Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/034/09
México, D. F., a 10 de marzo de 2009
- Una de las mayores aportaciones de Galileo fue condicionar la validez de las teorías a su comprobación experimental, lo que revolucionó el desarrollo de la ciencia
- El investigador ofreció una charla en Domingos en la Ciencia de la AMC
- Entre las aportaciones del astrónomo italiano a la astronomía destacan la observación de cráteres y montañas en la luna, y el descubrimiento de las manchas del sol, añadió
- Héctor Domínguez Álvarez, conferencista del Programa Domingos en la Ciencia de la AMC, dijo que Galileo cambio la forma de hacer ciencia.
Foto: AMC
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A pesar de que en algún momento de su vida sus creencias religiosas y sus ideas científicas entraron en conflicto, Galileo supo separar perfectamente unas de otras, con lo que cambio la forma de hacer ciencia, afirmó el maestro en ciencias Héctor Domínguez Álvarez, al participar en el Programa Domingos en la Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Al dictar su conferencia, Galileo Galilei en el Año Internacional de la Astronomía, el físico adscrito a la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, destacó que Galileo, de diferentes formas, se opuso a las imposiciones dogmas y autoritarismos en el mundo de la ciencia.
En el Auditorio La Capilla del Museo de las Ciencias Universum, Domínguez Álvarez expuso que antes de Galileo la ciencia avanzaba y se desarrollaba a partir de la lógica, es decir, que si algo iba de acuerdo con las leyes de la lógica, se consideraba que era ya un hecho; sin embargo, después de Galileo la validez de cualquier propuesta ha quedado condicionada a su confirmación experimental. Por esta razón se le conoce como el padre de la ciencia experimental, añadió.
Ante jóvenes y niños, el conferencista explicó cómo Galileo se opuso al filósofo griego Aristóteles, cuyas ideas sobre la física y la astronomía prevalecieron durante casi 2 mil años y eran consideradas verdades irrefutables, con lo cual se ganó la oposición de la Iglesia.
El divulgador relató cómo el gran prestigio de Galileo entre la comunidad científica y eclesiástica europea y la retractación por escrito del propio astrónomo italiano lo salvaron de ser condenado a muerte por el Santo Oficio, que se conformó con recluirlo por el resto de su vida en una villa cercana a Florencia.
Gracias a su uso del telescopio para escudriñar el cielo, Galileo encontró que los cuerpos celestes no eran esferas perfectas, como lo había asegurado Aristóteles, explicó el investigador, y agregó que cuando observó la luna, encontró que no se trataba de un cuerpo perfectamente esférico sino que presentaba una superficie desigual con montañas, valles y cráteres.
De igual forma al dirigir el telescopio al Sol en el atardecer, observó que éste tenía manchas, y al hacerlo con el planeta Júpiter, descubrió que tenía lunas, y que presentaba fases, que sólo podían ser explicadas si el planeta giraba alrededor del sol, añadió.
Héctor Domínguez subrayó que además de las citadas aportaciones a la astronomía, Galileo también tuvo logros en el campo de la física, particularmente en lo relacionado con el movimiento de los cuerpos y las propiedades de los materiales.
A este respecto, el conferencista habló sobre la caída libre de los cuerpos, fenómeno que por su velocidad había sido prácticamente imposible de estudiar antes de Galileo y narró cómo Galileo usó el plano inclinado para retardar la caída de los cuerpos y así poder observar el fenómeno, en una época en la que no existían ni siquiera los relojes de péndulo.
En este sentido, subrayó que el científico renacentista no solo encontró las relaciones que regulan la caída libre, sino que además fue el primero que logró expresar las leyes que gobiernan el movimiento de los cuerpos en un lenguaje matemático.
El colaborador de la AMC recordó que el 2009, Año Internacional de la Astronomía, fue decretado como tal por la ONU para conmemorar el 400 aniversario de las primeras observaciones del cielo con telescopio por Galileo.
Cabe destacar que el Programa Domingos en la Ciencia de la AMC, es el programa de conferencias de divulgación científica más antiguo del país, con 25 años ininterrumpidos de operación.
Sus conferencias, dedicadas especialmente a niños y jóvenes, buscan despertar el interés por las ciencias y, al mismo tiempo, ponerlos en contacto directo con quienes hacen la ciencia mexicana.