La Jornada
5 de septiembre de 2014
Redacción
Un grupo, encabezado por María Aracely Hernández Ramírez, del Laboratorio de Fotocatálisis y Electroquímica Ambiental de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León trabaja en el desarrollo de procesos de descontaminación de aguas residuales mediante el uso de un catalizador que se activa con luz visible (las longitudes de onda que el ojo humano es capaz de percibir).
Realizamos investigación con procesos avanzados de oxidación para la destrucción de contaminantes en medios acuosos, específicamente trabajamos en la aplicación de la fotocatálisis heterogénea, que consiste en la activación de un catalizador por efecto de la luz para llevar a cabo reacciones químicas en la superficie del sólido. De ahí el nombre de heterogénea, porque requiere de un catalizador que en este caso es un sólido, que se coloca en el agua contaminada y se activa con luz que puede ser incluso la solar, explicó.
Efecto de la luz
El efecto de la luz sobre el catalizador provoca la producción de especies oxidantes que destruyen los contaminantes. El compuesto principal que se usa para realizar la fotocatálisis heterogénea es el dióxido de titanio, el catalizador más reconocido en el mundo; sin embargo, se activa principalmente con luz ultravioleta.
Por lo anterior, el grupo de Hernández Ramírez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, ha trabajado desde 1999 en modificar al dióxido de titanio para que responda mejor con luz visible o, en su caso, preparar un catalizador que supere esta barrera de la luz ultravioleta, la cual está presente solo en 5 por ciento en la luz solar natural.
El proyecto es parte de un proyecto financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que tiene vigencia hasta 2016, fecha en la que esperan tener algún convenio con empresas para aplicar el proceso y se logre así la transferencia de tecnología.