El Golfo.Info
25 de marzo de 2009
SUN/Redacción
La política gerencial de la ciencia y tecnología practicada en México, que sólo da cabida a la rentabilidad, ha llevado a que la naturaleza pase la factura de un desarrollo descuidado, con abuso de los recursos no renovables y poca preocupación de las futuras generaciones.
Así lo sostuvo Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias de la UNAM, quien subrayó que este proceso es resultado de una continua incultura científica.
«Hoy – abundó – pagamos los costos que implica el que la ciencia no se enseña adecuadamente desde los primeros niveles escolares y de que sus conocimientos especializados, no sean aprovechados como herramientas eficaces para encarar eficazmente los rezagos y desafíos de nuestro país».
Al participar en el Simposium «Transición Energética y Oportunidades en el Sureste», que se efectúa en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, la académica de la UNAM expuso que el círculo vicioso que genera la carencia de una cultura científica, se completa con la ausencia de políticas justas nacionales y previsoras en materia científica y tecnológica, así como el consecuente usufructo desmedido e indiscriminado de los recursos.
En este sentido, coincidió con Carlos Arámburo de la Hoz, director de la Coordinación de Investigación Científica de la UNAM, al señalar que el uso dominante de energías fósiles junto con una explotación precipitada y arrebatada de crudo están detrás de los impactos del cambio climático, el rompimiento de los equilibrios hidrológicos del sureste mexicano y del cambio en los patrones económicos en el medio rural.
Además este proceso ha sido acompañado por una profunda transformación demográfica y una reorganización del territorio, y por el fenómeno de la migración de propios y desplazados de otros territorios, en busca de la bonanza del norte.
La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias afirmó que es el momento de repensar el esquema de desarrollo, pues ya se visualiza el fin del dominio del petróleo, a la vez que se perfila una nueva era fincada de energías alternas, en la posibilidad de impulsar un desarrollo sustentable.
«De ser este el caso, estaremos en mejores condiciones para enfrentar el calentamiento global y sus devastadores efectos para la región».
Los investigadores de La UNAM insistieron que en Tabasco, y la región Sur-Sureste, se han acentuado cambios climáticos por la explotación exhaustiva del petróleo y el gas, erosión de suelos, incremento de las avalanchas e intensificación de fenómenos ambientales.