La Prensa
13 de agosto de 2011
Organización Editorial Mexicana / La Prensa
México
México.- Como miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), estimó como una obligación social ayudar a la formación de recursos humanos y a los jóvenes para que sigan una vida académica en posgrados, aseguró José Ramón Cossío Díaz, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
«Vemos en los números del SNI que sigue habiendo una cifra de doctores y maestros sensiblemente bajo comparada con otros países y en el área de Ciencias Sociales todavía más», añade el investigador, quien recibió este año a dos becarios del programa Verano de la Investigación Científica de la AMC.
«Por ejemplo, Dulce Milán y Ángel Cortés, los estudiantes que ahora hacen su estancia conmigo, han estado asistiendo al Pleno viendo cómo se construye el Derecho; hablan con los secretarios de Estudio y Cuenta, y leen proyectos; mientras la Corte estuvo en receso -por vacaciones-, ellos fueron a la biblioteca y realizaron otras prácticas», dijo.
Cossío Díaz se dijo convencido de la obligación que tiene un maestro de impulsar a la mayor cantidad de estudiantes para que salgan del país o de sus estados para adquirir nuevos conocimientos y experiencias y regresen con un sentido más crítico.
Tras 11 años de colaborar con el Verano de la Investigación Científica (VIC), tiempo en el que ha recibido alrededor de una decena de universitarios en el marco de este programa, Cossío Díaz comenta que los alumnos que realizan una estancia de investigación tienen la oportunidad de conversar con otras personas, leer otros textos y entender otros problemas del Derecho distintos a los que tradicionalmente observan en su lugar de origen.
«A lo mejor algunos de ellos se convencen de seguir una vocación académica, porque el programa está enfocado para que las personas trabajen al lado de académicos. Yo en este momento soy ministro de la Corte, pero lo dejaré de ser en ocho años más, y me parece que lo importante es que los estudiantes se establezcan y tengan esas experiencias», sostiene uno de los más reconocidos exponentes del Derecho Constitucional en el país.
José Ramón Cossío Díaz, quien es miembro de la AMC desde 1994, añade que la movilidad académica que exige el VIC es un acierto en un sistema «tan centralizado que sigue teniendo el país» y permite a los jóvenes la posibilidad de constituir redes que al final los podrán llevar a terminar o seguir sus estudios en el extranjero o fuera de sus estados de origen.
En el caso de los becarios del VIC que realizan su estancia en la Suprema Corte y colaboran con él y su equipo de trabajo, el ministro Cossío afirma que el hecho de que estos jóvenes lleguen a la Corte y vean a muchos abogados de varias especialidades en medio de una gran actividad, trabajando en muy diversos temas, constituye una gran ventaja que coadyuva a su formación profesional.
Para el Dr. Cossío Díaz mantener contacto con los estudiantes más allá de las semanas de estancia lo hace sentir contento al estar contribuyendo -menciona-, a la formación de lo que se espera sean los nuevos recursos humanos en las áreas de investigación.