El Universal
22 de septiembre de 2005
Sara Sefchovich
HACE 20 años, después de los temblores, participé en reuniones con los vecinos y en las escuelas de mis hijos. De allí surgieron propuestas de organización y prevención para casos futuros. La emoción duró algunas semanas y después cada vez fueron llegando menos personas y se fue haciendo obvio que sería difícil hacer algo, pues faltaban desde recursos económicos hasta tiempo de los participantes, que ya se habían reintegrado a sus complicadas vidas. Lo mismo le sucedió a otros grupos. Juan Guerrero, uno de los líderes de Tlatelolco, contó hace unos días en una entrevista cómo cada vez pesaba más la manta que cargaban porque menos gente acudía a las marchas y mítines.
Lo grave es que eso también le sucedió al país: en aquella ocasión oímos promesas de lo mucho que se haría para ayudar a los damnificados y para prevenir nuevas tragedias en casos similares. Desde entonces, año con año el discurso septembrino se repite durante algunos días y luego se olvida. El aniversario número 20 no fue excepción: los medios de comunicación se llenaron de recuentos y testimonios, hubo congresos y simposios, mesas redondas y conferencias, jornadas y encuentros nacionales e internacionales, misas y sesiones solemnes, entrevistas, libros, suplementos, exposiciones y películas, izamientos de bandera, discursos, minutos de silencio y hasta el decreto de «Un Día Nacional de la Protección Civil».
Y sin embargo… «Falta mucho por hacer en materia de protección civil, aún no estamos preparados para enfrentar una situación similar a la de 1985»: especialistas en mesa redonda organizada por la delegación Venustiano Carranza; «no hay una investigación oficial del terremoto de 1985 y la contribución a la sismología ha sido mínima pese a su importancia. Cada movimiento telúrico es distinto, hoy la ciudad de México es otra, sus construcciones y su gente son diferentes. Es urgente investigar»: Cinna Lomnitz, experto de la UNAM; «a pesar de las características de los suelos en el país, de alta sismicidad, México sólo cuenta con 20 expertos, faltan estaciones de monitoreo sísmico y no hay inversión gubernamental en la materia, existe rezago en la investigación y en el equipo preventivo»: Academia Mexicana de Ciencias.
«Si México no invierte para estudiar los temblores que ocurren en el país ninguna otra nación lo va a hacer. Hay terrenos de la ciencia donde los conocimientos de un país se pueden aprovechar en otros, pero en el área de sismología cada nación debe estudiar de manera particular cómo se comportan los sismos en su territorio y cuáles son los daños que pueden provocar. En 1985 México tenía una red de detección de movimientos sísmicos de las más avanzadas del mundo, pero se ha rezagado incluso de naciones cuyo riesgo es inferior al nuestro»: Shri Krishna Singh, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM; «la alerta sísmica que en su momento constituyó un ejemplo de tecnología de punta parece estar guardada en un cajón».
Eso sí: por membretes oficiales, papeles con sellos y burocracia no nos podemos quejar: ¿habrá algún país que tenga más organismos que el nuestro?: Sistema Nacional de Protección Civil, Centro Nacional de Prevención de Desastres, Fondo Nacional de Desastres Naturales, Programa de Atención a Emergencias, Centro de Instrumentación y Registro Sísmico, Programa de Atención a Contingencias Mayores, Dirección General de Protección Civil del DF y otra igual de la Secretaría de Gobernación, más todo lo estatal.
Y aún así, «aunque se crean organismos específicos, la política oficial de prevención de desastres está totalmente desarticulada»: especialistas en la presentación de un libro sobre el 85; «hasta el momento no existe una política pública fehaciente, viviente y actuante en cuanto a protección civil, no se le tiene como una política pública prioritaria a pesar de la vulnerabilidad del DF»: Carlos Sáinz Luna, ex director de Protección Civil.
¿Habrá algún país que tenga mejores leyes que el nuestro?
«La ciudad de México cuenta con uno de los reglamentos de construcción más avanzados del mundo. En 1991 se aprobó el primer Reglamento de Protección Civil y se creó un área en la materia en la Secretaría de Seguridad Pública que después pasó a la Secretaría de Gobierno. Diez años más tarde se creó la Dirección General de Protección Civil del DF y un año después se dictaron las disposiciones para establecer los programas internos de protección civil. En 2002 se emitió una nueva ley en la materia , la cual fue modificada en 2005… pero, como carece de reglamento, esto se subsana al aplicar uno anterior. Total, un galimatías jurídico y un reglamento que tiene 11 años de desfase»: Carlos Sáinz, ex director de Protección Civil.
«No existe una instancia que garantice el pleno cumplimiento de esas normas»: Jorge Antonio Ortiz Torres, experto en protección civil; «no hay capacidad del gobierno para fiscalizar y sancionar a quienes no cumplen con lo establecido. La ley de construcción del Distrito Federal no es aplicada por constructores»: ingenieros del Instituto Politécnico Nacional.
¿Habrá algún país que vaya a hacer mañana tantas cosas como el nuestro?: «Próximamente se aplicará un cuestionario para detectar las fallas en el programa de emergencia escolar»: Sergio Mario Aguilar, subdirector de Protección Civil; «se está trabajando para adquirir un bono para catástrofes»: Carmen Segura Rangel, coordinadora de Protección Civil de la SG; «se pretende impulsar la iniciativa `Hospital Seguro` como meta del próximo decenio»: conclusiones de un foro en el Centro Médico Siglo XXI; «se va a instalar un Consejo Consultivo sobre Sismos»: UNAM; «se va a preparar un documento denominado `Gran Visión` que incluirá las conclusiones, medidas y propuestas surgidas de los foros en la materia»: informe en unas jornadas sobre sismos.
Moda septembrina le llamó Superbarrio. ¿Será? ¿Llegaremos al aniversario número 30 con leyes que no se aplican, burocracia que no se coordina, falta de recursos para la investigación y promesas que no se cumplen?
Escritora, investigadora en la UNAM.
sara.sefchovich@asu.edu