Posponen a la ciencia

Reforma
15 de octubre de 2012
Diana Saavedra

Aunque los científicos han insistido desde hace mucho tiempo en que es necesario invertir mínimo el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en ciencia y tecnología y que la ley reconoció en 2006 que esto debía ser así, México continúa esperando que las autoridades apuesten por este rubro para el desarrollo.

José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias; Fernando Brambila, titular de la Asociación Mexicana para la Innovación en Tecnología Educativa, y Alfonso Larqué Saavedra, director del Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, coincidieron en que la inversión en ciencia y tecnología ha permanecido constante en 0.37 por ciento del PIB, en promedio.

«Existe una gran preocupación por parte de la comunidad científica porque hay un bajo número no sólo de investigadores en las áreas científica y tecnológica y prácticamente no hay desarrollo en las empresas nacionales. Hay muy pocos mexicanos participando en el desarrollo del sector productivo», consideró Franco.

«Necesitamos que haya mexicanos haciendo diseño en empresas. Ser sólo mano de obra barata no es conveniente para el País».

Aún en la década de los 90 México se comparaba con India o Brasil por su nivel de inversión en la materia, con menos del 1 por ciento del PIB, pero en los últimos tiempos estas naciones realizaron importantes esfuerzos por mejorar sus sistemas de investigación en los cuales apostaron por el rubro, y la nación carioca hoy invierte más del 1.10 por ciento de su PIB a la ciencia, mientras que India alcanza ya el 0.80 por ciento.

De hecho, ahora naciones como Israel y Finlandia invierten el 5 por ciento de su PIB, es decir, 10 veces más que México.

«Estamos yendo para atrás porque no hay planeación a largo plazo. Se requiere de planeación, presupuestos multianuales y políticas públicas que den garantía a los capitales emprendedores nacionales para que inviertan de forma decidida en México», añadió Franco.

Recientemente se dio a conocer el estudio de Innovación internacional INSEAD, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la ONU (OMPI) y la escuela de negocios INSEAD, donde México alcanzó el lugar 79 entre 141 países.

«Si hubiéramos logrado convencer a los políticos hace 30 años que la ciencia era buena, otra sería la historia. El problema es que ahora ya no se trata de interés, sino de economía. Las empresas mexicanas que trataron de producir para vender sus productos salen del mercado», añadió Fernando Brambila.

«Los empresarios se está dando cuenta de que, si quieren seguir en el mercado, la ciencia es necesaria. Hoy la demanda no es que los investigadores puedan sobrevivir, sino que los empresarios los necesitan, por lo que se requiere hacer un contacto, pero es justo ahí donde falta interés».

«La principal consecuencia de esto es que para los 112 millones de mexicanos no se está produciendo la riqueza que proporcionaría los satisfactores económicos y los empleos necesarios, a lo cual se le añade la pésima distribución de los recursos», señaló.
Una forma de tratar de revertir esta situación es, para Larqué Saavedra, el trabajo tripartita entre centros de investigación, empresas y Gobierno, que llevaron a conformar el Parque Tecnológico y Científico de Yucatán, donde se está apostando en proyectos que generen valor tecnológico y social.

«Se trata de un trabajo muy interesante que consiste en integrar un modelo de tripe hélice para potenciar el producto el cual recibió ya la denominación de origen. Este trabajo obliga al establecimiento de una fábrica productora de semillas que estará apoyada por un equipo de científicos que permitirá mantener una gama de calidades en pungencia (grado de picor) y color que permita contar con un abanico atractivo para los usuarios», consideró Larqué.

El número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores ha crecido al pasar de 7 mil 500 en el año 2000 a poco más de 19 mil en el 2012, y su distribución en las diferentes áreas del conocimiento está bien balanceada, pero, si se le compara con otros países, estas cifras resultan muy modestas, enfatizó Franco.

En patentes, los números son bajos, pues éstas no se están concediendo a nacionales, sino a extranjeros, debido a la presencia de empresas trasnacionales en México que no diseñan aquí sus productos, sino sólo los patentan para que la licencia les reditúe.
Ese apoyo no se ve

El País destina menos recursos a la ciencia que otras economías similares o incluso más pequeñas.

(%PIB 2007)

Israel 4.8
Brasil 1.07
Argentina 0.51
Uruguay 0.43
Kenia 0.42
Uganda 0.39
México 0.37
Trinidad y Tobago 0.06

Los rezagados

Países que invierten en investigación menos del 0.5 por ciento del PIB, como México:

País Inversión
Armenia 0.21
Egipto 0.27
Mongolia 0.28
Uganda 0.33
Zambia 0.34
Senegal 0.37
Serbia 0.38
Chile 0.39
Costa Rica 0.40
Jordania 0.42
Chipre 0.43
Bulgaria 0.47
Cuba 0.49

Las cifras de los Indicadores del Desarrollo Mundial están actualizadas en las bases de datos de forma intermitente, por lo cual se toma el año de 2008 para estandarizar los mismos.

Fuente: Indicadores Banco Mundial, Global Innovation Index 2011-2012, e Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

http://bit.ly/rLR35


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