La Crónica de Hoy
12 de septiembre de 2009
Redaccion
Aun con su gran riqueza piscícola constituida por el 20% de los géneros y 10% de las especies de peces en el mundo, la ictiofauna mexicana no tiene el valor que requiere en la generación de riqueza del país y en la alimentación de la población, al tener bajo consumo de este tipo de alimentos, señalan especialistas.
En su artículo Riqueza y regionalización de los peces de México, publicado en el reciente número de la revista Ciencia de la Academia Mexicana de Ciencias, los investigadores Roberto E. Torres Orozco Bermeo y Marco Aurelio Pérez Hernández analizan las condiciones de cuidado y explotación de la riqueza acuática del país.
Alertan que el ritmo de destrucción y alteración de estos hábitat es cada vez más acelerado, por lo que piden profundizar en el estudio de las historias de vida de las especies y los factores que están afectando sus ecosistemas para diseñar estrategias de conservación y aprovechamiento.
“En los dos millones de kilómetros cuadrados que constituyen el territorio nacional, lo que representa el 1.3 por ciento de la superficie continental del planeta, habitan dos mil 171 especies de peces —reunidas en 792 géneros que se agrupan en 209 familias y 41 órdenes— de las cuales 400 son de agua dulce, 550 de ambiente estuario —que viven en lagunas costeras y desembocaduras de ríos—, y el resto son oceánicas.
Señalan que el país cuenta con 98 especies exóticas de peces dulceacuícolas, de las cuales 50 son de origen extranjero, que fueron introducidas para solucionar la deficiencia de proteína animal en la dieta de los habitantes del medio rural, pero no estimaron los posibles efectos adversos de estas especies sobre la ictiofauna nativa.