La Jornada
06 de mayo de 2006
José Galán
El nuevo titular, Pedro Laclette, afirma que el plan se entregará al próximo presidente
La academia debe ser parte activa de la sociedad con propuestas para la comunidad, señala
Los investigadores no deben preocuparse por la asignación de recursos, sino por trabajar, asegura
Ante la proximidad de las elecciones presidenciales, la prioridad inmediata para la comunidad científica es presentar a quien resulte electo una propuesta única para el impulso y desarrollo de la educación, la investigación y la innovación en este ramo, afirmó Juan Pedro Laclette, quien tomó posesión como presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) el viernes de la semana pasada.
En su primera entrevista con un medio de comunicación, pidió a la comunidad de ese sector poner de su parte para armar una sola propuesta e impulsar la agenda hacia una política de Estado. Sostuvo que la AMC está en posición de efectuar una labor social al ofrecer soluciones para grandes problemas nacionales como educación, vivienda, salud y conservación del medio ambiente.
Hace una semana, cuando tomó posesión como presidente de la AMC para el periodo 2006-2008, Juan Pedro Laclette sostuvo que ante los recortes presupuestales y la falta de respaldo a su actividad, la comunidad científica padecía «inanición».
-¿Podría profundizar a que se refirió con ese término?
-Esa mención se refiere a que, en términos netos, la inversión, y en esta situación, el trabajo, está principalmente enfocado a la conservación, al mantenimiento. Y existe también una segunda consecuencia, y es que la comunidad científica se mantiene al margen de la participación en labores que realmente impulsen el crecimiento y el desarrollo.
La ciencia y la sociedad
-¿Específicamente a qué labores se refiere?
-Se pueden identificar grandes temas en los que la AMC, la comunidad científica, puede hacer grandes contribuciones. Y estos son temas muy diversos. Podemos hablar, por ejemplo, de la ciudad de México, que tiene un problema muy grave relacionado con el agua, y que ya fue tratado en la reunión que tuvimos hace unas semanas con el candidato (a jefe de Gobierno) de la alianza Por el Bien de Todos, Marcelo Ebrard. No sólo por el sistema establecido que se utiliza para traer agua a la ciudad, sino también por la forma en que, una vez que tenemos el agua, nos deshacemos de ella, por ejemplo el azolve en el drenaje profundo, lo que plantea riesgos de posibles inundaciones.
Se trata de un ejemplo, por mencionar uno solo, de lo que pueden hacer investigadores mediante redes que se enfoquen al estudio y a la búsqueda de soluciones, y que se pueden ofrecer a quienes toman las decisiones, a los políticos, quienes, una vez que reciban estas recomendaciones técnicas, también tienen que sopesar otras cuestiones, como las económicas, las sociales.
«La academia puede llevar a cabo una función de servicio social en éste y otros grandes temas como salud, educación, vivienda, y la conservación del medio ambiente. En el valle de México existe flora y fauna que se ha adaptado a las condiciones del medio ambiente. Y no tenemos suficiente información, por ejemplo sobre las ratas, que son una plaga portadora de enfermedades. Y en el ámbito nacional es lo mismo, como en el caso de adicciones y, en lo que creo que es de la mayor importancia, el deterioro de los ecosistemas y la preservación de la biodiversidad.»
-Aquí, entonces, lo importante es hacer un trabajo de sensibilización entre los políticos, que al parecer no hacen mucho caso a los científicos.
Investigación para el desarrollo
-En eso ha venido trabajando la academia. Ha buscado posicionar el tema de la capacidad de la investigación para impulsar el desarrollo nacional, y tratar de ubicarla para que sea adoptada como parte de una verdadera política de Estado. La columna vertebral del desarrollo está formada por la educación, la investigación y la innovación. Pero en el centro está la investigación. La AMC ha venido promoviendo y proponiendo temas a los políticos. Pero hay un aspecto que quisiera hacer notar. Esta labor de consultoría, de asesoría, todavía no es suficiente en la academia. Debemos aumentarla grandemente hacia instancias distintas de poder como los tres niveles de gobierno, y los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Esto le da a la academia una misión de servicio. Estos estudios que se pueden ofrecer a los tomadores de decisiones le pueden redituar ingresos a la academia, adoptando un esquema de autofinanciamiento, de recursos autogenerados, que le permitan mantener una situación financiera sana. Este es el momento de enfocarse a esas metas. Nos encontramos en una circunstancia especialmente retadora, pero interesante.
-¿Se refiere a la situación política, en vísperas de una nueva administración?
-Exactamente. Convencer a los tomadores de decisiones de que nosotros, como comunidad científica, podemos ofrecer una realidad. Eso es difícil. De hecho, no lo hemos logrado en las décadas recientes. Pero, al mismo tiempo, muy interesante. Y, si lo conseguimos, estoy convencido de que nos vamos a convertir en un motor principal para el desarrollo.
-¿Usted cree que haya crecido la sensibilidad de esos tomadores de decisiones sobre la importancia de la investigación, el desarrollo y la innovación?
-Sí. Y la academia ha contribuido de manera muy importante en ello. Pero todavía no al nivel de que se vea reflejada en las decisiones.
Actitud optimista
-Ante la inminente llegada de una nueva administración, de una nueva legislatura, ¿habrá posibilidad de hacer llegar este mensaje?
-Debemos tener una actitud optimista. Debemos confiar en que lograremos convencer a los políticos. Pero lo que a nosotros, como comunidad científica nos toca, no es hablar de si se aumenta o no la inversión. Lo que nos toca decidir es llevar a cabo este trabajo.
«Lo podemos hacer mediante la integración de redes de investigadores, que cambien esta manera de trabajar, basada en individuos y en disciplinas, hacia una investigación basada en objetivos.
«Ante los momentos que estamos viviendo, próximos a la elección presidencial, la academia, como organización gremial con vocación de servicio social, en el plazo más inmediato debe tener como prioridad que la comunidad científica, en un ejercicio de unidad, presente una propuesta única a quien resulte electo, sea quien sea.
«Por ello, pido a los científicos que pongamos de nuestra parte para armar una sola propuesta a partir de las varias que se han manejado en distintos foros.»