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13 de septiembre de 2011
Notimex
México.- Las fiestas patrias son una invitación a tratar de consolidar la democracia en el país, pues la distribución del poder político no se ha acompasado con un ejercicio democrático del mismo, indicó el experto Mauricio Merino Huerta.
El integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) expuso que se han planteado múltiples debates sobre el momento en que empezó la transición a la democracia en el país, «lo que sí sabemos es que cambió el régimen político, tras un proceso histórico largo, pacífico y con un marcado acento electoral».
Merino Huerta precisó que ese cambio ha sucedido de los años noventa a la fecha, en un plazo relativamente corto en términos históricos y con largos antecedentes, sin embargo, no se ha acompasado con un ejercicio democrático del poder.
«Conseguimos alternancia pero no hemos conseguido gobiernos plenamente democráticos, autoridades que ejerzan totalmente la transparencia y la rendición de cuentas, ni la articulación franca con la sociedad mexicana», expuso en un comunicado.
El ex consejero del Instituto Federal Electoral (IFE) reconoció que tampoco «hemos logrado que las pulsiones autoritarias que vienen de atrás se desechen».
Para reconocer que un régimen es plenamente democrático, agregó, hay características elementales como el voto libre, secreto, universal y directo, así como el debate público, que implica confrontar distintas posiciones en un marco de libertad de expresión.
Hay otros dos elementos, que aunque son más instrumentales son de mucha importancia: la posibilidad de ejercer la libertad, lo que remite a los derechos humanos y la forma en que se ejerce la autoridad y la rendición de cuentas, expresó.
«En este punto -dijo Merino Huerta- recuerdo a Karl Popper que decía que una sociedad democrática es aquella que puede deshacerse de los malos gobernantes sin derramar sangre».
El ex presidente del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública manifestó que el voto, el debate público, el ejercicio de la libertad y la forma en que se ejerce la autoridad existen en México, pero con baja calidad.
De ahí que los ejes estratégicos que el país debe seguir para la construcción de una mejor sociedad estén basados en darle calidad a la democracia y desarrollar un buen ejercicio democrático del poder, puntualizó.
«Si bien hemos avanzado mucho y hemos conquistado libertad de expresión y la censura es cada vez más una excepción y no una regla, también es evidente que para hacerse oír en este país primero hay que construirse un espacio mediático», expresó.
El también director de la División de Administración Pública en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dijo que es preocupante que los sistemas de empleo público privilegien la amistad o la filiación partidaria antes que al mérito y las competencias.
Sostuvo que la mayor responsabilidad por la mala calidad de la democracia en México, sin duda, es de los integrantes de la sociedad política, es decir, el Presidente de la República, pero también los senadores, los diputados federales y gobernadores.
NTX/JRR/MGC