Omite presupuesto 2009 invertir al conocimiento

Investigación y Desarrollo
19 de noviembre de 2008
Manuel Meneses

Para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT) es “muy pobre” el saldo del presupuesto federal que la Cámara de Diputados aprobó como gasto en la materia para 2009.

“Nuevamente se olvidó el desarrollo científico y tecnológico del país, y pesaron más los intereses de los gremios. Se les olvidó invertir en el conocimiento”, asevera el coordinador general del FCCT, doctor Juan Pedro Laclette.

Hace notar que en el dictamen de la Comisión de Presupuesto se menciona que el aumento al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para 2009 sumaba 24.7 por ciento respecto a 2008. Sin embargo, la mayor proporción del aumento va hacia los apoyos a las empresas. El aumento global en ciencia y tecnología es en realidad apenas superior a la inflación, acota.

En consecuencia, el presupuesto para impulsar la ciencia y la tecnología para 2009 frena el avance que el sector recibió en el 2008, indica y juzga lamentable que se haya ignorado por completo el trabajo de la Comisión de Ciencia y Tecnología, cuyos más de 30 miembros aprobaron por unanimidad un dictamen en el que se proponía un incremento de 3,400 millones de pesos (incluidos 1,590 millones de pesos propuesto por el Foro Consultivo), adicionales a la propuesta del Ejecutivo.

“¿Vamos a seguir tristeando en ciencia y tecnología, y a seguir perdiendo lugares en las tablas mundiales de competitividad?”.

En la conversación subraya que lo real es que “nos alejamos de la posibilidad de alcanzar en el sexenio una inversión de alrededor del uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”.

Al analizar la distribución del gasto que finalmente se proyectó desde el Ejecutivo y aprobó el Legislativo para 2009, el coordinador general del FCCT hace notar que bajo ese esquema el año siguiente la inversión federal en la materia pasaría de 0.38 a 0.33 respecto del Producto Interno Bruto. “Disminuiríamos ligeramente”, observa.

Mas no sólo se trata de porcentajes, sino de preservar y resolver rezagos y desafíos, comenta y enlista los rubros en los que el Foro cabildeó y pugnó ante el Legislativo por adicionarles partidas específicas que sumaban mil 590 millones de pesos: mayores recursos para gastos operativos de los Centros Conacyt, para los Fondos Sectoriales y Mixtos, para reforzar la infraestructura científica.

Los Fondos Mixtos, mecanismo por el cual Conacyt y gobiernos locales participan con cantidades concurrentes, son un “apoyo directo al desarrollo científico de los estados y municipios”, mientras que por otro lado se requiere “paliar la obsolescencia de los equipos científicos, que tienen muchos años sin renovarse, lo cual resta competitividad internacional a la ciencia mexicana”, indica en la entrevista.

Se requiere flexibilidad en partidas de innovación

De igual modo, en el Presupuesto de Ingresos de la Federación de 2009 desapareció la partida de Estímulos Fiscales a las empresas, que ahora son substituidos por 2 mil 500 millones de pesos de inversión directa a proyectos de innovación y desarrollo tecnológico, y que son el principal componente del incremento al presupuesto del Conacyt para 2009.

Ante ello, Laclette plantea que no prosperó el requerimiento del FCCT para dejar explícitamente abierta la posibilidad de que esa partida tuviera un carácter transanual durante 2009 y 2010. Y en ese sentido advierte que debe tomarse en cuenta que se trata de nuevos programas, “para cuyo ejercicio no se han todavía definido las reglas de operación”. La transanualidad en la operación de esos recursos, mediante la creación de fondos, permitiría plazos adecuados tanto en la emisión de convocatorias, como en la presentación y evaluación de los proyectos, de tal modo de eficientizar el uso de esos recursos.

Para Laclette es fundamental analizar cómo se distribuye el gasto de Conacyt, pues de los 14 mil millones que en términos aproximados se le presupuestaron en 2008, 5 mil 400 se aplicaron a los Centros Públicos de Investigación (dependientes del propio Consejo). De los 8 mil 600 restantes, se destinaron alrededor de 2 mil millones de pesos al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), 3 mil 450 millones a becas y 500 millones a administración.

Insuficientes recursos a la tarea sustancial

Bajo ese esquema, se observa que al Conacyt solamente le restaron unos 2 mil 500 millones de pesos para impulsar los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, como son los fondos sectoriales y mixtos, los programas de impulso al desarrollo tecnológico, las relaciones internacionales y la repatriación de talentos, entre otras acciones. “El presupuesto sustantivo del Conacyt se reduce a eso”, precisa. A su juicio, esa cantidad es insuficiente.

Durante la discusión en el Legislativo del PEF-2009 el Foro concentró su esfuerzo de cabildeo en pugnar aumentos al presupuesto de Conacyt. Laclette subraya que son “los únicos recursos que fluyen horizontalmente entre sectores y estados”. Cita como ejemplo que “los nombramientos de los investigadores nacionales abarcan todas las áreas de conocimiento, todas las instituciones y todos los estados de la República; lo mismo sucede con las becas para estudios de posgrado, y los fondos sectoriales y mixtos”.

Sobre los Centros Públicos de Investigación (CPI) de Conacyt destaca que participan con una membresía del nueve por ciento en el Sistema Nacional de Investigadores (el porcentaje más alto después de la UNAM), ofrecen 98 programas de posgrado (12 de ellos de competencia internacional) y anualmente gradúan alrededor de 850 doctores y maestros, al tiempo que han contribuido en forma importante a la descentralización de la ciencia y la tecnología.

El PEF-2009 les aplica un aumento presupuestal al dos por ciento, por lo que el Foro buscó se les asignará una partida adicional de 220 millones de pesos (se les adicionó sólo 190), y esa cifra se derivó después de analizar los requerimientos de los CPI en reuniones que efectuó el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Además, dijo, en años anteriores los CPI “han vivido situaciones económicas duras”.

Respecto a los Fondos Sectoriales (a través de los cuales Conacyt asigna una partida y una secretaría de Estado aporta una equivalente a proyectos de investigación), Laclette indica que si bien es cierto que el fondo SEP-Conacyt creció nueve por ciento durante 2007 y 2008, lo cierto es que en los seis años previos no había registrado aumento alguno. En este caso se pugnó por lograr 200 millones de pesos adicionales al Fondo Sectorial SEP-Conacyt (que atañe a ciencia básica) y 200 millones más a los otros fondos sectoriales.

En el caso del fondo sectorial SEP-Conacyt el requerimiento se sustentó con el fin de apoyar proyectos que ya tienen una evaluación alta. Además, subraya que en este año hubo avances considerables a través de la creación de 14 redes temáticas que iniciaron su funcionamiento en 2008. “Son redes temáticas de investigación y participan 167 instituciones y alrededor de mil 150 investigadores. Esto es trascendente y necesario resaltar puesto que se trata de un cambio en el modo de trabajo científico, de un trabajo individualista y disciplinario, a un modo de trabajo colaborativo en redes multidisciplinarias de científicos”, añade.

Quince años sin actualizar equipo científico

Y en cuanto al reforzamiento de la infraestructura científica, advierte que persiste un requerimiento de 500 millones de pesos. “Desde hace 15 años casi no ha habido actualización de equipos científicos y técnicos, lo que tiene un efecto negativo en la competitividad científica”.

Si bien es cierto –expone– que en 2007 iniciaron los laboratorios nacionales, su beneficio es para un grupo relativamente pequeño. “Se requiere paliar la obsolescencia que se arrastra”, remarca.

En torno a los Fondos Mixtos (a través de los cuales Conacyt aporta una cantidad y cada estado otra equivalente) menciona que en 2008 pasaron de 540 a 970 millones de pesos, pero que en el proyecto presupuestal para 2009 reducía la asignación a 550 millones de pesos, por lo que se planteó en el Legislativo una reasignación que incrementara la cifra s del presente año.

Concluye Laclette, “lo ocurrido con la aprobación del PEF para 2009 pone en entredicho el sentido del cabildeo con los legisladores, ya que de nada sirvieron los argumentos, o los dictámenes unánimes a favor de una iniciativa, ante una toma de decisiones basada en gremios”.

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