Mejorar una dona también es un descubrimiento cientí­fico

CLAUDIA HERRERA BELTRAN
LA JORNADA

$9 mil 600 millones, la inversión de la IP en tecnologí­a, expone
El funcionario niega que el programa de estí­mulos fiscales sea un mecanismo para la evasión: ha sido un detonador para que el sector privado invierta en desarrollo, sostiene, y asegura: »cada año se crean 10 mil nuevas fuentes de empleo gracias a este plan»

Lunes 14 de marzo de 2005.- Cuestionado sobre por qué el gobierno otorga estí­mulos fiscales a empresas nacionales y extranjeras que, según investigadores, no invierten en ciencia y tecnologí­a, el director adjunto del Conacyt, Guillermo Aguirre Esponda, sostiene que cuando estas compañí­as crean una nueva dona, un refrigerador o un modelo de automóvil, también hacen »descubrimientos cientí­ficos».

Admite que sus aseveraciones pueden ser »chocantes» para los investigadores que »piensan en cosas grandes», pero deplora que mientras en México todaví­a se discuten las bondades de los estí­mulos fiscales, en China se les »pone el tapete» a los inversionistas extranjeros y hasta se les da dinero antes de instalar una empresa.

Para este ingeniero mecánico electricista, el programa es »maravilloso» y, por eso, el siguiente paso del Conacyt será otorgar estí­mulos no sólo por el monto invertido en investigación cientí­fica y tecnológica, sino también por la inversión total.

Integrantes de la Academia Mexicana de Ciencias han acusado al Conacyt de »desviar recursos a empresas privadas» mediante el apoyo a programas que no son de desarrollo cientí­fico, y también se han quejado de la discreción con que se maneja, ya que el organismo se reserva la información sobre los proyectos concretos que han sido beneficiados.

Aguirre admite que en el programa hay aspectos »secretos», porque el Conacyt y la Secretarí­a de Hacienda y Crédito Público firman un compromiso de confidencialidad con las empresas, para evitar que sus competidores conozcan de manera anticipada sus nuevos productos.

También reconoce que los beneficios aún no se reflejan claramente en las estadí­sticas de empleo y de inversión, porque los recursos destinados a los estí­mulos aún son escasos y, hasta ahora, sólo han servido para poner «ejemplos» a los empresarios sobre las ventajas de invertir en innovación cientí­fica y tecnológica.

Aguirre proviene de las filas de la iniciativa privada. Se ha desempeñado como director de nuevos negocios de Comercial Acros Whirpool y director de tecnologí­a de productos avanzados de Vitromatic Comercial. También ha sido docente de la Facultad de Ingenierí­a de la UNAM.

El programa de estí­mulos, asegura, ha sido un detonador para que la iniciativa privada invierta en desarrollo tecnológico, porque en lo que va del sexenio, el monto destinado a este rubro casi se ha duplicado, al llegar a 9 mil 600 millones de pesos. Pero advierte que los empresarios mexicanos aún avanzan a paso lento y por eso será difí­cil alcanzar la meta sexenal de invertir una cifra superior a 30 mil millones de pesos.

-¿Cuáles son las principales empresas que apoyarán este año?

-Todas las automotoras, como Volkswagen, Chrysler, General Motors, Ford, Toyota y Nissan. Además están todas las empresas de metalmecánica, las fabricantes de tubos y de láminas de acero, las cementeras, las de alimentos -como Sigma y La Moderna- y las lecheras, como Alpura.

-Los investigadores han hecho severas crí­ticas a este programa.

-Comprendo a los investigadores que nos hablan de que no están viendo innovación e investigación pura, pero hay un reglamento, una ley que me dice que lo que debo entender por investigación y desarrollo tecnológico es que la inversión sea para nuevos productos.

»A lo mejor si se dice que Bimbo sacó un nuevo pan, alguien se preguntará qué tiene eso de ciencia. Lo que quiero decir es que Bimbo, al desarrollar nuevos productos, está penetrando en nuevos mercados y nos está favoreciendo a todos, y al final sí­ hay ciencia en ello, porque hizo lo mismo que otras empresas en el mundo, pero a lo mejor eso a un cientí­fico no le va a mover el corazón.

»Por ejemplo, antes las donas Bimbo se secaban en el centro y por fuera se les mojaba el azúcar. Pues las mejoraron, y eso es un descubrimiento cientí­fico importante, que se traduce en una dona. A lo mejor para un investigador hacer un coche o un refrigerador tampoco les va a sonar a ciencia.

»Pero nosotros tenemos registrado que cada año se crean 10 mil nuevas fuentes de empleo gracias a los estí­mulos fiscales. Por cada 70 mil pesos se crea un puesto de trabajo.»

-El problema es que estos 10 mil nuevos empleos no se ven.

-No se refleja porque somos 100 millones de personas.

-Al Conacyt se le critica de que sus cifras de inversión privada en ciencia y tecnologí­a están «infladas».

-Los datos no son inventados. También se argumenta, y con razón, que hay una especie de secretos. Sí­ los hay, pero eso permite que las empresas confí­en en nosotros. Cuando me piden que diga en qué gastan, no lo puedo hacer porque si no me quedo sin negocio. México fallarí­a en preservar el derecho al secreto que tienen esas empresas.

-¿Cuáles son los casos de éxito que les hacen decir que este programa ha funcionado?

-Por los estí­mulos fiscales México se ha convertido en el proveedor número uno en trenes de transmisión de la empresa automotriz BMW. Sigma Alimentos creó los embutidos, jamones y chorizos de mayor vida en anaquel que existen en el mundo. Lechera Guadalajara desarrolló leche sin lactosa para bebé, tan barata como la convencional. El coche Sun Fire, en vez de haberse desarrollado en Detroit, se hizo en México. New Holland, la fábrica de tractores, está trabajando para desarrollar una lí­nea de tractores en Querétaro.

»DuPont, de la que tanto me reclaman, creó en Puerto Vallarta la planta más grande de semillas innovadoras. Ahí­ trabajan doctores en genética y biotecnologí­a; invitamos al doctor René Drucker -nada más que no ha querido ir- para que vea cómo se hace ciencia en el campo.

»También 3M de México instaló tres de las 22 plantas que tiene en el mundo, e hizo una inversión de 200 millones de dólares, que no se hubiera hecho antes en el paí­s.»

-Pero la mayor parte de las ganancias se las llevan las propias empresas.

-Cómo comparar los 22 millones de estí­mulos que le dimos a 3M con la inversión que han hecho en un edificio de investigación y desarrollo que tienen en Santa Fe y la planta de 200 millones de dólares. No es nada; no les he dado ni siquiera la centésima parte de lo que han invertido. A General Motors a lo mejor se le han dado 30 o 35 millones de dólares, pero en sus proyectos completos tienen mil 800 ingenieros trabajando en Toluca.

»Nunca ha habido un caso en que se pueda decir que la empresa se enriqueció.»

-Sin embargo, las pequeñas empresas mexicanas reciben pocos recursos.

-Me critican que es poco dinero, pero se sorprenderí­an lo que se puede hacer con 70 mil pesos, de los cuales yo doy 20 mil de estí­mulos. Hay un empresario que desarrolló una nueva fórmula alimenticia para evitar que sus árboles mueran de alguna enfermedad.

-¿Qué empresa es?

-Puedo decir el pecado pero no el pecador.

-Por eso el programa genera desconfianza, y se dice que por ser un gobierno de empresarios está beneficiando a sus amigos empresarios.

-Aunque se los diéramos a los cuates, éstos tendrí­an que haber hecho un desarrollo tecnológico en el paí­s, ganar dinero y pagar impuestos. Eso no lastima a nadie, porque no es dinero que hubiera podido pasar por debajo del agua. He sido empresario y el sistema tributario mexicano está hecho para no pagar impuestos, porque ayuda a deducir gastos.

»Para mí­ es un misterio cómo le hacen estos empresarios que encuentran interesante un programa que los exime de pagar impuestos que normalmente no se pagan.»

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