. F., 26 de octubre de 2009.
- Estos obstáculos se suman a la escasa inversión en ciencia y tecnología, advirtió la ganadora del Premio Nacional de Investigación 2009 de la Academia Mexicana de Ciencias en el área de Ciencias Exactas
- Su trabajo se enfoca en la simulación de las propiedades electrónicas y ópticas de nanopartículas metálicas, cúmulos atómicos y nanotubos de carbono
- Ana Cecilia Noguez Garrido, ganadora del Premio Nacional de Investigación 2009 de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: AMC
Imágenes en alta resolución
Mas allá de la escasa inversión en ciencia, existen otras barreras que impiden a México ser líder en nanotecnología, a pesar de contar con grupos de investigadores altamente calificados tanto en fabricación, caracterización y teoría de modelación de nanomateriales, afirmó Ana Cecilia Noguez Garrido, Premio Nacional de Investigación 2009 de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en el Área de Ciencias Exactas.
La investigadora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México consideró que la falta de un liderazgo claro que identifique los principales problemas de nanotecnología que México podría abordar, aunado al desaliento por parte de los sistemas de evaluación científica del trabajo multidisciplinario, forman una barrera que impide el desarrollo de la nanociencia en México.
Opinó que la forma de hacer ciencia ha cambiado durante los últimos 20 años, por lo que ahora es un reto reformar los parámetros de evaluación, tanto del Sistema Nacional de nvestigadores como los de las universidades, a fin de promover el contacto entre grupos de científicos.
Cecilia Noguez se hizo acreedora al Premio Nacional de Investigación 2009 de la AMC por sus trabajo en relación con el estudio de las propiedades físicas de la materia a escala nanométrica. En particular, se dedica a la simulación de las propiedades electrónicas y ópticas de nanopartículas metálicas, cúmulos atómicos y nanotubos de carbono.
En entrevista, la especialista señaló que recientemente su trabajo se ha encaminado a estudiar las propiedades quirales de las nanoestructuras. La quiralidad, explicó, es la propiedad que tienen los objetos de no ser superponibles con su imagen especular.
Un ejemplo de objetos macroscópicos quirales son las manos, una es espejo de la otra y, sin embargo, no pueden superponerse. La investigadora explicó que algunas moléculas y nanopartículas presentan quiralidad, entre ellas los nanotubos de carbono.
En los nanotubos de carbono, los átomos se acomodan de tal manera que forman una hélice a lo largo del nanotubo y, como son estructuras que presentan quiralidad, pueden tener helicidad izquierda o derecha (al igual que las manos), y de esta helicidad dependen sus propiedades.
La física teórica señaló que uno de los obstáculos que han tenido los nanotubos para su aplicación en diferentes campos es que cambian mucho, dependiendo de su quiralidad. Además, dado que los seres humanos estamos constituidos por moléculas quirales, como los aminoácidos o los azúcares, es razonable pensar que el organismo reaccionaría diferente a los nanotubos con quiralidad izquierda o derecha.
De acuerdo con la experta, se ha planteado la posibilidad de introducir fármacos en los nanotubos e introducirlos en el organismo y enviarlos por el torrente sanguíneo, pero antes se debe comprender bien el fenómeno de quiralidad a escala nanométrica.
Al hablar sobre la teoría de la modelación o simulación, la física explicó que ésta tiene dos vertientes, por un lado, explicar o interpretar lo que los físicos experimentales observan en el laboratorio y que requiere un abordaje teórico.
Por otro lado, indicó, la simulación permite hacer predicciones sobre el comportamiento de las nanoestructuras y proponer experimentos para encontrar nuevas aplicaciones.
En su opinión, el auge de la nanotecnología no se debe a la existencia de nanopartículas, pues éstas han existido desde hace miles de años, sino a la manipulación que la ciencia puede hacer de las mismas.
Esta manipulación de las nanopartículas, dijo, se da en varios niveles, desde la fabricación de las nanopartículas que interesan en la caracterización de las mismas, así como en la modelación y simulación.
Para trabajar en la modelación y simulación de nanoestructuras, Ana Cecilia Cortés señaló que se requiere una gran capacidad de cómputo, por lo que ella misma ha construido varios clusters de computadoras y es usuaria recurrente de Kam Balam, la supercomputadora de la UNAM.
En virtud de que el avance de su disciplina va de la mano con los avances en cómputo, la investigadora se ha avocado a la formación de recursos humanos en el área de física computacional, lo cual ha constituido un reto, ya que no utiliza software comercial para cálculo científico.
Por el contrario, la investigadora debe desarrollar sus propios programas e, incluso, ha desarrollado códigos para el estudio de las propiedades ópticas de las partículas que se planea poner a disposición de toda la comunidad científica al cabo de un tiempo, como ya ha hecho en ocasiones anteriores.
Tras asegurar que en México existe ciencia básica y aplicada de excelente calidad, Cecilia Noguez manifestó que el reto de México está en impulsar la transferencia tecnológica. Una vez que se cuentan con los adelantos científicos, el gobierno debería impulsar al sector empresarial para instalar industrias basadas en esa tecnología de punta para que se obtengan los productos finales, concluyó.