El Sol de México
07 de marzo de 2015
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CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Organización Editorial Mexicana
México.- Mistli es una palabra en náhuatl que significa puma, también es el acrónimo de «Monitoreo, Instrumentación y Sistematización Temprana de Laderas Inestables», un proyecto que desarrolla la doctora Irasema Alcántara Ayala para el municipio de Teziutlán, Puebla, con el objetivo de contribuir a la gestión integral de riesgo de desastres.
La investigadora del Instituto de Geografía (IGg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que una de las finalidades de este trabajo es generar conocimiento para coadyuvar a la población y a las autoridades a entender y reducir el riesgo de desastre asociado con los procesos de remoción en masa, tales como los deslizamientos y derrumbes.
«Esta tarea se realiza a través de dos vertientes primordiales. La primera es el entendimiento de la amenaza, es decir, conocer los mecanismos de los deslizamientos desencadenados por precipitación en suelos derivados de materiales volcánicos, a partir de la determinación de las propiedades de los materiales de laderas, y con el apoyo de la información generada por la instrumentación y el monitoreo realizado en tiempo real en una ladera inestable. Con estos datos y considerando el análisis de series de lluvia, se establecen umbrales de precipitación, insumo necesario para identificar potenciales escenarios durante los cuales se puedan desencadenar procesos de remoción en masa».
Una segunda vertiente, también de gran relevancia, se centra en la evaluación de la vulnerabilidad de la población expuesta a amenazas de este tipo, así como de su percepción del riesgo y preparación. Todo lo anterior, explicó la galardonada con el Premio de Investigación 2012 que otorga la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), con la finalidad de realizar el diseño y la implementación de un sistema de alerta temprana de inestabilidad de laderas, en el que la población sea eje fundamental.
«El proyecto tiene el apoyo del Conacyt y en él participan, además de varios colegas del IGg, estudiantes de la licenciatura y posgrado en geografía, y de la Facultad de Ingeniería; reconocidos académicos también de la UNAM como la doctora Ana Rosa Moreno, experta en comunicación de riesgos ambientales de la Facultad de Medicina; el maestro Francisco Urbina y la doctora Karina Landeros, especialistas en percepción del riesgo de la Facultad de Psicología; el doctor Román Álvarez, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Avanzadas y Sistemas (IIMAS); además del profesor Anthony Oliver-Smith, de la Universidad de Florida, experto en reubicaciones por desastres, entre otros destacados investigadores».
Irasema Alcántara Ayala, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, recalcó que la importancia de este proyecto de investigación se relaciona con el hecho de haber sido concebido como una estrategia de colaboración que involucra a la comunidad, a las autoridades y un equipo transdisciplinario de científicos.
La creación de este sistema pionero de alerta ante riesgos de desastre asociados a procesos de remoción en masa desencadenados por precipitación, busca responder a las necesidades específicas de esta región, además de servir como un modelo a ser implementado en otras zonas del país con las adecuaciones pertinentes.
A propósito del Premio de Investigación, la distinción más importante que otorga la AMC y la de más prestigio a nivel nacional, la cual reconoce el trabajo de jóvenes que realizan investigación de punta en diversas áreas, Alcántara Ayala comentó, tras obtener el galardón correspondiente al 2012 en el área de ciencias sociales:
«La distinción reconoce el trabajo de investigación realizado a lo largo de mi trayectoria académica, mismo que se centra en el entendimiento de los factores que determinan la ocurrencia de desastres, para lo cual es de gran importancia la cabal comprensión de las interacciones entre la naturaleza y los seres humanos. Es un estímulo muy importante, simboliza un reto permanente y un compromiso exponencial con mi trabajo cotidiano, tanto en el ámbito de la investigación, como en la formación de recursos humanos y, por supuesto, en la posibilidad de contribuir a la urgente tarea de la divulgación y la comunicación de la ciencia».
Destacó que la investigación que se realiza en México en general es como un arcoíris: tiene algunos tonos intensos y otros más tenues que reflejan la historia de estrategias pioneras, de necesidades particulares, de visiones de grandeza, de entrega, compromiso y éxitos. Pero también es espejo de lo que no ha ocurrido, de lo que pudo ser, de lo que se ha intentado hacer, y más significativamente de lo que debe ser y hacerse, para alcanzar el bienestar de toda la sociedad.
Añadió que desde su perspectiva las ciencias sociales con frecuencia son menos apreciadas que las ciencias exactas, sin embargo, ambas están todavía lejos de permear el tejido social como sería deseable. Señaló que falta mucho por hacer, y que esta etapa de crisis por la que actualmente se transita debería transformarse en un parteaguas para configurar derroteros más congruentes, en beneficio del binomio ciencia-sociedad.
La investigadora del departamento de Geografía Física del IGg expresó que la actividad científica le ha dado el placer de dedicarse a lo que le gusta hacer, sin verlo como obligación o como un trabajo únicamente con fines de remuneración, además de que le permite estar en contacto con la juventud, con las distintas generaciones de científicos e inmersa en un proceso de retroalimentación permanente.
Sobre el estado de su área de conocimiento, Irasema Alcántara dijo que la geografía de México con mucha frecuencia ha sido una disciplina estratégica. En años recientes su posición cardinal se ha incrementado considerablemente, ya que su enfoque está dirigido de manera esencial al análisis y comprensión de las interacciones entre los procesos naturales y las sociedades, a diferentes escalas, tanto espaciales, como temporales, motivo por el cual la geografía se debe reconocer como la brújula o el GPS (global position system) del entendimiento de la interacción entre la humanidad y el planeta».
«Sin embargo, en este momento se encuentra en una etapa en la que necesita reafirmar y fortalecer su liderazgo como disciplina analítica e integradora para tomar una posición rectora en el trabajo transdisciplinario, con la finalidad de dar una pronta y efectiva solución a problemas locales, nacionales y globales», indicó.