La Jornada
30 de octubre de 2005
Angeles Cruz y Mariana Norandi reportera
Descarta Cofepris alta concentración de metales pesados
Especialistas insisten en que representa un riesgo para la salud
En el poblado de Tlamacazapa, municipio de Taxco, no existe contaminación del agua por metales pesados y hasta ahora no se ha encontrado a ninguna persona con afectación en su salud por esa causa, aseguró Rocío Alatorre, comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Sin embargo, Susan Smith, doctora en salud comunitaria y coordinadora de la organización no gubernamental Caminamos Juntos para Salud y Desarrollo, quien durante cinco años ha estudiado la contaminación por plomo y arsénico en las fuentes de abastecimiento de agua en dicha población, afirmó que «para detectar la presencia de estos metales es necesario realizar un seguimiento mensual, debido a que tanto el arsénico como el plomo tienen una presencia temporal en el líquido. Aún no sabemos la razón, pero tenemos evidencias de que el agua está contaminada».
Según Smith, su organización envía muestreos mensuales al laboratorio Groundwater, de Massachusetts, Estados Unidos, certificado por la Agencia de Protección Ambiental (USEPA, por su siglas en inglés) de ese país, y los resultados demuestran elevados niveles de arsénico y plomo en el agua.
Luis Marín, coordinador de la Red del Agua de la Academia Mexicana de Ciencias e investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, informó que el caso de Tlamacazapa ha sido presentado ante la comunidad científica internacional.
En diciembre de 2003 se llevó a cabo la reunión de la Academia Mexicana de Ciencias, la cual convocó a 67 academias del mundo. «Ahí no quedó la menor duda de que el agua está contaminada por arsénico y plomo», sostuvo.
También el caso ha sido presentado en la Academia Nacional de Ciencias de Washington, en un congreso de la Organización de las Naciones Unidas en El Cairo, Egipto, y este mes se presentó ante la comunidad científica de Pretoria, Sudáfrica. Nadie ha puesto en duda las evidencias que tiene Caminamos Juntos», señaló.
La Cofepris, con Rocío Alatorre al frente de un equipo de casi 40 personas, en días pasados estuvo en la comunidad para inspeccionar la calidad del agua y la salud de los pobladores. Indicó que en los análisis de laboratorio aplicados a muestras del líquido de los siete pozos con que cuenta la localidad, no se detectó plomo. Se encontró arsénico, pero en niveles que están muy por debajo de lo que permite la Norma Oficial Mexicana en la materia.
Al respecto, Marín y Smith refirieron el estudio que en 2002 realizó Jennifer Cole para la Universidad de Calgary, Canadá, donde dio cuenta de altas concentraciones de metales pesados en varios de los pozos de esta comunidad.
El análisis de Cole documentó máximas de arsénico de 0.37 miligramos por litro de agua potable, cuando la Norma Oficial Mexicana fija su máxima concentración en 0.025 miligramos y la Organización Mundial de la Salud en 0.010 miligramos.
En entrevista, Alatorre explicó que a partir de la información publicada en La Jornada (18/10/2005) se integró una brigada sanitaria epidemiológica con 37 trabajadores del gobierno de Guerrero y cinco de Cofepris, quienes aplicaron cuestionarios a una muestra representativa del poblado, con la finalidad de identificar síntomas específicos que pudieran reflejar algún problema de salud por presencia de metales pesados en el agua.
En el caso del arsénico, el síntoma más evidente son las manchas en manos y plantas de pies, las cuales no se encontraron en ninguna de las personas entrevistadas y tampoco en quienes fueron ubicados como posibles afectados. Estos casos sospechosos, mujeres y niños principalmente, fueron llevados al centro de salud de la localidad para su revisión. Los médicos encontraron únicamente pigmentación de la piel causada por hongos y bacterias.
Y es que, explicó Alatorre, Tlamacazapa carece de los servicios básicos: 95 por ciento del fecalismo se realiza al aire libre, no hay letrinas ni fosas sépticas, por lo que las infecciones de la piel y las gastrointestinales son frecuentes y recurrentes. Tampoco existe control ni higiene en la crianza de animales, como los puercos, que deambulan por las calles.
Smith reconoció que hay personas con problemas de piel causados por hongos y bacterias pero, dijo, «mandé fotos de mujeres con hiperpigmentación a expertos en arsénico de Estados Unidos y Sudáfrica, y me confirmaron que las manchas que muestran las mujeres de Tlamacazapa se deben a ese metal pesado. He tomado muestras de pelo y uñas que analicé en Estados Unidos y los resultados demuestran elevada toxicidad».
Con respecto al agua, la funcionaria de Cofepris informó que en los próximos días se realizará un segundo análisis, ahora con dos laboratorios, para confirmar los primeros resultados obtenidos en el laboratorio estatal. Un tercer estudio se realizará en la época de estiaje.
El agua de la comunidad proviene de los escurrimientos de la montaña. Llega por arrastre y se queda en los pozos de captación, que fueron construidos como cisternas. Es agua de deshielo, de filtración y de lluvia que no pasa por ningún reservorio de metales, indicó.
Alatorre aseguró que la calidad del líquido es buena, aunque en el almacenamiento pueden surgir algunos problemas por la falta de cloración, los cuales no tienen relación con metales pesados. Por ello, Cofepris confía en que los próximos análisis de laboratorio confirmarán lo ya observado por los médicos especialistas.
A partir de la visita de inspección a Tlamacazapa, las autoridades elaboraron un plan de trabajo para mejorar las condiciones sanitarias de la comunidad. La estrategia que deberá ser aplicada por las autoridades municipales, muy probablemente las nuevas, que iniciarán funciones en diciembre próximo, consiste en la cloración permanente del agua; campañas de letrinización, limpieza y recolección de basura; cuidado de animales domésticos; campañas de vacunación y esterilización de perros y gatos, y fomento de buenas prácticas de higiene personal y lavado de alimentos.
Sobre este aspecto, Marín resaltó que «el cloro sirve para prevenir problemas de infecciones bacteriológicas, pero nunca para limpiar contaminación por metales».
La Universidad Nacional Autónoma de México y la Academia Mexicana de Ciencias se acercaron a la Comisión Estatal del Agua para entregarle la información que tienen respecto al caso de Tlamacazapa. La respuesta, dijeron los académicos entrevistados, ha sido muy positiva para la búsqueda de soluciones, y extendieron la misma invitación a la Cofepris, para que de manera conjunta se tomen nuevas muestras al agua del poblado. «Estaremos encantados en proporcionarles los resultados que, hasta ahora, hemos obtenido de nuestras investigaciones», indicaron los especialistas