Reforma
29 de enero de 2010
REFORMA / Redacción
Científicos del CICESE urgen a monitorear aves marinas parecidas a los pingüinos
Ciudad de México.- Tres especies de aves marinas mexicanas de la familia de los álcidos se encuentran amenazadas o en peligro de extinción, alertaron especialistas.
Horacio de la Cueva Salcedo, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), y José Alberto Zepeda Domínguez, del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional, revelaron en la más reciente edición de la revista Ciencia que es urgente llevar a cabo investigaciones y monitoreos de las aves marinas del noroeste de México, a fin de identificar fuentes de riesgo para estas poblaciones y diseñar programas de conservación.
Los tres álcidos que se reproducen en México son el mérgulo de Xantus (Synthliboramphus hypoleucos) considerado en «Peligro de extinción», mérgulo de Craveri (Synthliboramphus craveri) y la alcuela norteamericana (Ptychoramphus aleuticus), ambas clasificadas como «Especie amenazada».
Los especialistas reportan que los álcidos, especie parecida a los pingüinos, comparten con éstos su plumaje bicolor, blanco en la parte ventral y negro en la dorsal y la postura erguida. Las similitudes obedecen a que ambos grupos de aves marinas necesitan ser semejantes física y estructuralmente para poder alimentarse de peces y microorganismos que viven en el océano abierto.
Esta familia de aves marinas habita en todos los océanos de aguas frías y templadas del hemisferio norte que, en el caso de California, llegan hasta la península de Baja California.
De acuerdo con el artículo publicado en la revista de la Academia Mexicana de Ciencias, México es el límite sur de la distribución de los álcidos, donde únicamente 3 especies se reproducen en los riscos o planicies aledaños a la costa las más de 300 islas del noroeste del país. Otras especies de esta familia visitan ocasionalmente las costas mexicanas.
Las poblaciones de estas aves marinas, enfatizaron los especialistas, son muy frágiles, por lo que necesitan de la cooperación de las comunidades humanas para su viabilidad y conservación.
En México, las principales amenazas de la especie son los derrames de petróleo y otros hidrocarburos, los cuales les cubren el plumaje y les impiden mantener el calor en su cuerpo, por lo que mueren de frío, al tiempo que su hábitat se reduce debido a la instalación de puertos que limitan los sitios disponibles para que se establezcan las colonias de estas aves.
Estas frágiles poblaciones de aves también se ven afectadas por la alteración de su hábitat isleño al ser introducidos herbívoros como conejos, cabras y ovejas, que terminan con la cobertura vegetal que protege sus nidos y compactan la tierra, haciendo más difícil para ellos excavar y construir sus moradas.
Otros peligros son las redes agalleras, donde ocasionalmente se enmallan y mueren, así como los depredadores introducidos en las islas con colonias reproductivas como gatos, ratas y perros, en virtud de que, al evolucionar sin la presencia de estos depredadores, los álcidos no tienen defensas contra ellos.
De acuerdo con la Revista Ciencia, desde la década anterior se han llevado a cabo acciones de conservación para proteger a los álcidos, como la erradicación de gatos de las islas del Océano Pacífico y el Golfo de California y ratas de las islas San Jorge, San Roque y Rasa.
Ante los serios riesgos que enfrenta la familia alcidae en México, los expertos consideraron que si bien las iniciativas que se llevan a cabo dan señales alentadoras, son aún insuficientes.