Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/071/09
México, D. F., 3 de junio de 2009
- En el marco de su 50 Año Académico la AMC convocó a 15 especialistas a participar en el Foro Un análisis integral de la influenza AH1N1
- México debe tener la capacidad de producir sus propios antivirales: Francisco Bolívar Zapata
- Urgente encontrar nuevos métodos antivirales para enfrentar cepas resistentes al Tamiflu: Susana López Charretón
- Los virus aislados de AH1N1 en abril y mayo no provenían de cepas previamente circulantes en población humana: Selene Zárate
- Importante establecer protocolos que vigilen la transmisión de virus entre animales y humanos: Francisco Trigo Tavera
- No se había previsto que el nuestro fuera unos de los países donde aparecería primero el virus: Mauricio Hernández
- Para Francisco Bolívar Zapata, investigador emérito de la UNAM y miembro de la AMC, México debe tener la capacidad de producir sus propios antivirales.
Foto: AMC
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Si bien México contaba con un plan para enfrentar una epidemia de influenza, se pensaba que ésta sería de influenza aviar proveniente de Asia y nunca se previó que ésta fuera a iniciar en México, coincidieron en señalar especialistas en distintas áreas, durante el Foro Un análisis integral de la influenza AH1N1, realizado en el marco del inicio del 50 Año Académico de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Quince expertos tanto en ciencias naturales y exactas como en ciencias sociales, adscritos a diferentes instituciones académicas, de investigación y salud, se dieron cita en el Auditorio Galileo Galilei de la AMC, con la finalidad de analizar integralmente la reciente epidemia sanitaria ocasionada por el virus de la influenza AH1N1.
Durante una intensa jornada de discusión y análisis, aportaron puntos de vista y enfoques de sus diversas disciplinas, donde el punto de mayor debate se dio en torno a la pertinencia de las medidas de contención, que generaron pérdidas millonarias a la economía del país, pues mientras algunos participantes las consideraron exageradas, otros argumentaron que gracias a ellas fue posible controlar la epidemia.
Las discusiones del foro Un análisis integral de la influenza AH1N1 estuvieron divididas en tres sesiones. La primera de ellas abordó los aspectos químico-biológico-médicos del virus; la segunda, aspectos epidemiológicos y de impacto en la salud pública, y la tercera, los aspectos sociales, bioéticos y económicos involucrados en la epidemia.
Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, quien inició la primera mesa, al hablar sobre los aspectos moleculares del virus de la influenza AH1N1, señaló que ahora se sabe que el virus tiene 8 genes de los cuales dos son genes de aves, dos son genes humanos y el resto corresponden a genes de cerdos, tanto de Estados Unidos como euroasiáticos.
La viróloga, integrante del Sistema Nacional del Investigadores y de la AMC mostró las ocho proteínas que tiene el virus para explicar cómo las drogas que son efectivas contra el mismo intervienen sus procesos vitales.
Al hablar sobre lo que ya se ha aprendido del virus AH1N1, la bióloga molecular, explicó que los cerdos tienen en su sistema respiratorio células que pueden ser infectadas por virus tanto de humanos como de aves, razón por la cual estos animales son perfectos mezcladores de virus de distintos orígenes.
Para finalizar, anotó que este virus no tiene los marcadores de virulencia que se han encontrado en otros virus como la influenza de 1918 o la temida influenza aviar, lo que sugiere, añadió, que tiene otros marcadores de virulencia que aún no se han descrito. Además, advirtió que es urgente desarrollar nuevos métodos antivirales, ya que no sería raro encontrar nuevas cepas resistentes al fármaco Tamiflu.
En su participación, Selene Zárate Guerra, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), expuso su trabajo sobre el análisis de la evolución molecular del virus de la influenza AH1N1.
La profesora del Posgrado en Ciencias Genómicas de la UACM, dijo que existe una dinámica de la circulación de los virus de la influenza cada año, en la que se observa que todos los años los virus surgían en el sureste de Asia y, a partir de ese lugar, se van dispersando alrededor del mundo, dirigiéndose primero hacia Europa Occidental, luego a América del Norte y finalmente a Sudamérica.
Cada año, dijo, se van acumulando una serie de mutaciones que hacen que los virus se vayan alejando paulatinamente de los virus ancestrales; sin embargo, los virus aislados entre abril y mayo de 2009, no están en absoluto relacionados con estos virus que evolucionan progresivamente. Eso es una señal, advirtió, de que provienen de otro lugar y no de cepas previamente circulantes en población humana.
La experta en dinámica de poblaciones virales explicó cómo con las secuencias genéticas que se han hecho del virus de la influenza, se pueden estudiar los procesos de evolución de sus genes, a pesar de que por ser un virus nuevo su evolución aún es corta.
Por otro lado, el investigador emérito de la UNAM y miembro de la AMC, Francisco Bolívar Zapata, llamó la atención sobre el hecho de que surjan nuevas cepas de virus resistentes a las drogas que actualmente son eficientes, como el oseltamivir fosfato cuyo nombre comercial es Tamiflu.
Por ello, es urgente, advirtió el también experto en ingeniería genética, que México tenga la capacidad de producir oseltamivir y otros antivirales de primera, segunda y tercera generación.
En relación con este tema, el científico, quien es pionero a nivel mundial en manipulación de genes de microorganismos, dio a conocer sus trabajos para la obtención de ácido shikímico, sustancia que se emplea como precursor del ya famoso Tamiflu.
Su propuesta consiste en el empleo de bacterias Escherichia coli modificadas genéticamente, las cuales convierten la glucosa en shikimato. Bolivar Zapata informó que en su laboratorio ya se ha escalado el proceso de producción a un fermentador de 350 litros; sin embargo, dijo, lo ideal sería tener reactores de 3 mil litros.
El cuarto participante de la sesión, Francisco José Trigo Tavera, director de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, abordó el tema de la influenza desde la perspectiva de la medicina veterinaria y explicó que en los cerdos los virus de la influenza se comportan de forma bastante parecida a como lo hacen los humanos, en general con pocas consecuencias.
El especialista en enfermedades respiratorias en animales domésticos, dijo que la epidemia de influenza AH1N1 obliga a reflexionar sobre cómo la salud humana está interrelacionada con la salud de la fauna silvestre y los animales domésticos.
Además, señaló que la experiencia con el virus AH1N1 exige que las dependencias de gobierno correspondientes integren protocolos que vigilen la transmisión de virus entre humanos y animales.
Por otro lado, el también doctor en patología y microbiología advirtió que los humedales, es decir, las zonas de tierra que se inundan permanente o intermitentemente de agua y donde conviven numerosas aves migratorias, tienen un alto potencial para propiciar la recombinación de virus.
El último participante de la mesa fue Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, quien destacó que a esta dependencia le tomó 14 días identificar el brote y reportarlo a nivel mundial, mientras que a China el mismo ejercicio le tomó más de cien días cuando padeció la influenza aviar.
El doctor en Epidemiología por la Universidad de Harvard, relató cómo se desarrolló el brote inicial de la Influenza AH1N1 y señaló que México sí contaba ya con un plan para enfrentar una epidemia de influenza aviar proveniente de Asia, pero no se había previsto que el nuestro fuera unos de los países donde aparecería primero el virus.
En este sentido, el también integrante de la AMC consideró que tenemos mucho que aprender de la epidemia y que aún quedan muchas interrogantes, entre ellas la explicación de por qué el mayor número de defunciones ocurrieron entre gente joven.
Los participantes al foro, que tuvo lugar en la sede de la AMC, fueron convocados por la Academia Mexicana de Ciencias, la Academia Nacional de Medicina de México, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN y la Universidad Nacional Autónoma de México.