Sin los aportes de Darwin sería más difícil ejercer la libertad de pensamiento: Narro

La Jornada
12 de febrero de 2009
Laura Poy Solano

El rector de la UNAM inauguró las actividades del Año de la Evolución

Con un llamado a romper con el pensamiento dogmático y las verdades absolutas, José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), inauguró el Año de la Evolución, con el que se conmemoran dos siglos del nacimiento de Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución, y 150 años de la publicación de su obra El origen de las especies.

Ante profesores, investigadores y autoridades universitarias, reunidos en la Torre de Rectoría, en Ciudad Universitaria, Narro calificó las aportaciones de Darwin al conocimiento de la evolución como una “verdadera revolución intelectual”, sin la cual hubiera sido mucho más difícil el ejercicio de la libertad de pensamiento, pero también del concepto de la laicidad, el cual es un “pilar en el que se sustenta buena parte de la grandeza y el trabajo de la universidad”.

En la universidad no cabe la verdad única ni absoluta

En la UNAM, agregó, la laicidad es “uno de los principios con los que cotidianamente desarrollamos nuestras actividades, pues sin la concepción de que somos una institución pública, nacional y laica, nuestro trabajo sería muy diferente”.

Señaló que en la universidad “no cabe la verdad única ni absoluta e inmutable. Aquí aprendemos, en nuestra formación y en el trabajo diario, a dudar, a desafiar lo que hoy es una verdad, porque preferimos saber y no solamente creer; preferimos dudar y no manejarnos con base en certezas absolutas”.

En el acto al que acudieron Esther Orozco, directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, y René Asomoza, director del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, así como los funcionarios de la UNAM Rosaura Ruiz, secretaria de Desarrollo Institucional; Carlos Arámburo, coordinador de la Investigación Científica, y Estela Morales, coordinadora de Humanidades, Narro Robles aseguró que en la Universidad Nacional “defendemos la libertad de cada quien para creer, pero eso no implica de ninguna manera la posibilidad de tener una participación de la colectividad, pues ese respeto a un derecho central nos ayuda a separar lo que es propio de la persona, y lo que corresponde a la institución”.

Señaló que el único camino para la construcción de una sociedad más firme parte de la preparación, del conocimiento de un saber que cambia, se transforma y se acumula, por lo que se va haciendo más robusto día a día. “Imaginar a la UNAM de otra manera sería imposible sin la emancipación del trabajo intelectual respecto de doctrinas, ideologías y credos, por más validos que sean para cada persona.”

Transformó la concepción de la humanidad

Rosaura Ruiz y Esther Orozco coincidieron en que la teoría de la evolución sentó las bases de la ciencia moderna, pero también permitió una transformación en la propia concepción de la humanidad al “no tener que recurrir a una explicación sobrenatural para comprender el origen de la especie humana”.

En el Año de la Evolución, que arrancó con una exposición instalada en la explanada de la Biblioteca Central en Ciudad Universitaria, donde se realizaron talleres, conferencias, muestras de fósiles, lectura pública de la obra El origen de la especies y representaciones teatrales de la vida de Charles Darwin.

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