Analizan la relación entre la migración mexicana a Estados Unidos y conducta suicida

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/194/17
Ciudad de México, 14 de septiembre de 2017

  • Los resultados de una encuesta revelan que la población con mayor probabilidad de cometer suicidio son las personas nacidas en la Unión Americana de origen mexicano.
La población migrante está expuesta a factores de estrés diversos como integrarse a un nuevo y frecuentemente hostil ambiente en el país receptor, a un proceso de aculturación, al aislamiento social, la discriminación, el uso de sustancias, consumo de alcohol y drogas ilícitas, entre otros, señalan investigadores que estudian el fenómeno social.
La población migrante está expuesta a factores de estrés diversos como integrarse a un nuevo y frecuentemente hostil ambiente en el país receptor, a un proceso de aculturación, al aislamiento social, la discriminación, el uso de sustancias, consumo de alcohol y drogas ilícitas, entre otros, señalan investigadores que estudian el fenómeno social.
Foto: shutterstock.
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Salir del país de origen en busca de mejores oportunidades a otro sitio puede generar trastornos psiquiátricos en el entorno familiar inmediato de quien migra. “Se sabe que la migración perturba lazos familiares y puede incrementar sentimientos de soledad e inseguridad entre los integrantes de una familia y el mismo migrante”, señaló el investigador Guilherme Luiz Borges Guimaraes, quien formó parte del equipo México/Estados Unidos de América que entre los años 2001 y 2003 analizó la relación entre la migración mexicana al vecino país del norte y la conducta suicida.

La población migrante está expuesta a factores de estrés diversos como integrarse a un nuevo y frecuentemente hostil ambiente en el país receptor, a un proceso de aculturación —cuando la persona se integra a elementos culturales de otro grupo—, al aislamiento social, la discriminación, el uso de sustancias, consumo de alcohol y drogas ilícitas, entre otros.

Borges Guimaraes informó que la migración tiene efectos trasnacionales, repercute no solo al país que recibe a los migrantes sino a los países que los están enviando (caso mexicano), es por ello que investigadores de la Universidad de California y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz se propusieron examinar la relación entre la salud mental y el tratamiento en la población trasnacional de origen mexicano que vive a ambos lados de la frontera antes, durante y después de la migración.

En Estados Unidos se realizó la Encuesta de Epidemiología Psiquiátrica Colaborativa, la Replicación de la Encuesta Nacional de Comorbilidad y el Estudio Nacional Latinoamericano y Asiático Americano con un total de mil 284 participantes. En México los datos se obtuvieron de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, a cargo de María Elena Medina Mora, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, en la cual participaron 5 mil 782 personas.

“Pudimos distinguir siete grupos de población mexicana: los tres primeros provienen de la encuesta mexicana y son los mexicanos que viven en México que no han tenido ninguna experiencia migratoria; el segundo es de los mexicanos que viven en México que no han emigrado pero tienen algún familiar en la Estados Unidos, y el tercero son aquellas personas que viven en México y que estuvieron en la Unión Americana por trabajo o estudio por más de seis meses”, informó el investigador.

Los datos obtenidos en Estados Unidos completan el panorama, se trata de la población mexicana nacida en México que se encuentra actualmente laborando o estudiando en ese país, los cuales fueron divididos en dos tipos: aquellas personas que migraron siendo mayores de 12 años y los que llegaron a ese territorio siendo menores de 12 años; y en el segundo grupo están las personas que reconocen tener un origen mexicano pero que nacieron en Estados Unidos y pueden ser la primera, segunda o hasta tercera generación que radica allá.

Al grupo de estudio se le realizaron preguntas en torno a tres aspectos básicos: ideación suicida, plan suicida e intento de suicidio. Los resultados de las encuestas mostraron que en las personas sin antecedentes migratorios de ningún tipo el riesgo de incurrir en suicidio fue de 1%, porcentaje que se convirtió en el punto de comparación, 3.5% de los migrantes de retorno en México dijo haber tenido un intento de suicidio; 2.3% de los familiares con migrantes lo intentó, mientras que en las personas sin antecedentes migratorios fueron el 2.7%.

“En Estados Unidos de América lo que encontramos es que aquella población que emigró muy joven, menores de 12 años, es en donde había un incremento en la ideación suicida con un 3.4% que tuvo un plan suicida y 2.7% intentaron suicidarse. Para aquellas personas que nacieron en EUA hubo un incremento en 50% en la ideación suicida y casi el doble en intentos de suicidio comparado con la población en general ya que 6.2% de los encuestados dijo haber tenido un plan suicida y 8.9% manifestó haber intentado suicidarse”, comentó Borges Guimaraes.

El investigador del Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana sostuvo que este tipo de estudios son muy importantes y este fue el primero de su tipo. “Desde el punto de vista más académico con esta investigación estamos tratando de mostrar es que los estudios de migrantes necesitan de dos componentes: estudiar lo que le está sucediendo a las personas que llegaron a Estados Unidos y compararlas con las personas en México que no emigraron”.

Y añadió: “podemos concluir que la migración mexicana a Estados Unidos incrementa la ideación e intento suicidas entre las familias de migrantes en México. Para las personas nacidas en la Unión Americana de origen mexicano encontramos incremento en la ideación e intento de suicidio y en los migrantes que se fueron muy jovencitos también tenemos un incremento en la ideación aunque no significativa en las estadísticas”.

Los estudios sobre salud mental en la población migrante entre ambas naciones son importantes porque se cuenta con datos confiables en la toma de decisiones, además de que evidencian disparidades éticas y raciales en relación con los servicios de salud y la atención que estas personas reciben. En el proyecto participaron, además de Borges Guimaraes y Medina Mora, Joshua Breslau, Maxwell Su, Matthew Miller y Sergio Aguilar-Gaxiola.

Luz Olivia Badillo.


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