Temen que impongan dogmas a la ciencia

Por Patricia López
Reforma

El voto de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apoyando la prohibición de la clonación con fines terapéuticos «significa ir en contra de la ciencia del Paí­s», advierte el médico Ruy Pérez Tamayo, presidente del Colegio de Bioética y miembro del Colegio Nacional.

«Trabajamos desde 1992 con células troncales de ratones, y estamos listos para comenzar estudios con células humanas», afirma Luis Fernando Covarrubias Robles, del Instituto de Biotecnologí­a de la UNAM, luego de conocer la posición mexicana.

«Es una tristeza, vamos para atrás. Creí­mos que el gobierno tení­a una posición diferente y que habí­a entendido la importancia de abrir la investigación de células troncales embrionarias en un área que en 2 o 3 años tendrá resultados prometedores en todo el mundo, y donde podemos subirnos al carro del desarrollo porque en México contamos con especialistas de primer nivel, competitivos a nivel internacional», añade Octavio Paredes López, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

En la decisión ante la ONU «privó la sinrazón. A los legisladores hay que convencerlos de legislar sobre conceptos legí­timos, y no sobre ideologí­a», destaca Pérez Tamayo, también investigador emérito de la UNAM.

La comunidad cientí­fica no fue tomada en cuenta antes de la votación, «aunque en la Cancillerí­a dicen que consultaron a asesores de la Secretarí­a de Salud», afirma Covarrubias.

Investigaciones en riesgo

Los cientí­ficos destacan que el voto prohibitivo pone en riesgo el avance de investigaciones pioneras en México, entre ellas la regeneración de tejido de médula espinal que realiza el doctor Ricardo Tapia con células embrionarias de ratones en el Instituto de Fisiologí­a Celular de la UNAM.

Tapia logró recuperar las funciones de médula espinal lesionada de ratas de laboratorio utilizando células troncales embrionarias. «En seres humanos esto serí­a útil para que personas con lesiones en la columna puedan volver a caminar», explica Pérez Tamayo.

«El estudio de células troncales embrionarias es importantí­simo para desarrollar procedimientos que permitan la diferenciación celular, es decir convertir células troncales embrionarias en células pancreáticas, neuronales, cardiacas y musculares que ayuden a restaurar tejido dañado por diversas enfermedades. Pero sin probar los procedimientos no podemos avanzar», señala Covarrubias.

El biotecnólogo consideró «más redituable» para el Paí­s trabajar con células humanas que de roedores, pues «tratarí­amos de que nuestros resultados impacten y ofrezcan beneficios a la sociedad».

Dentro del grupo de paí­ses que votaron por la prohibición están El Salvador y Honduras, «que padecen un subdesarrollo cientí­fico y no se verán afectados por la decisión, pero en México estamos preparados, y la intención del PAN y del Vaticano es detener la investigación sobre células embrionarias y clonación», sostiene Pérez Tamayo.

En vez de prohibir, se deberí­a estar legislando sobre la forma adecuada de realizar estas investigaciones, considerando que la comunidad cientí­fica tiene una ética profesional, advierte Covarrubias.

Paredes López destaca que con esta prohibición, nuevas generaciones de cientí­ficos mexicanos que estudian doctorados y posdoctorados en paí­ses de avanzada como Gran Bretaña, «verán frustrada su capacidad de desarrollo al regresar a México y no poder poner en marcha sus conocimientos».

Pérez Tamayo -Premio Nacional de Ciencias 1974 y miembro fundador del Colegio de Bioética, A.C.- advirtió que el voto ante la ONU «es claramente un asunto polí­tico donde el Partido Acción Nacional (PAN) impuso los criterios del Vaticano».

Los temores

En el libro Clonación humana, coordinado por Fernando Cano Valle, (FCE, 2004), el jurista Luis De la Barreda, ex comisionado de Derechos Humanos del Distrito Federal, se refiere al tema.

«Ante el dilema ético que plantea la clonación, hay que proceder con prudencia. No debemos renunciar a seguir avanzando en la ruta de la mejorí­a de la salud y la calidad de vida de nuestra especie, ni nos debe paralizar el temor a lo desconocido, pues afrontando lo ignoto hemos logrado portentos cientí­ficos que nos han beneficiado considerablemente; pero es preciso que cada paso sea racional, no dado por el mero afán de lo novedoso, para que no vayamos, como lo hizo el doctor Frankenstein, más allá de lo que tolera bien nuestra humana í­ndole», escribe.

Para el director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Juan Pedro Laclette, «la prohibición significa que en la sociedad hay posiciones diversas. Una cientí­fica, que da importancia a nuevos desarrollos terapéuticos, y otra conservadora, que valora las creencias religiosas».

Para Laclette, será fundamental escuchar a ambos sectores antes de crear una legislación especí­fica en el Paí­s, la cual hoy es inexistente.

«La ONU dio una recomendación que no es legalmente obligatoria. En lo personal me gustarí­a una legislación intermedia, una posición similar a la de España, en donde se realiza investigación sobre clonación terapéutica con restricciones, como la autorización de padres de embriones humanos y la valoración de un comité de ética caso por caso, además de una revisión de la ley cada dos años».

Opiniones encontradas

Las naciones conservadoras unieron sus fuerzas para impedir todo tipo de clonación, incluyendo la posibilidad de realizar sólo clonación terapéutica.

A favor: Fueron 81 votos, en su mayorí­a de gobiernos conservadores como Estados Unidos, México y casi toda Latinoamérica incluidos Belice, Bolivia, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití­, Honduras, Nicaragua, Panamá y Paraguay. Además de naciones europeas cono Italia, Alemania, Portugal, Austria, Irlanda, Polonia y Suecia; y paí­ses de economí­as más atrasadas, como Afganistán, Bangladesh, Etiopí­a; o de naciones árabes como los Emiriatos Unidos o Arabia Saudí­.

En contra: Fueron 37 votos, principalmente de paí­ses europeos encabezados por el Reino Unido, Bélgica, Holanda, Francia y España; de América fueron Canadá, Cuba, Brasil y Jamaica, además de la mayorí­a de las naciones asiáticas como China, India, Japón, Singapur y Tailandia

Abstenciones: Fueron 34, la mayorí­a de los paí­ses musulmanes que se abstuvieron por no contar con una polí­tica definida al respecto; además de Argentina, Colombia, Israel y Lí­bano; Venezuela no estuvo presente en la votación, al igual que Perú y unas 30 naciones más, casi todas africanas.

«Se votó a favor del respeto de la dignidad de las personas en cualquier tipo de investigación».
Julio Frenk, Secretario de Salud

«Que nos expliquen por qué hicieron oí­dos sordos a los pronunciamientos de la comunidad cientí­fica».
Ví­ctor M. Alcérreca, Secretario de la Comisión de Ciencia y Tecnologí­a

«El PRD tiene el compromiso de impulsar los experimentos de clonación para fines terapéuticos».
Inti Muñoz, Vocero de la fracción perredista

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