La Crónica de Hoy
17 de abril de 2010
Isaac Torres Cruz
Es una referencia ineludible de la física, es profesor de la cátedra más importante de esta ciencia en la Universidad de Yale; ha ganado algunos de los premios más importantes que un físico puede obtener, no por nada algunos de estos tienen el nombre “Volta” y “Kepler” en su inscripción, y ha sido postulado en varias ocasiones para el Nobel. Sin embargo, para Francesco Iachello, la recompensa más grande es mucho más simple: transmitir el conocimiento.
“Lo que más me gusta es tener la posibilidad de enseñar a los estudiantes, ese es un premio muy importante; la educación es muy importante”, refirió en entrevista, en su visita a Méxioco, con motivo de su ingreso a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y de su participación en el homenaje que se realizará el martes al científico mexicano Marcos Moshinsky, de quien fue colaborador y amigo.
Al término de su conferencia magistral Simetría: la búsqueda de orden en la naturaleza, en el auditorio Marcos Moshinsky del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, refirió que si bien el Nobel podría ser el reconocimiento final a su trabajo, el involucrarse en la formación de nuevos estudiantes, varios de ellos de la UNAM, es una satisfacción inherente a su trabajo, que es referencia obligada de la física moderna.
“La educación es un tema extremadamente importante para el desarrollo, y eso debería ser más apreciado por México: no sólo se trata de elevar la educación de unos cuantos, sino de mayorías”, opinó.
SIMETRÍA NANOMÉTRICA. El trabajo más reconocido del profesor de la cátedra Josiah Willard Gibbs, el físico más prominente de EU del siglo XIX, padre de la termodinámica, se basa en la comprensión de la estructura en los núcleos atómicos, ese lugar tan inimaginablemente pequeño en el que parecería haber un “desorden absoluto”, y en donde cada uno tiene un comportamiento particular “un código de barras”, explicó Alejandro Frank, director del ICN.
“Él ha logrado desentrañar y explicarlo de manera original y elegante: utilizando la simetría”, añadió quien fuera alumno de Iachello.
La naturaleza está llena de simetrías, y si uno ve dentro de los núcleos atómicos hallará cientos de partículas, es una sopa; pero dentro se pueden entender a través del espectro excitado utilizando la simetría, refirió por su parte Arturo Menchaca, vicepresidente de la AMC e investigador del Instituto de Física de la UNAM. “Las simetrías son una herramienta utilizada por los físicos teóricos para entender la naturaleza”.
Pero para el astrofísico e investigador del ICN Rafael Navarro, los aportes del científico de origen italiano van más allá: podrían ser una ventana para estudiar el origen de la vida.
La simetría se percibe en los seres vivos, pero a nivel molecular vemos por un lado aminoácidos y por el otro azúcares. “Una de las incógnitas más importantes sobre el origen de la vida es cómo se rompe esta simetría”.
El también colaborador de la NASA explicó que en la Tierra se sintetizaron compuestos de todas las simetrías, pero la vida surgió con la ruptura de ésta. “Posiblemente, a través de los modelos e ideas de Iachello podremos entender cómo se rompió”.
“La naturaleza ama la simetría, prueba de ello es que a medida que se estudia con mayor profundidad, encontramos patrones regulares en todos los rincones, desde los seres vivos hasta las partículas que componen los átomos”, puntualizó por su parte, el nuevo miembro de la AMC.