El Universal
02 de noviembre de 2006
Nurit Martínez
Potencian su explotación agropecuaria e industrial, y en la prevención del cáncer, males cardiovasculares y de la vista
La flor de cempasúchil, que durante las tradicionales fiestas de Día de Muertos adorna con su clásico color amarillo intenso las ofrendas y panteones de todo México, ha sido modificada genéticamente por científicos mexicanos para obtener mejores pigmentos de uso agropecuario e industrial, y potenciar algunas sustancias que genera, como la carotenoides, a la que se asocia con la prevención del cáncer y los males cardiovasculares, o con detener una enfermedad degenerativa del envejecimiento que daña la retina.
La flor ha sido genéticamente mejorada por el investigador Octavio Paredes López, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) unidad Irapuato.
El también Premio Nacional de Ciencias y Artes y un grupo de colaboradores produjeron en el laboratorio pigmentos más intensos obtenidos de compuestos llamados «xantofilas», en especial la luteína, contenidos en la «flor de muertos».
Los científicos identificaron varios genes, como Psy, Pds, Lcy-b y Lcy-e, presentes en las sustancias que conforman el pigmento principal que le da el típico color amarillo a la Erecta tapetes, y que es una buena fuente de carotenoides, un producto nutracéutico (nutritivo y con propiedades medicinales) de gran interés mundial para la industria de pigmentos y farmacéutica.
Cempasúchil quiere decir «flor de veinte pétalos» en náhuatl, pero con el desarrollo biotecnológico que aplicó el grupo de Paredes López, publicado en revistas como Journal of Plant Physicology y Journal of Agricultural and Food Chemistry, se obtuvo una planta con mayor densidad de pétalos y concentración de pigmentos.
Se utiliza como colorante de la yema de huevo.
«Esta especie nativa de México se ha utilizado desde hace siglos como planta ornamental y medicinal», señala Paredes López, también ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.
«Se cultiva comercialmente y los extractos de la flor se usan como suplementos alimenticios de aves de corral y como colorante de las yemas de huevo».
Además, se usa como colorante de la carne de pollo, y desde el 2000 se ha empleado en suplementos alimenticios humanos, por sus efectos benéficos en la reducción de radicales libres y contra la enfermedad macular degenerativa (que daña la retina) relacionada con el envejecimiento.